Trasfondo Bíblico:
Isaías 11:6-9; Daniel 7:13,14; Miqueas 4:3,4; Mateo 24:30; 26:64; Apocalipsis
11:15; 20:1-6
Verdad central: Cristo traerá un
nuevo reino de perfecta paz sobre la tierra por mil años.
Texto áureo:
Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda
muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de
Cristo, y reinarán con él mil años. Apocalipsis 20:6
Objetivos
1. Estudiar las promesas de la Biblia que hablan del milenio y explicar
el papel del creyente dentro del reino milenial.
2. Reconocer la responsabilidad del creyente de llevar una vida santa en
espera de ese reino.
Bosquejo
I. Cristo viene a reinar
A. Viene en las nubes del cielo
B. El reino eterno
II. Todo será nuevo
A. Paz en la tierra
B. Satanás es atado
III. Reinaremos con Cristo
A. La primera resurrección
B. Bienaventurados eternamente
Introducción
Cuando Jesús vino la
primera vez, los magos lo reconocieron como Rey y le presentaron regalos de oro,
incienso, y mirra, pero El vino la primera vez como el humilde Rey que traía
salvación como profetizó Zacarías 9:9. Zacarías se adelantó y profetizó que este
mismo Rey hablaría paz a los paganos, las naciones, los gentiles: "Y su señorío
será de mar a mar, y desde el río [Eufrates] hasta los fines de la tierra"
(Zacarías 9:10). Salomón cantó de la misma esperanza mucho antes (Salmo 72:8).
Durante toda la historia después del tiempo de Salomón, la gente muchas veces se
desilusionó con los reyes terrenales, pero los profetas anunciaban a un gran
descendiente de David y un reino más maravilloso que el de Salomón. Jesús viene
otra vez a marcar el comienzo de ese reino y hacer el trono de David eterno.
Comentario Bíblico
I. Cristo viene a reinar: Daniel 7:13,14;
Mateo 24:30; 26:64; Apocalipsis 11:15
A. Viene en tos nubes del cielo
Cuando Jesús ascendió al
cielo una nube lo ocultó de los discípulos. Mientras seguían mirando el cielo,
dos ángeles les recordaron que ese mismo Jesús regresará en la misma manera que
lo vieron ir al cielo (Hechos 1:9-11). Ellos debieron haber sabido esto, porque
conocían las profecías del Antiguo Testamento y le habían oído enseñar.
Puede ser que tenían la
mente enfocada a las profecías del Rey que venia como un niño (Isaías 7:14;
9:6). Dios no reveló a los profetas del Antiguo Testamento el tiempo entre la
primera y la segunda venida del Rey profetizado. Muchas veces saltan de una
venida a la otra y viceversa.
Dios si reveló que su
deseo y promesa es que todas las familias de la tierra sean bendecidas por medio
de Aquél que es descendiente de Abraham y David, y el Hijo de Dios (Génesis
12:3; 22:18; Mateo 1:1; Marcos 1:1). Aunque la humanidad cayó e Israel faltó
tantas veces, Dios no falta. El cumplirá su gran y misericordioso plan de
restauración, aunque en el plan de Dios la cruz tuvo que preceder a la corona.
La redención y la salvación espiritual tienen prioridad sobre la restauración
física de la tierra que vendrá cuando Jesús anuncie el comienzo del reino
milenial.
Pregunta: ¿Qué
significa "como un hijo de hombre" aquí?
En la visión del capitulo
7:13,14, Daniel vio a uno como un hijo de hombre viniendo sobre las nubes
delante del Anciano de días. El arameo original lo llama "como un hijo de
hombre" porque aún tiene la forma de un hombre aunque está en su estado
resucitado y ascendido. Del Anciano de días (Dios el Padre) Jesús recibirá
dominio (gobierno y poder y autoridad que lo acompaña), gloria (incluyendo honor
y majestad), y un reino (realeza y soberanía). En otras palabras, el que es como
un hijo de hombre recibirá la orden de ejercer su dominio y establecer su reino
en la tierra.
Pregunta: ¿En cuáles
dos ocasiones se identificó a Jesús como el cumplimiento de la profecía de
Daniel?
Jesús se identificó como
el cumplimiento de la profecía de Daniel en dos ocasiones diferentes. Cuando los
discípulos en el monte de los Olivos le preguntaron cuándo sucedería la
destrucción del templo y cuál seria la señal de Su venida y el fin del siglo, no
les dijo "cuándo". Tampoco dio la secuencia de eventos que ocurrirían. (La
palabra "entonces" en Mateo 24:30 es muy general y significa que son algunas
cosas que sucederán, pero no necesariamente en este orden.) Lo importante es que
Jesús no solamente ascendió al trono del Padre y vino delante de El en las nubes
como vio Daniel, sino que también regresará a la tierra sobre las nubes del
cielo con poder sobrenatural y mucha gloria.
Además, Jesús dijo que
todas las tribus (naciones, pueblos) de la tierra se lamentarían. Así les
recordó a sus discípulos que el reino se establecería por medio de juicio. Como
indica 2 Tesalonicenses 1:7,8, esto sucederá "cuando se manifieste el Señor
Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego, para dar
retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro
Señor Jesucristo."
Los cristianos tienen que
mantener su enfoque en ambas partes de esta advertencia. Incluso los que conocen
a Dios pueden caer en pecado y desobedecer "el evangelio de nuestro Ser
Jesucristo".
Cuando Jesús se enfrentó
al concilio, el sumo sacerdote exigió que dijera si es el Cristo, el Hijo de
Dios. Jesús de nuevo se identificó como el cumplimiento de la profecía de Daniel
(Mateo 26:64). Hasta este punto Jesús se había referido a si mismo como "el Hijo
del Hombre", pero "hijo del hombre" en hebreo puede significar un hombre
representante, y Dios llamó a Ezequiel "hijo de hombre" en este sentido
(Ezequiel 2:1). Así que los enemigos de Jesús no podrían usar esto contra El
durante su ministerio, pero cuando Jesús estaba listo para ir a la cruz, se
declaró como el Hijo del Hombre que recibiría el reino que Daniel había
profetizado.
Por último Juan, en sus
visiones en la isla de Palmos, oyó al séptimo ángel tocar su trompeta y a
grandes voces en el cielo anunciar que los reinos del mundo venían bajo el
dominio directo del Señor (Apocalipsis 11:15). Los próximos capítulos de
Apocalipsis describen una variedad de actos divinos contra la tierra, mostrando
que este reino debe establecerse por medio de juicio.
B. El reino eterno
En la profecía de Daniel
y en los pasajes del Nuevo Testamento que hablan del reino venidero de Cristo,
es evidente que su reino (su dominio) será eterno. Además de ser poderoso, y de
estar sobre todos los que quedan en la tierra, también será para siempre y sin
fin. En Daniel capítulo 2, la imagen que representaba la secuencia de imperios y
el sistema continuo del mundo mostraba que un reino puede ceder a otro, pero
esto jamás pasará con el reino de Cristo. Aunque el milenio terminará. Jesús no
dará su poder, autoridad, honor ni gloria a nadie y cada uno se preocupó más de
si mismo que de Dios. Pronto empezaron a hacer dioses que podían manipular. La
misma exaltación siguió esparciéndose y causó avaricia, rivalidad, y guerra.
Pregunta: ¿Apoya el
libro de Apocalipsis la idea de que la Iglesia se quedará en la tierra cuando
comience el milenio?
II. Todo será nuevo
Isaías 11:6-9; Miqueas 4:3,4; Apocalipsis 20:1-3
A. Paz en la tierra
Pregunta: ¿Qué fue lo
primero que quitó del mundo la paz?
Con mucho amor Dios
preparó un huerto en el Edén y puso allí al hombre y a la mujer que creó. ¡Qué
lugar más tranquilo debe haber sido hasta que Satanás se apoderó de la serpiente
y entró el pecado! Fuera del huerto, los celos y el rencor de Caín causaron el
primer homicidio. Así empezó una larga historia de violencia y corrupción que
dio por resultado el diluvio universal, pero aun con un nuevo comienzo, la raza
humana siguió en su orgullo egoísta y se alejó de Dios en la torre de Babel.
Como indica Romanos uno, la humanidad rechazó a Dios,
Y cada uno se preocupó
más de sí mismo que de Dios. Pronto empezaron a hacer dioses que podían
manipular. La misma exaltación siguió esparciéndose y causó avaricia, rivalidad,
y guerra.
No obstante, hay
esperanza. Dios siempre ha sido bueno, compasivo y amoroso. Le dio a Abraham una
promesa que a través de su simiente todas las familias de la tierra serian
bendecidas. Cuando los descendientes de Abraham ya eran tan numerosos como las
estrellas del cielo. Dios los sacó de Egipto y luego procedió a cumplir su
promesa de darles la tierra que llegó a ser la nación de Israel que cayó muchas
veces en idolatría e inmoralidad, y Dios permitió que sus enemigos los
castigaran. Aunque Dios los libraba, no aprendían la lección. Anhelaban la paz.
Los falsos profetas prometían paz, pero no había paz, aunque los verdaderos
profetas predecían la restauración. Dios traería paz, no solamente a Israel,
sino al mundo entero.
Pregunta: ¿Qué le
quitó a Israel su paz? ¿A quién le prometió Dios paz?
Isaías vio que la paz
vendría por medio de un Hijo nacido de una virgen, llamado Emanuel que es Dios
con nosotros (Isaías 7:14). El gobierno del mundo estaría sobre sus hombros, y
su nombre (es decir, su carácter y naturaleza) sería Admirable, Consejero
(porque en Él está la sabiduría de Dios) Potente Dios, Sempiterno Padre (es
decir. Soberano del futuro), y Príncipe de Paz (Él es nuestra paz).
Pregunta: ¿Cómo se
expresará la paz de Dios en la naturaleza y la humanidad?
Isaías también vio el
Espíritu del Señor sobre el Mesías. Como Maestro y Juez traerá la paz que
afectará a la naturaleza y la humanidad. Isaías vio un cambio completo en el
ambiente, incluso en los animales. Debe ser una obra de creación, porque su
naturaleza será cambiada y todo conflicto cesará. Aun los niños pequeños no
tendrán nada que temer (Isaías 11:2-9). Miqueas vio paz entre las naciones con
todos los instrumentos de guerra convertidos en instrumentos de paz y
productividad (Miqueas 4:3,4). Cada uno tendrá su lugar y las provisiones de
Dios para gozar "debajo de su vid y debajo de su higuera".
Miqueas e Isaías vieron
esto como el resultado de que todas las naciones subían al monte de Jehová donde
El "nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas" (Isaías 2:2,3;
Miqueas 4:1,2). No habrá
más dolor ni destrucción "porque la tierra será llena del conocimiento de
Jehová, como las aguas cubren el mar" (Isaías 11:9). Es decir, todos conocerán
al Señor y le responderán.
B. Satanás es atado
Pregunta: ¿Qué
significará la atadura de Satanás en el milenio para la gente de la tierra?
Otra garantía de paz
durante el milenio es el hecho que Satanás será atado por todos los mil años
(Apocalipsis 20:1-3). El libro de Apocalipsis lo identifica por su nombre hebreo
Satanás (adversario) y su nombre griego el Diablo (el calumniador) y como el
dragón (serpiente) que respalda al anticristo y su falso profeta. El es la misma
serpiente antigua que tentó a Eva.
Un ángel descenderá con
la llave del abismo. Entonces Satanás será atado y arrojado al abismo, donde
estará encerrado por los mil años. Durante ese tiempo no podrá engañar a las
naciones. Tampoco tendrá influencia sobre ellas en absoluto ni sobre ninguna
otra cosa del mundo durante todo el periodo del milenio. Así que el mundo estará
libre de las mentiras y los impulsos de mal que vienen del padre de mentiras.
Después del milenio.
Satanás estará suelto por un corto tiempo, y engañará a los que desean rebelarse
contra la divina voluntad y la autoridad de Dios. Su encierro en el abismo no
cambiará su carácter de engañador. El hecho que la gente lo sigue mostrará que
son rebeldes, y su rebelión causará que sean arrojados en el lago de fuego
preparado para Satanás y sus ángeles.
¡Qué cuadro más triste de
la naturaleza pecaminosa del hombre! Aun bajo el reinado perfecto de Cristo en
el mundo habrá algunas personas que cederán a la influencia de Satanás. Los
creyentes deben tomar precaución de este pasaje. Así como Satanás podrá engañar
a la gente que ha vivido bajo el gobierno milenial de Cristo, también trata de
engañar ahora a los que han dedicado su vida al señorío de Cristo y son salvos.
Los cristianos nunca deben descuidar sus defensas espirituales.
III. Reinaremos con
Cristo Apocalipsis 20:4-6
A. La primera
resurrección
Pregunta: ¿Quiénes
son las personas de los dos grupos del versículo 4?
Se mencionan dos grupos
en Apocalipsis 20:4. Ambos están unidos como creyentes resucitados y reinan con
Cristo durante el milenio. El primer grupo incluye a los creyentes fieles de la
era de la Iglesia, los vencedores, los ganadores, que tienen la promesa reinar
con Cristo en la tierra (Apocalipsis 3:21; 5:10). Ellos "juzgarán" o gobernarán
(que es lo que significa muchas veces la palabra "juzgar" en el Antiguo
Testamento). El segundo grupo incluye a los martirizados por su testimonio de
Jesús durante la gran tribulación.
"Esta es la primera
resurrección" significa que los dos grupos mencionados completan la primera
resurrección. El resto de los muertos no serán resucitados hasta después del
milenio. Entonces ellos serán traídos ante el gran trono blanco y lanzados al
lago de fuego donde quedarán para siempre.
Primera a Corintios
15:20,23 compara la primera resurrección con una cosecha. La cosecha viene en el
momento del regreso de Cristo por la Iglesia en el arrebatamiento. Los mártires
de la gran tribulación son las espigas de la cosecha. La segunda resurrección
será de juicio, como dice Jesús cuando se refiere a la "resurrección de
condenación" en Juan 5:29 (aunque no revela la diferencia de tiempo entre los
dos juicios en ese momento).
B. Bienaventurados
eternamente
A los que tienen parte en
la primera resurrección y reinan con Jesús se les llama bienaventurados y santos
(Apocalipsis 20:6). Son santos porque están dedicados a la adoración y el
servicio a Dios y Cristo y serán fieles para siempre como sacerdotes-reyes
llenos del Espíritu Santo.
Son bendecidos con la
plenitud de bendición, felicidad, y gozo. Aun durante el corto periodo cuando
Satanás es soltado no los podrá tocar. Su nuevo cuerpo, incorruptible e
inmortal, jamás será dañado por el pecado, la muerte ni la segunda muerte (el
lago de fuego.)
Si somos fieles a Cristo
en este mundo, sin duda tendremos tiempos de prueba y persecución (2 Timoteo
3:12). Sin embargo, cuando estamos en medio de una experiencia dolorosa podemos
pensar en la recompensa que nos espera. Nada de lo que soportamos en esta vida
puede ser demasiado costoso en vista de ese futuro eterno.
Aplicación
Sólo podemos imaginar la
clase de paz y comunión que el milenio traerá entre Dios y la humanidad y
también entre las personas, pero podemos experimentarlo un poco hoy. Isaías
proclamó el llamado de Dios a su pueblo, "Venid, oh casa de Jacob, y caminaremos
a la luz de Jehová" (Isaías 2:5). Dios quería que Israel caminara humildemente
con El en los tiempos del Antiguo Testamento (Miqueas 6:8). El aún quiere lo
mismo para su pueblo: la Iglesia. La verdad del evangelio no se da sólo para
saber acerca de Dios el Padre y la salvación que ofrece por medio de la muerte y
resurrección de Jesús. Dios quiere que tengamos comunión continua uno con el
otro y "con el Padre, y con su Hijo Jesucristo" (1 Juan 1:3).
Dios ha provisto la
comunión continua y mutua, es decir, primero con Dios y luego con otros
creyentes. Da su Palabra como lámpara y lumbrera para el camino de la vida
(Salmo 119:105). El quiere que sigamos caminando en la luz como El está en la
luz. Entonces hay comunión continua, "y la sangre de Jesucristo su Hijo nos
limpia de todo pecado" (1 Juan 1:7). El Espíritu Santo nos da el poder que
necesitamos para vivir para Dios de esta manera, y seguirá ayudándonos hasta que
Jesús venga.
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