engo un novio desde hace nueve años, al que amo mucho, y pienso que
ese es el motivo por el cual soporto tantas cosas. Tuve problemas con
su madre por cosas insignificantes. Ella interviene demasiado en su
vida. Él me gritó frente a ella, y me faltó al respeto con palabras
horribles. Así mismo tiene dos hermanas que también intervienen en su
vida.... Él vive con una de ellas, que lo cuida.
»Hemos tenido planes de casarnos, pero siempre uno de los dos pone
pretextos. Yo quería terminar la universidad, y él, tener dinero para
la boda; pero a la final no llegamos a ningún acuerdo sobre ese tema.
Él tiene [mal] carácter. Por todo grita y se enoja. Yo, en cambio, soy
muy paciente y confiada. Sí tengo la ilusión y la esperanza de formar un
hogar con él, pero no sé de qué manera actuar ante tantos
inconvenientes.... Esta situación me está atormentando, y me siento muy
deprimida y triste; pero es como si Dios me diera fuerza para
continuar con [mi novio] a pesar de todo.»
Este es el consejo que le dio mi esposa:
«Estimada amiga:
»¿Cómo es posible que usted quiera casarse con un hombre como el
que describe? La trata mal, tiene mal carácter y se enoja con
frecuencia. Entre usted, la mamá y las hermanas, él las prefiere a
ellas. Y necesita que una de las hermanas lo cuide, como si no pudiera
cuidarse él mismo.
»¿Acaso se siente usted desesperada por tener un esposo? ¿Es tan
poco lo que se valora que piensa que ningún otro hombre se casaría con
usted? ...
»¡Le rogamos que deje a su novio hoy mismo! No
desperdicie ni un día más con él. Usted ha perdido nueve años, y eso ya
es demasiado. Cuando un hombre trata mal a una mujer antes de casarse,
en definitiva la tratará diez veces peor después de casarse. Cuando una
familia interfiere con un noviazgo antes de la boda, interferirán
mucho más después de la boda. Y cuando un hombre no es capaz de vivir
por su cuenta sino que necesita que lo cuide su hermana, él no está
listo para cuidar a una esposa.
»Usted dice que es como si Dios le hubiera dado la fuerza para
continuar con su novio a pesar de todo. Es cierto que Dios nos da
fuerza. Pero no culpe a Dios de mantenerla en esta relación que es tan
negativa. Dios quiere que a usted se le trate con amor, cariño y
respeto. Él la ama y tiene un plan maravilloso para su vida. Pero usted
debe confiarle su futuro a Él y no a un sueño ilusorio. Pídale a su
Hijo Jesucristo que sea su Guía y su Salvador.»
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