Jueces 13-21
Dios obra por medio de jueces en una época de corrupción
Sansón fue elegido para ser “nazareo a Dios”,
pero cayó en la perversión de su tiempo, enamorándose de mujeres
paganas. Sólo cuando el Espíritu de Jehová venía sobre él, vencía a los
filisteos. El pueblo no reconocía a Dios como su Rey, y “cada uno hacía lo que bien le parecía”.
Nacimiento de Sansón y su crianza como nazareo (13:1-25)
Como
todos los israelitas, Manoa sufría constantes ataques de los filisteos.
Él no tenía hijos. Y un ángel de Dios anunció a su esposa que tendría
un hijo y debía criarlo como nazareo consagrado a Dios desde su
nacimiento, pues él comenzaría a salvar a Israel. La madre debía cumplir
requisitos nazareos durante la gestación de su hijo.
Mujeres estériles
En
el Antiguo Testamento, muchas mujeres fueron estériles, sintiéndose
miserables al no tener hijos. Pero Dios manifestó ser el autor de la
vida, pues llegaron a ser llamadas ‘madre’ de Israel.
Sansón se involucra con mujeres paganas (14:1-16:22)
Sansón
luchó contra los filisteos, pero amaba mujeres filisteas. Contra la
voluntad de sus padres, se casa con una mujer de Timnat, busca una
ramera de Gaza y se enamora de Dalila, quien descubre de dónde proviene
su fuerza. El Espíritu de Dios venía sobre Sansón. Pero, él no tenía
discernimiento y descuidó el llamado de Dios. Nunca pensó que le
quitaría su fuerza. Sansón era egoísta e impulsivo cuando pensaba que
algo era correcto. Su motivación para pelear no era su fe, sino su deseo
por las mujeres. Sus acciones reflejaban la falta de compromiso de
Israel con su fe, pues iban tras dioses paganos. Aunque había sido
escogido por Dios, se involucraba con el mundo, e incumplía los votos
nazareos. Aun así, Sansón glorificó a Dios, al final de veinte años de
paz en Israel.
La muerte de Sansón (16:23-31)
La
caída de Sansón se debió a su amor por mujeres incorrectas como Dalila,
que amaba más el dinero (vv. 4-5) y lo traicionó varias veces. Aun así,
él no pudo dejarla y terminó revelándole el secreto de su fuerza. Los
filisteos lo hicieron su esclavo y le sacaron los ojos. Recién entonces,
entendió que su fuerza provenía de Dios, y le pidió que se las diera
por última vez, para morir causando la muerte de miles de filisteos.
¿Quiénes eran los filisteos?
Era
un pueblo proveniente de Caftor, de las Islas de Creta (Jer. 47:4, Am.
9:7). Pelearon contra Egipto y se instalaron en las costas del
Mediterráneo, fundando ciudades importantes. Transmitieron a la
civilización de Canaán la cerámica, armas y metalurgia. Adoraban a Dagón (Jue. 16:23, 1 S. 5:1-7), a Astarot (1 S. 31:8-10), y a Baal-Zebub (2 R. 1:2).
Micaía y el sacerdote levita (17:1-18:31)
Micaía
y el levita reflejan la corrupción de Israel. Micaía roba a su madre.
Cuando ella maldice, él le devuelve el dinero y ella manda a hacer
ídolos. Micaía toma a un levita forastero como sacerdote para su
familia, pensando que así sería prosperado.
Unos
espías de la tribu de Dan pasan por ahí. Al preguntar por la voluntad
de Dios, el sacerdote levita les responde. Cuando viene el ejército de
Dan, toman los ídolos y el levita va con ellos, como sacerdote de su
tribu. Ellos toman la ciudad de Lais y se establecen, ubicando los ídolos para adorar. Habían
olvidado el mandato de Dios de ‘no hacer ídolos’. Se quedaron con el
sacerdote y los ídolos de Micaía, porque querían una ‘persona
espiritual’ y los ídolos. El levita, buscando poder y dinero, fue
contratado por la tribu de Dan y les decía lo que querían oír.
La concubina del levita (19:1-30)
Un
levita forastero tomó por mujer a una concubina. Pero ella se fue,
luego de serle infiel. El levita la busca y convence de volver. A mitad
del camino, pasan la noche en Gabaa de Benjamín, donde un anciano los
hospeda. Pero hombres perversos rodean la casa pidiendo que el levita
‘saliera para conocerle’. El anciano ofrece a su hija y a la concubina,
pero ellos insistían. Atemorizado, el levita les entrega a su concubina
quien es brutalmente violada y muere. El levita lleva su cuerpo, lo parte y lo envía a las doce tribus de Israel.
Guerra civil de Israel y mujeres para los benjamitas (20:1-21:25)
Sin
arrepentirse, la tribu de Benjamín hizo guerra contra Israel. Estos
claman por la ayuda de Dios, quien les concede la victoria final. La
tribu rebelde es casi exterminada, excepto 600 hombres. Israel hiere a
espada a los de Jabes-galaad, pero deja 400 mujeres jóvenes con vida,
para los 600 sobrevivientes benjamitas, dándoles permiso para tomar de
las hijas de Silo, a los que quedaron sin mujer.
Es un tiempo marcado por la maldad de Israel, con mucha violencia, perversidad y decadencia moral en el pueblo de Dios: una mujer adultera, hombres son adictos al sexo, un hombre entrega a su esposa para salvarse, un pueblo comete genocidio. El pueblo sufría decadencia moral porque al olvidarse de Dios, “cada uno hacía lo que bien le parecía”.
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