Trasfondo Bíblico: Mat. 25:35-40; Mar. 16:17,18; Gál. 6:1-5; Heb. 13:1-3;
Santiago 5:14.15
Verdad Central: Los creyentes deben seguir el ejemplo de Cristo al cuidar de
la gente que sufre.
Texto Áureo: Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la
ley de Cristo. Gálatas 6:2.
Objetivo: Darnos cuenta de que hay gente a nuestro alrededor que está
sufriendo, y buscar maneras de ministrarles.
Bosquejo:
I. Orando por los
enfermos
A.
Señal de que creen
B.
La provisión de la expiación
II. Cuidando a los
que sufren
A.
El criterio para obtener una herencia
B.
La necesidad en el Cuerpo
III. Restaurando a
los que fallan
A.
Restaurando en mansedumbre
B.
Restaurando en amor
Introducción
Los predicadores a
menudo han reclamado la reforma social. Sin embargo, mientras que han defendido
a los oprimidos y empobrecidos, algunos han sacrificado predicar la verdad
bíblica. El "evangelio social" ha tomado el lugar del "evangelio total" en
muchas iglesias liberales. Algunos cristianos intencionalmente han evitado
cual-quier súplica para proveer las necesidades materiales de los necesitados
por temor a caer en la trampa del "evangelio social". Pero el llamado-de suplir
las necesidades físicas y espirituales de los pobres no debe pasarse por alto.
Jesús demostró que El se interesaba en la persona total. Suplió las necesidades
físicas, sociales, y materiales de los que sufrían. La Iglesia debe tener la
misma actitud, ya sea al orar por los enfermos, proveer lugar a los desamparados
para dormir, o restaurar a la fe a un hermano que ha caído.
Comentario Bíblico
I. Orando por los
enfermos : (Marcos 16:17,18; Santiago 5:14,15)
A.
Señal de que creen
La sanidad es una
de las "señales" que Jesús dijo que seguirían a los creyentes. La palabra
"señal" habla de evidencia. Estos milagros demostraron que el mensaje del
evangelio era genuino y también que el Señor resucitado estaba presente y
obrando junto con sus seguidores.
Pregunta:
¿Cuáles creyentes pueden esperar que las señales los sigan?
Las señales se
dieron para el beneficio de los creyentes mismos. Ellos al igual que nosotros,
necesitaban una afirmación de que no estaban representando a Jesús dependiendo
sólo de sus propias fuerzas. Las "señales" también eran eficaces para el
evangelismo, para convencer a los inconversos. Aunque Jesús rehusó realizar
señales para los que se burlaban o eran sólo curiosos, estaba dispuesto a
demostrar su poder a la gente que sinceramente buscaba la verdad que era El.
El libro de los
Hechos nos muestra cómo los milagros, particularmente las sanidades, sirvieron
para abrir el camino para que los creyentes predicaran el evangelio.
Jesús dijo que las
señales seguirían a los que creen. Los creyentes deben imponer las manos sobre
los enfermos y verlos sanados.
B.
La provisión de la expiación
La sanidad no es
solamente una señal sino también un beneficio de la expiación que pueden recibir
los que creen en Jesús. Santiago dijo que la persona enferma debe llamar a los
ancianos de la iglesia para que oren por ella y la unjan con aceite.
El aceite se usa
para representar la obra del Espíritu Santo. En este sentido, la unción es un
símbolo visible de la oración que se ofrece y el toque del Señor sobre la vida
del individuo enfermo.
Otra
interpretación de la unción es el uso medicinal del aceite. Era una de las
medicinas más comunes de los tiempos bíblicos. Esta interpretación indicaría que
Santiago probablemente estaba recomendando oración y medicina, siendo la oración
a la que se le daría la más alta prioridad. Sin embargo, el contexto del pasaje
se inclina más a considerar al aceite como un símbolo de la unción de Dios.
Con medicina o sin
ella. Santiago afirmó que la oración de fe es la que sana al enfermo. Es el
Señor quien levantará al enfermo. Santiago 5:16 hace referencia al perdón de los
pecados así como a la sanidad del cuerpo.
Pregunta:
¿Cómo puede el pecado ser una causa de enfermedad?
La enfermedad con
frecuencia ocurre cuando los problemas espirituales crean problemas emocionales
que luego causan síntomas físicos. La culpa, el temor, la amargura, y otras
emociones negativas a menudo son la raíz de un montón de enfermedades. También
existe la posibilidad de que en algunos casos Dios envía la enfermedad como una
disciplina (vea 1 Corintios 11:30). A veces la enfermedad es una consecuencia
del estado pecaminoso de la persona; problemas del hígado y el corazón pueden
resultar del consumo de alcohol; enfermedades venéreas son causadas por el
comportamiento inmoral; el cáncer del pulmón en general es causado por el
tabaco.
Pregunta:
¿Cómo deben responder los cristianos a la gente que ha contraído el SIDA u otras
enfermedades venéreas?
Ningún cristiano
debe tomar una actitud de juzgar a los que están enfermos como resultado de un
estilo de vida pecaminoso. El creyente ha de mostrar amor y compasión. De esta
manera, la víctima también estará más dispuesta a buscar sanidad espiritual.
Santiago no decía
que el pecado es siempre la causa de la enfermedad. Más bien, el énfasis de
Santiago era que la oración de fe a favor de un enfermo también puede traer
perdón cuando se presenta la necesidad. Santiago dice "si hubiere..." Las
"buenas nuevas" del evangelio son que hay perdón por el pecado. La expiación de
Cristo ha hecho provisión por el pecado y la enfermedad; debemos esperar que se
remuevan ambos en respuesta a la oración de fe.
II. Cuidando a los
que sufren: (Mateo 25:35-40; Hebreos 13:1-3)
A.
El criterio para obtener una herencia
El cristianismo
verdadero requiere que tengamos una preocupación genuina por las necesidades de
otros. Jesucristo dijo que en el juicio de las naciones, el criterio que va a
usar para decidir quién heredará el Reino incluirá cómo la gente cuidó a los
necesitados. Nuestras expresiones de amor no merecen el favor de Dios, sino son
evidencia de la obra de gracia que hemos recibido por medio de la fe (1 Juan
3:16-18).
Varios grupos
específicos a quienes debemos ayudar se nombran en Mateo 25:37-39: los
hambrientos, los sedientos, los forasteros, los desnudos, los enfermos y los
presos. Ayudar a esta clase de gente no se limita a obras de caridad de
proporciones extraordinarias. Casi todos podemos ofrecer un plato de comida o
por lo menos un vaso de agua. Muchas personas tienen suficientes recursos como
para poder ofrecerle lugar a la persona de la calle o al que está sin ropa. No
hay que tener habilidades especiales para mostrar interés por los enfermos o los
que están en la cárcel.
Las obras de amor
deben ser un resultado natural de nuestra relación con Dios. Las preguntas que
hacen los justos muestran cuan lejos están sus pensamientos de recibir mérito
alguno por sus actos. No llevan registro de lo que hacen por otros, sólo confían
en la gracia de Dios.
Los actos de
compasión y benignidad hacia "uno de estos mis hermanos" probablemente no
serían siquiera notados por el mundo, pero Jesús considera que se le han hecho
esos actos a El. De manera que estamos haciendo esto como para el Señor, aunque
no lo reconozcamos en el momento.
B.
La necesidad en el Cuerpo
El escritor a los
Hebreos adopta el mismo concepto del amor fraternal (13:1-3). Esta virtud debe
ser natural entre los miembros de un mismo cuerpo espiritual, pero hubiera sido
particularmente necesario entre el pueblo perseguido a quien le fue dirigida
esta carta.
Una manera de
demostrar amor fraternal era ser hospitalario. Esta actitud no debía limitarse
sólo a los conocidos más cercanos, sino que debía extenderse a otros hermanos
cristianos de lugares lejanos. El odio que tenían los judíos por los cristianos
hacía extremadamente difícil que éstos encontraran hospedaje cuando tenían que
viajar por asuntos de negocio o cuando salían a predicar en las iglesias o aun
cuando eran expulsados de sus hogares debido a la persecución.
El escritor
aconsejó la hospitalidad recordando a los lectores que algunos (tales como
Abraham y Lot, Génesis 18 y 19) habían hospedado a ángeles sin saberlo.
Al mostrar
hospitalidad a sus hermanos, estos creyentes también podrían "hospedar
ángeles", o mensajeros de Dios. El escritor probablemente también tenía en
mente lo expresado por Jesús de que cualquiera que recibe a uno de sus siervos
recibe al Señor mismo.
Otra expresión de
amor fraternal era cuidar de los presos. La preocupación de los creyentes debía
expresarse con tanta devoción como si ellos mismos fueran los presos. Por cierto
debían recordar que Jesús consideraba tal acto de bondad como si El mismo
estuviera preso.
Pregunta: ¿De
qué manera difiere el ministerio a los presos hoy día de lo que este pasaje
explica? ¿Cómo es parecido?
Muy posiblemente
los presos a quienes el escritor se refiere estaban presos debido a su
testimonio cristiano. En nuestra época hay creyentes que son arrestados por su
fe, pero la mayoría de los prisioneros son encarcelados por razones menos
nobles.
A veces ciertos
prisioneros vienen al conocimiento del Señor después que han cometido sus
crímenes; a veces es porque otra persona en la prisión les habla de Jesús. La
razón de su encarcelamiento puede ser diferente, pero estos creyentes también
son hermanos, aunque algunos los consideren los "hermanos más pequeños".
Aun los prisioneros incon versos son potenciales hermanos en la fe que necesitan
escuchar y ver el evangelio.
Tanto los
creyentes como los inconversos tienen necesidades. Cristo nos llama a mostrarles
a ellos el mismo amor que le mostraríamos a El.
III. Restaurando a
los que fallan (Gálatas 6:l-5)
A.
Restaurando en mansedumbre
Entre la gente que
sufre más, está la que ha fallado espiritualmente. Ellos a menudo se aíslan del
Cuerpo de Cristo debido a que se sienten culpables y avergonzados. También
tienden a aislarse cuando otros creyentes los juzgan o los echan fuera.
Pregunta:
¿Cuáles deben ser nuestras prioridades al responder a la falla espiritual de
alguien que pertenece al Cuerpo?
Cuando vemos caer
a uno de nuestros hermanos, nuestro primer deseo debe ser restaurarlo. Esa
restauración debe ser primero con Dios; luego hay que buscar la manera de hacer
volver a ese hermano dentro del círculo de comunión con el resto del Cuerpo de
Cristo.
Los que son
verdaderamente espirituales no responderán al fracaso con un espíritu de
critica. Más bien, el creyente espiritual se extenderá en amor hacia los que
necesitan ayuda. Se debe ayudar a la persona con un espíritu de mansedumbre y no
de arrogancia o brusquedad. Debemos demostrar la misma bondad que nosotros
desearíamos si nos encontráramos en una situación semejante.
La palabra
"restaurar" puede significar "restaurar a su condición anterior" o 'traer a un
estado completo". Ambos significados encajan bien en esta situación. Debemos
tratar de ayudar al hermano a volver al lugar de compañerismo que antes gozaba
con el Señor y con la Iglesia. Pero su restauración debe verse como parte del
proceso de traerlo a un estado espiritual más "completo" del que tenía antes.
Cuando reconocemos
que ninguno de nosotros ha alcanzado un estado de perfección, entonces se mejora
nuestra actitud en el proceso de restauración. Por más espirituales que nos
creamos ser, todos poseemos la tendencia a fallar, especialmente cuando
comenzamos a confiar en nuestras propias fuerzas más bien que en la gracia de
Dios para mantenemos fíeles a El.
B.
Restaurando en amor
La ley de Moisés,
según los judíos la enseñaban, era una ley de juicio. Pablo dijo que los que
enseñan misericordia están ayudando a cumplir la ley de Cristo. Jesús no vino
para juzgar sino para salvar (vea Juan 12:47).
Los miembros del
Cuerpo son interdependientes. Cuando uno sufre, todo el Cuerpo sufre. Cuando uno
tiene una carga pesada que llevar, la carga pertenece a todo el Cuerpo. Debemos
estar dispuestos a echamos al hombro la responsabilidad y cuidar de nuestro
hermano necesitado.
Si un hombre
piensa que es espiritual pero no es capaz de esforzarse en ayudar a su hermano,
se engaña a sí mismo. Está en bancarrota espiritual porque no tiene el amor de
Dios.
Antes que juzgar a
nuestros hermanos, debemos considerar si nosotros estamos viviendo o no de una
manera que agrada a Dios. No seremos juzgados por lo que hacen otros, sino por
nuestras propias acciones y actitudes.
Mientras
mantenemos una relación con el Señor y seguimos su ejemplo, vamos a poder ayudar
a otros que sufren, ya sea que estas víctimas cayeron espiritualmente, o
necesitan sanidad físicamente, o tienen alguna otra necesidad.
Aplicación
Ser cristiano
significa imitar a Cristo. Pocas son las características de la vida y el
ministerio terrenal de Cristo que sobresalen más que su compasión. Sanó a los
enfermos, consoló a los afligidos, y trajo restauración espiritual a quienes
estaban lejos del Padre.
Debemos ejercer
nuestra fe a favor de los enfermos. Se ha vuelto una práctica menos difícil
dejar que los enfermos vayan a las clínicas o a los hospitales que tomar el
tiempo para orar por ellos. Ojalá que nos podamos despertar a las posibilidades
que existen de decir la oración de fe a favor de los enfermos.
Debemos mantener
nuestros ojos abiertos al dolor que algunos miembros dentro de la iglesia sufren
y al dolor que impera fuera de la iglesia. Si nos concentramos completamente en
nuestros propios asuntos, no estaremos obedeciendo a la Gran Comisión. Los que
están afuera de la iglesia nunca serán atraídos a Cristo mientras nuestra
atención se enfoque sólo en nosotros.
Finalmente, hay
una lucha espiritual permanente en la que cada creyente está envuelto. Cuando un
creyente cae en la tentación, existe la posibilidad de que pierda la batalla
completamente. Más bien que juzgar los fracasos de nuestros compañeros
cristianos, nuestra primera reacción debe ser buscar maneras de restaurarlos a
una victoria espiritual y al compañerismo en el Cuerpo. Para que cualquier
cuerpo de creyentes permanezca espiritualmente vivo y unido, los miembros deben
ser sensibles a las luchas de los que viven en medio de ellos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario