Trasfondo Bíblico:
Daniel 9:20-27; 12:1; Mateo 24:15-22; Apocalipsis 6:1-17; 16:13-16;
19:11-21
Verdad central: Los que persisten en
sus malos caminos sufrirán mucha tribulación.
Texto áureo: Porque habrá entonces
gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora,
ni la habrá. Mateo 24:21
Objetivos
1. Ver los últimos juicios de Dios profetizados contra este mundo durante
los últimos días.
2. Apreciar la paz que los cristianos tienen al saber que serán librados
de ese juicio.
Bosquejo
I. La tribulación se predice
A.
La semana número setenta
B.
La gran tribulación
II. Se describe el Juicio
A.
Se abren los siete sellos
B.
Los cuatro jinetes
C.
Más mártires
D.
La ira del Cordero
III. El triunfo en Armagedón
A.
El Rey de reyes
B.
La derrota del anticristo
Introducción
Dios le dio un nuevo ministerio a Daniel.
De joven interpretaba los sueños de otros. Después Dios le dio nuevas visiones
de su plan para la humanidad, pero Daniel estaba más preocupado del día en que
vivía y de su propio pueblo. Daniel leyó que Jeremías había profetizado que el
juicio de Dios sobre Jerusalén duraría setenta años (Daniel 9:2; Jeremías 25:11;
29:10). Los setenta años estaban para terminar y nada había sucedido todavía.
Mientras Daniel estaba orando sobre esto, el ángel Gabriel le trajo una nueva
revelación. Israel en efecto regresaría a la Tierra Prometida, pero el plan de
Dios de restaurar a Israel incluía otras cosas. Quedaban setenta períodos de
tiempo de siete años cada uno. El último periodo cabria dentro de las profecías
más tempranas que muestran que el reino debe establecerse por medio de juicio.
Esto fue confirmado por Jesús y se describe en Apocalipsis.
Comentario Bíblico
I. La tribulación se predice (Daniel
9:20-27; 12:1; Mateo 24:15-22)
A. La semana numero setenta
La línea davídica de reyes perdió el
derecho al trono cuando Dios hizo que Nabucodonosor llevara a los judíos
cautivos por setenta años. Los profetas revelan que Dios lo hizo para deshacerse
de la idolatría de Israel.
Los setenta años cumplieron su propósito.
Todos los falsos profetas dijeron que la gente volvería en poco tiempo (Jeremías
28:2,3), pero al pasar los años, los judíos se dieron cuenta quiénes eran los
verdaderos profetas. Estudiaron sus escritos y aprendieron que la idolatría era
necedad (Isaías 40:18-20; 41:29; 44:9-17; Jeremías 10:3-5, 11,14). Daniel oró
entonces para que Dios cumpliera la profecía de Jeremías que regresarían.
Gabriel dijo que Dios en efecto les permitiría regresar, pero también añadió que
Dios tendría que realizar una obra mayor antes de enviar al Mesías.
Pregunta: ¿Qué son las setenta
semanas?
En efecto, setenta semanas, es decir,
setenta veces siete años (490 años), fueron decretados sobre Israel. Sesenta y
nueve de esas semanas alcanzarían hasta el tiempo del Mesías. Al final de la
semana número sesenta y nueve, el Mesías seria muerto. Entonces el pueblo del
príncipe que habría de venir (pero no el príncipe mismo) destruiría la ciudad de
Jerusalén y el templo. La Biblia no dice con precisión el tiempo cuando el
príncipe que habría de venir haría un pacto con muchos. El Antiguo Testamento a
veces no hace mención de la época entera de la Iglesia en la profecía. (Compare
Zacarías 9:9,10 en que el versículo 9 habla de la primera venida de Cristo, y el
versículo 10 de su segunda venida sin mostrar el tiempo intermedio.) El pacto
indica el comienzo de la semana número setenta que se decreta sobre el pueblo de
Daniel. Al llegar a la mitad de esa semana de años (siete años), el príncipe
destruirá la ciudad y el santuario y pondrá fin al orden de sacrificios. El
templo tendrá que ser construido de nuevo para que eso suceda.
Pregunta: ¿Quiénes son el pueblo del
"príncipe que ha de venir" y el príncipe?
Algunos suponen que el Mesías, el
"príncipe", en Daniel 9:25, es el mismo príncipe que ha de venir y hacer el
pacto en Daniel 9:27, pero el Mesías fue crucificado antes de que entrara la
semana número setenta. El pueblo del príncipe que habría de venir destruyó a
Jerusalén y el templo en el año 70 d.C. Ese pueblo eran los romanos, no el
pueblo del Mesías. Los romanos no hicieron ningún pacto con Israel después de la
muerte de Jesús. Tampoco fueron cumplidas todas las señales que Jesús dio en la
destrucción de Jerusalén. Es evidente que la semana número setenta de Daniel aún
está en el futuro. Da una base para decir que el período de la gran tribulación
será siete años.
Pregunta: ¿Qué significa el "tiempo
de angustia"?
Daniel 12:1 también pasa al tiempo de la
gran tribulación y lo identifica como un tiempo de problemas como jamás se
habrían visto desde que hubo gente. "Angustia" aquí viene de una palabra que
significa "muy angosto". Vino a significar angustia causada por presión de los
enemigos. Jeremías 30:7 usa la misma palabra para hablar del tiempo de la
angustia de Jacob. "Una nación" viene del hebreo que normalmente significa una
nación gentil. Así que este tiempo de angustia será peor que cualquier otra
época de la historia pasada.
B. La gran tribulación
Jesús dijo que el evangelio del reino,
del poder y el gobierno de Dios se debe predicar a cada nación antes que llegue
el fin (Mateo 24:14). Cada cristiano debe ver en este mandato la importancia del
evangelismo personal. El cumplimiento de las profecías de Dios incluye la
obediencia de cada creyente en este aspecto.
Jesús también habló de la abominación
desoladora de la cual habló el profeta Daniel, e identificó el tiempo como "gran
tribulación" (Mateo 24:21). El cumplimiento inicial de la profecía de Daniel de
la abominación o cosa detestable que causa desolación ocurrió en el año 168 a.C.
cuando Antíoco Epifanes puso una imagen del dios griego Zeus en el templo de
Jerusalén y sacrificó un cerdo sobre el altar.
Daniel y Jesús vieron un cumplimiento
mayor también. Es muy probable que la abominación se refiera al tiempo del
anticristo y al establecimiento de su imagen en un templo reconstruido en
Jerusalén. Esa será la señal para que los judíos huyan a los montes. Será tan
urgente la necesidad de huir que la gente en las azoteas de las casas judías
deben bajar por las escaleras de afuera sin entrar a sus casas por sus
posesiones. Los que están en el campo no deben volver para recoger sus capas.
Será un tiempo difícil para las madres que estén encintas. La huida durante el
invierno también podría ser difícil porque en Jerusalén cae nieve y se forma
hielo. La huida en el día de reposo sería difícil para los observadores
estrictos de la ley de Moisés, pero todos los judíos deben huir, porque entonces
la gran tribulación empezara.
Aunque el mundo merece el juicio de Dios
a causa de sus muchos pecados, "por causa de los escogidos, aquellos días serán
acortados". La palabra "escogidos" en el Nuevo Testamento normalmente se refiere
a los que han aceptado la invitación de Dios a ser salvos, y que ponen su fe en
Jesús, pero muchos creen que en el versículo 22 los "escogidos" ser refiere a
los judíos.
Pregunta: ¿Qué deben hacer los judíos
cuando la abominación desoladora se manifieste?
II. Se describe el Juicio (Apocalipsis
6:1-17)
A. Se abren los siete sellos
Juan tuvo una visión panorámica de la
gran tribulación cuando Jesús abrió los sellos que probablemente estaban en el
borde extremo del pequeño libro en forma de rollo de papel. Cada una de estas
visiones reveló algo sobre los juicios que serian derramados sobre la tierra.
Pregunta: ¿Por qué es digno Jesús de
abrir los siete sellos?
Sólo Jesús fue hallado digno de romper
los sellos y abrir el libro. Su dignidad es evidente, porque Juan lo vio, no
como el León de Judá que es, sino como el Cordero de Dios, aún con las marcas de
su inmolación. Nadie podía decir que El merecía el mismo juicio, porque estaba
sin pecado. Nadie pudo decir que El no hizo lo suficiente para prevenir que el
juicio cayera sobre la gente. El dio su vida.
Pregunta: ¿Qué puede indicar que nada
sucederá en la tierra en el momento que se abran los primeros seis sellos?
Juan estaba en el cielo cuando los sellos
fueron abiertos. Hay muchas opiniones con respecto al tiempo cuando se cumple el
juicio de cada sello. Una posibilidad es que no se cumplen hasta que se abra el
último sello. Es decir, esas visiones se anticipan, y no sucede nada en la
tierra en el momento que se abre cada sello. Según esa opinión, con cada uno de
los primeros seis sellos, Juan tuvo una visión que reveló lo que sucedería
después de abrirse el pequeño libro. Note que con el quinto sello se especifica
lo que sucederá en el futuro. Apocalipsis 7:1-3 también muestra que nada sucede
en la tierra hasta que se revele el séptimo sello. Cuando se abre el séptimo
sello hay silencio en el cielo por aproximadamente media hora (Apocalipsis 8:1).
Hasta llegar ese momento, la corte del cielo estaba llena de alabanza, pero
entonces hay silencio porque la atención de todos se vuelve hacia la tierra y a
los juicios que se llevarán a cabo cuando suenen las siete trompetas.
B. Los cuatro jinetes
Pregunta: ¿Qué representan los cuatro
jinetes?
Los primeros cuatro sellos traen visiones
de cuatro jinetes. La Biblia dice que el jinete del cuarto caballo es la
"muerte" personificada. Por eso parece mejor tomar a todos los jinetes como
personificaciones de lo que acontecerá en los juicios de la gran tribulación. Es
muy probable según la descripción de cada jinete, que el primero es "vencedor",
el segundo "guerra", y el tercero es "hambre".
C. Más mártires por venir
Cuando el quinto sello fue abierto, Juan
vio una visión de almas "bajo el altar" en el cielo. Las palabras, "bajo el
altar" recuerdan el uso de una frase semejante del Antiguo Testamento cuando la
sangre de los sacrificios se derramaba al pie del altar (Éxodo 29:12; Levítico
4:7). Esos mártires no contribuyeron nada a la obra redentora de Cristo, porque
sólo El pudo morir por el hombre, pero participaron en su sufrimiento
(Filipenses 3:10; Apocalipsis 12:11). Algunos creen que ellos incluyen a todos
los mártires de Cristo desde Esteban hasta el día presente (Hechos 7:54-60).
Otros creen que son los mártires de la primera parte de la gran tribulación. Es
mejor no tratar de formar una opinión dogmática al respecto.
Los mártires le piden a Dios que juzgue y
vengue (en el sentido de asegurar la justicia) su sangre, es decir, su muerte.
Murieron a mano de personas rebeldes hacia Dios, y mientras estos rebeldes anden
sueltos en la tierra, la obra de Dios será obstaculizada. Así que los mártires
en realidad exclaman por el cumplimiento de la profecía en 2 Tesalonicenses
1:4-10 donde al final de la gran tribulación Jesús regresa en llama de fuego
para "dar retribución a los que no conocieron a Dios."
Esos mártires son alentados al recibir
vestiduras blancas que simbolizan la justicia, pero tendrán que esperar hasta
que se agreguen otros mártires a ellos antes que ese juicio final se realice.
Cuando se considera la dedicación de estos cristianos que dieron su vida por su
fe, hay que preguntarse si se está dispuesto a pagar tan alto precio.
D. La ira del Cordero
Cuando se abrió el sexto sello, Juan tuvo
una visión que parece haber sido una vista panorámica de todos los juicios que
ocurrirían después que Jesús abriera el séptimo sello y los juicios empezaran a
caer sobre la tierra, pero no necesariamente en el orden que se presenta aquí.
En otras palabras, ésta fue una visión que anticipaba algunas de las cosas que
ocurrirían en la gran tribulación; pero puede que no ocurran en el orden dado.
Habrá terremotos, tremendos cambios en la superficie de la tierra, todo
acompañado de disturbios cósmicos que la gente de todo nivel social y económico
reconocerá como la ira del Cordero.
No habrá creyentes en la tierra durante
este tiempo, porque Dios no los ha puesto para ira (1 Tesalonicenses 5:9).
III. El triunfo en Armagedón (Apocalipsis
16:13-16; 19:11-21)
A. El Rey de reyes
Los ejércitos del cielo siguen a Jesús en
la batalla final de la gran tribulación, es decir, la batalla de Armagedón.
También montan caballos blancos, porque toman parte en su triunfo. Sus
vestiduras y el hecho de que lo acompañan, los identifica como la Iglesia
(Apocalipsis 17:14; 19:8; 1 Tesalonicenses 4:17).
La espada aguda representa la espada del
Espíritu, la Palabra de Dios en todo su poder profetice. Se iguala al
quebrantamiento de las naciones con una vara de hierro (Salmo 2:9). Es decir,
gobernar con una vara de hierro en Apocalipsis 19:15 también es un cumplimiento
de Daniel 2:34, 35, 44, 45 en que las naciones son destruidas y llevadas por el
viento para que el reino de Cristo pueda cubrir la tierra.
Esta cosecha de juicio se describe
también cuando Jesús pisa el lagar del furor y de la ira del Dios Todopoderoso.
Así que Jesús vendrá como Rey de reyes y Señor de señores, y nadie podrá
prevalecer contra El.
B. La derrota del anticristo
Las aves que comen carne estarán listas
cuando el anticristo y sus ejércitos se reúnan en el valle de Armagedón. Juan en
una visión luego ve las huestes del anticristo reunidas para hacer guerra contra
Cristo y sus seguidores. El libro de Apocalipsis no describe la batalla, pero el
resultado es seguro. El anticristo y su falso profeta son capturados y lanzados
dentro del lago de fuego. Ese será también el destino final de todos los que los
siguen.
Las fuerzas del mal parecen dominar
cualquier bien que hay en este mundo. Los creyentes deben mantener los ojos de
fe puestos en Dios y su control supremo de la historia del mundo entero. Se
puede tener ánimo durante los tiempos actuales de angustia cuando se recuerda la
promesa de victoria y el reino futuro de Dios.
Aplicación
El deseo de conquistar a otros pueblos,
la guerra, el hambre y la muerte han sido parte del mundo en alguna forma u otra
desde la caída del hombre. La primera mención de guerras y conquistas de otros
pueblos en la Biblia, en Génesis capitulo 14, muestra que la guerra trae más
guerra. Esto es verdad todavía hoy. La primera guerra mundial dejó condiciones
que precipitaron la segunda guerra mundial. Esa guerra dejó condiciones que
precipitaron los conflictos de Corea y Vietnam, y también las otras guerras que
hay en el mundo. Muchas partes del mundo sufren hambre. El número de muertes
violentas parece crecer en todas partes del mundo, pero todo esto no es nada en
comparación con los juicios que vendrán durante la gran tribulación.
Aunque no se tiene la solución final de
todos los eventos de Daniel y Apocalipsis, se puede ver claramente la mano de
Dios en el futuro de la humanidad. El mensaje que hay en la descripción de la
Biblia acerca de la gran tribulación es una advertencia vivida contra las
consecuencias del pecado. Los cristianos tienen que mantenerse despiertos y
alertas para que no caigan en pecado. Todos los que persisten en el mal sufrirán
los juicios de Dios. La responsabilidad del creyente es vivir por El cada día
para disfrutar de la recompensa eterna.
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