Fondo Bíblico:
Deuteronomio 31:14-30; 32:1-U; 34:1-12
Verdad central:
Los que viven para Dios pueden ser triunfantes ante la muerte.
Texto Aureo:
Estimada es a los ojos de Jehová la muerte de sus santos. Salmo 116:15
Objetivo:
Entender que nuestro servicio fiel es recompensado aun en la muerte, y dedicarnos
a servir y agradar a Dios.
Bosquejo
I. Preparándonos
para la muerte
A. Dios
controla todo
B. La
obediencia de Moisés
II. Recordando las
misericordias de Dios
A. La
elección de Israel
B. La
redención y provisión de Dios
III. El tributo
final
A. En las
manos de Dios
B. Dentro
del corazón de Israel
Introducción
La muerte es la
última experiencia terrenal de la cual todos participarán, sin importar su
genealogía, estado social, riquezas, o educación. La muerte no respeta a nadie.
Los fuertes y los poderosos tratan de retarla. Los muy ocupados tratan de
ignorarla. Los que sufren a veces la anhelan. Las masas la temen.
El relato de la
muerte de Moisés en el libro de Deuteronomio se dirige indirectamente a algunos
de los temores que la gente tiene acerca de la muerte. Moisés había vivido una
vida larga y fructífera. Así como él enseñó al pueblo de Israel a vivir en
íntima comunión con Dios, su ejemplo también les mostró cómo morir. La actitud
de Moisés hacia la muerte es un ejemplo saludable que los creyentes de todas las
edades pueden seguir.
Comentario Bíblico
I. Preparándonos
para la muerte (Deuteronomio 31:14-23 A. Dios controla todo)
Es posible que
Moisés fuera una de las personas más preparadas para enfrentar la muerte. Las
circunstancias penosas descritas en Números 20:1-13 nos dicen por qué Moisés y
Aarón nunca alcanzarían la Tierra Prometida. Los versículos 22-29 presentan el
relato de la muerte de Aarón en el Monte Horeb cerca de la frontera de Edom.
Dios recordó a Moisés en Números 27 que él moriría después que hubiera visto la
Tierra Prometida desde una distancia. Deuteronomio 31 presenta la misma
narrativa y entra en más detalles sobre los mismos eventos. En el versículo 14
Dios le informó a Moisés que su tiempo había llegado.
Pregunta: ¿Se
registra en la Biblia la muerte de Moisés con un tono de condena-dón? Explique
su respuesta.
A pesar de que la
muerte de Moisés se asociara con su pecado anterior,
todavía es una
historia de esperanza y de triunfo espiritual. Moisés no murió bajo condenación.
Al final de su vida, aún era un siervo obediente a un Dios amoroso y
todopoderoso que controló el destino suyo y el de su pueblo amado. El pecado de
Moisés fue real, pero igualmente el perdón de Dios. Moisés no entraría
físicamente en la Tierra Prometida con el pueblo, sin embargo, le esperaría una
recompensa eterna.
Deuteronomio 31:14
nos muestra la preparación de Dios del futuro inmediato. Josué sería puesto como
el líder de Israel en preparación para la muerte de Moisés. Cuando Moisés y
Josué aparecieron ante el Señor en el tabernáculo, Dios le "dio orden a Josué
hijo de Nun (v. 23). Dios ordenó a Josué a que se esforzara y fuera valiente.
¿Por qué podría Josué hacer esto? Porque Dios había prometido estar con él.
Además, Dios estaba
preparando a Israel para la muerte de Moisés, y su divina preparación realmente
estaba anticipando el futuro lejano de esta nación. Aunque Israel parecía
obedecer el liderazgo de Moisés, Deuteronomio 31:16-18,20,21 describe cómo el
pueblo rechazaría a Dios. Dios vio el futuro, El vio los fracasos de su pueblo,
y en su manera amorosa El compartió con Moisés su plan de atraerlos de nuevo
hacia El.
B. La obediencia de
Moisés
En Deuteronomio
31:19 Dios da a Moisés sus últimas órdenes como líder de Israel. Moisés debía
escribir un cántico que sería un testimonio "contra los hijos de Israel" de
parte de Dios. La palabra "contra" puede parecer negativa, pero el mensaje del
cántico era para recordar al pueblo de Israel que Dios es su única salvación.
Moisés con la inspiración de Dios escribió el cántico que relataba la fidelidad
de Dios y le hacía un reto al pueblo de permanecer fiel al pacto (32:1-47).
La manera como el
creyente enfrenta la muerte es su última declaración de fe. Así como Moisés, es
ahí donde tenemos la última oportunidad para proclamar la fidelidad de Dios. Y a
través de ella que podemos desafiar a las generaciones futuras a tener fe en el
Señor.
La preparación del
cristiano para la muerte tiene un gran significado espiritual. Hay pasos
prácticos que se pueden tomar también. Al hacer los preparativos necesarios uno
puede aliviar mucha de la ansiedad asociada con la muerte.
Pregunta: ¿Cómo
podemos mitigar algunas de nuestras ansiedades acerca de la muerte?
II. Recordando las
misericordias de Dios (Deuteronomio 32:7-14)
A. La elección de
Israel
Bajo el escenario
de una corte celestial, el cántico de Moisés convocó a los cielos y a la tierra
a ser testigos de la validez de su testimonio (32:1-4). El acusó al pueblo por
una serie de declaraciones y preguntas (vv. 5,6), y pidiéndoles que recordaran
la fidelidad de Dios hacia ellos a pesar de sus rebeliones (vv. 7-14). Expuso a
plena luz la inutilidad de llamar a otros dioses (w. 15-18), y el cántico de
Moisés concluye con el veredicto y juicio pronunciado sobre Israel (w. 23-42).
Pero como se evidencia en el versículo 43, Dios siempre está presto para ayudar
a los que le buscan. El último tema del cántico es la misericordia de Dios.
Para Israel,
recordar el pasado no era sólo un asunto de interés histórico. El pasado era
como un centón con muchas piezas, y cada pieza era un evento que demostraba la
obra de Dios a favor de su pueblo. Al tomar tiempo para recordar y considerar el
pasado, se aseguraría esperanza para el futuro. Los versículos 8 y 9 expresan la
soberanía de Dios sobre las naciones del mundo. Dios específicamente eligió a
Israel de todas las demás naciones para servirle. Israel (aquí llamado Jacob)
recibió cuidado especial.
Pregunta: ¿Fue el
cuidado especial de Israel por Dios evidencia de que El favorecía a Israel?
La elección divina
no es asunto de favoritismo, más bien de servicio espiritual. La elección de
Dios de cierta nación no excluye Su llamado universal a las naciones a ser
salvas. Sin embargo, esto demuestra que Dios en su soberanía llama a ciertas
personas o naciones a cumplir su voluntad. El hecho de que Israel era la
"porción" y "heredad" de Dios hizo que su corrupción fuera un acto aun más
penoso. Así que, no sólo hay un llamado especial para los escogidos, sino una
mayor responsabilidad también.
B. La redención y
provisión de Dios
La referencia a la
"tierra de desierto" y el "yermo de horrible soledad" en el versículo 10 puede
referirse a Egipto. Es un contraste radical a la buena tierra de Canaán. Egipto
nunca sería el lugar donde el pueblo habitaría permanentemente, pero fue un
lugar que ellos debían experimentar. Fue un tiempo de prueba y preparación.
La comparación de
Dios con el águila en el versículo 11 refleja el lenguaje de Éxodo 19:4. Antes
de entregar el pacto a Moisés en el Monte Sinaí, Dios le recordó a Moisés y al
pueblo cómo El los había librado "sobre alas de águilas". Deuteronomio 32:12
específicamente llama la atención al hecho de que Dios fue el que guió al
pueblo. También se refiere en forma indirecta a la tendencia perversa del pueblo
a regresar a la adoración de otros dioses. No debemos olvidar nunca quién fue el
que nos libró de la esclavitud del pecado.
Los versículos 13 y
14 concluyen con la sección que enumera las bendiciones de Dios. Moisés recordó
al pueblo cómo Dios los había guiado a conquistar los pueblos de la tierra
("subir sobre las alturas"). Además, la provisión de Dios fue abundante. Las
frases del versículo 14 demuestran esta abundancia.
Pregunta: ¿Cómo
se aplica este cántico, que describe en gran detalle la experiencia de Israel,
al cristiano en su vida de fe?
La muerte es el
último paso en la jornada espiritual de todo ser. En su muerte, el cristiano
puede exclamar así como Pablo: "¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh
sepulcro, tu victoria?" (1 Corintios 15:55). El valor de tal testimonio, como el
cántico de Moisés, tiene un doble propósito. Primeramente, ofrece una última
oportunidad para que se cumpla la Gran Comisión de Cristo: "El nombre de Jehová
proclamaré. Engrandeced a nuestro Dios" (v. 3). Segundo, da al individuo una
última oportunidad de ver la bondad de Dios. Al ver esto, se fortalece nuestra
fe y sirve para preparamos para la transición aun más misteriosa pero de más
gozo de la vida del cristiano.
III. El tributo
final (Deuteronomio 34:5-12)
A. En las manos de
Dios
Moisés pasó los
últimos momentos de su vida de la manera que mejor describió su vida y
ministerio: en directa comunión con Dios. Dios llevó a Moisés a las alturas de
una montaña y le mostró en forma milagrosa la tierra que los hijos de Israel
poseerían (Deuteronomio 34:1-4). Al hacer esto, Dios aseguró a Moisés por última
vez de su fidelidad a los que entran en un pacto con El.
Moisés murió en la
montaña y Dios se encargó de enterrarlo (vv. 5,6). Esto es indicación de que
Dios estuvo presente en la vida de Moisés desde el comienzo hasta el fin. El
hecho de que nadie conoció el lugar de la sepultura de Moisés le da un aspecto
misterioso al evento. El versículo 9 del libro de Judas trata el evento un poco
más ampliamente, pero los eventos sobrenaturales no se describen más
detalladamente. Al final, las circunstancias que rodearon la muerte de Moisés lo
identificaron como un siervo de Dios.
Pregunta: ¿Cómo
puede la muerte de un creyente contribuir a su testimonio?
Aunque la muerte en
sí no es placentera, Dios puede usar esta experiencia para traer gloria a su
nombre. Todo creyente debe ver la muerte como un acto final de esta vida que
está bajo el control del Padre Celestial. El cristiano que enfrenta la muerte
con la paz de Dios puede comunicar a otros la realidad de la fe cristiana.
B. Dentro del
corazón de Israel
Los últimos seis
versículos de Deuteronomio conmemoran la vida de Moisés. Su descripción final es
positiva en todo aspecto. Se le describe físicamente en una forma que refleja la
dignidad que poseía (v. 7). La comunidad israelita observó formalmente un mes de
luto, una vez más mostrando que tenían gran respeto por él (v. 8). Hasta la
referencia a Josué como líder de Israel se califica por una referencia especial
a Moisés. Josué "fue lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés había puesto
sus manos sobre él" (v. 9).
Aunque él había
pecado contra Dios, Moisés murió con su reputación intacta para todas las
edades. Los versículos 10-12 demuestran esto. Pero estos versículos también
aluden a la fuente del éxito de Moisés. Moisés se distinguió de todos los demás
profetas que lo siguieron por su relación con Dios. El fue uno "a quien haya
conocido Jehová cara a cara" (v. 10). Las "señales y prodigios" que hizo en
Egipto fueron las que "Jehová le envió a hacer" (v. 11). El "gran poder" y los
"hechos grandiosos" (v. 12) durante su ministerio fueron hechos debidos a la
unción de Dios en su vida.
El ejemplo de
Moisés es un desafío a los creyentes de hoy día. A través de los siglos Moisés
sería recordado por su comunión íntima con Dios y por las señales poderosas que
Dios había obrado por medio de este siervo humilde. Los cristianos deben desear
que otros los recuerden no por lo que han hecho, sino por la obra que Dios ha
hecho en y a través de su vida. Una de las cosas que le ayuda al creyente a
enfrentar victoriosamente a la muerte es reconocer que Cristo ha traído
satisfacción y cumplimiento a su vida.
Aplicación
Las ideas,
sentimientos, y ansiedades que los cristianos tienen concerniente a la muerte se
parecen a las que tienen las personas que no son parte de la Iglesia, pero
también se distinguen de las mismas. Las semejanzas están unidas a las emociones
humanas que los creyentes comparten con el resto del mundo. La diferencia
maravillosa es la esperanza gloriosa que el creyente tiene en Cristo.
Moisés nos dejó un
ejemplo para saber cómo tratar con la muerte con honradez, integridad, y
confianza. No podemos desarrollar tal sentir por sólo desearlo. Demanda mucho
trabajo y planificación. Implica tener que enfrentar preguntas difíciles que
muchos tratan de pasar por alto. Significa poner toda nuestra confianza en Dios.
Responder de esta
manera al hecho de que la muerte es inevitable nos beneficiará a nosotros y a
los demás también. Hacer los preparativos necesarios para la muerte es una
expresión de que estamos cumpliendo con el mandato de Dios de cuidar a nuestros
seres queridos. También nos brinda una última oportunidad de proclamar la
presencia triunfante de Cristo en nuestra vida. Nos da una última oportunidad de
desafiar a los que permanecen para servir a Dios con una renovada dedicación y
determinación.
¿Cómo nos
recordarán? ¿Seremos conocidos por llegar a ser lo que quisimos ser? ¿Por estar
absortos en nuestra propia vida? ¿O nos recordaran por ser lo que Dios quiso que
fuéramos en nuestra vida? ¿Qué dirá la gente al reflexionar sobre nuestra vida?
"Fue una persona muy especial. Conocía y hablaba con Dios." Jamás es demasiado
tarde para ser lo que Dios quiere que seamos; la gracia de Dios no se limita por
nuestra vida pasada o presente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario