Trasfondo Bíblico:
Hechos 8:1-25
Verdad central:
Cada cristiano es comisionado a llevar el mensaje de salvación a los
inconversos.
Texto áureo:
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para
que todo aquel que en él oree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Juan 3:16
Bosquejo
I. Cruzando
barreras culturales
A. Los refugiados se vuelven predicadores
B. El evangelio llega a Samaria
II. Dando
liberación
A. Y estas señales les seguirán,
B. Quebrantando el poder de un mago
III.
Discernimiento espiritual
A. El derramamiento del Espíritu Santo
B. El verdadero carácter es expuesto
Objetivo
Examinar la
respuesta de Felipe a los que necesitaban el evangelio, y esforzamos nosotros
mismos por alcanzar a los inconversos.
Introducción
La persecución que
vino después de la muerte de Esteban fue dirigida contra la iglesia en
Jerusalén. Los cristianos fueron expuestos a tanta violencia que muchos de ellos
tuvieron que escaparse a lugares más seguros. "Todos" en el versículo 1 no debe
interpretarse como que no quedó ni un creyente en Jerusalén.
A pesar de que un
buen número de creyentes salió, una iglesia permaneció en Jerusalén. Los
apóstoles se quedaron para cuidar de la iglesia y continuar su trabajo a pesar
de las grandes dificultades que se les presentaron.
El Señor usó la
dispersión de los cristianos para propagar el evangelio. De ahí que los enemigos
de la Iglesia sin desearlo promovieron el mensaje de Cristo. En vez de darse a
la amargura o al desánimo, las multitudes que tuvieron que dejar sus hogares
llevaron las llamas del avivamiento por doquier.
Comentario bíblico
I. Cruzando
barreras culturales (Hechos 8:1-5)
A. Los refugiados se vuelven predicadores
De repente, se
lanza el nombre de Saulo dentro de la historia de la Iglesia Primitiva. Hechos
7:58 nos dice que los asesinos de Esteban pusieron sus ropas a los pies de
Saulo. No parece que éste lanzó piedras, pero estaba de acuerdo con los que lo
hicieron.
Este fue el
principio de días llenos de terror para los cristianos de Jerusalén. Sus
enemigos aparentemente creyeron que al atacar a los seguidores de Jesús, esto le
daría un golpe mortal a la iglesia. No tuvieron éxito, pero sus ataques echaron
fuera de la ciudad a muchos creyentes. Al huir, éstos buscaron refugio en varias
partes de Judea y Samaria.
Pregunta: ¿Cómo
se relaciona a este pasaje la referencia de Cristo a Judea y Samaria en Hechos
1:8?
¿Por qué la Iglesia
Primitiva aún no había evangelizado estos lugares? Hasta este momento, los
creyentes parecían apegarse a la iglesia de Jerusalén. Esto era razonable. Pero
de acuerdo con Jesús, Jerusalén era sólo el punto de partida. Sus seguidores
debían ir a Judea, a Samaria y a los lugares más remotos de la tierra. No
sabemos cuánto tiempo esto se hubiera demorado si la persecución no hubiera
llegado. Sin embargo, éste es un ejemplo de cómo Dios usa aun a sus enemigos
para cumplir con sus propósitos. Saulo y los otros jamás se imaginaron que
estaban logrando todo lo opuesto a lo que buscaban.
Ningún cristiano
parecía estar a salvo ahora. Saulo creía que eran una amenaza a la religión
judía a la cual él pertenecía. En su ira vio la destrucción de la Iglesia como
un favor a Dios. Comenzó a ir de puerta en puerta como la policía secreta en
tierras con gobiernos totalitarios. No leemos que se llevaron a cabo juicios,
sólo que la gente fue arrestada y echada en la cárcel.
En el versículo 1
leemos que los creyentes se habían esparcido. Lucas dice que estaban
desparramados "por todas partes" (v. 4). El ataque de terror había
perjudicado a quienes insistían en purgar a la sociedad del mensaje de Jesús.
Los discípulos que fueron forzados a salir de Jerusalén llevaron el evangelio a
lugares donde quizá nunca hubiera ido.
Este pasaje de las
Escrituras enfatiza que los apóstoles no eran los únicos predicadores de la
Iglesia Primitiva. Todos predicaban. No necesitaban pulpitos o edificios. Sus
pulpitos estaban dondequiera que encontraban a personas para contarles de
Jesucristo.
B. El evangelio llega a Samaria
Del versículo 1
sabemos que otros creyentes habían ido a Samaria. Generalmente la palabra se
refiere a una región, no a una ciudad. Algunos manuscritos dicen que Felipe fue
a una "ciudad" en Samaria, sin nombrarla. Sea cual fuera el lugar exacto de su
predicación, Felipe estaba evangelizando en lugares donde la gente siempre había
sido rechazada y odiada por los judíos. Evidentemente, la conversión de Felipe
lo libró de estos prejuicios.
Pregunta: ¿Qué
significado tuvo el término "Cristo" cuando se registraron los eventos del
ministerio de Felipe a los samaritanos (v. 5)?
"Cristo" no es el
apellido de Jesús; es su título, que significa "El Ungido" Por lo que dice la
mujer samaritana (Juan 4:25) sabemos que los samaritanos también esperaban al
Mesías. Felipe les proclamó que el Mesías había venido y que su nombre era
Jesús.
No encontramos en
las Escrituras que Felipe recibiera un llamado especial del Señor para ir a esta
ciudad en particular. Siendo que los seguidores de Cristo ahora se encontraban
en partes de Samaria, era tiempo de evangelizar la región. Felipe respondió al
reto.
II. Dando
liberación (Hechos 8:6-13)
A. Y estas señales les seguirán
En el ministerio de
Felipe vemos de nuevo el cumplimiento de la promesa de Jesús: "Y estas
señales seguirán a los que creen" (Marcos 16:17). Los milagros que
caracterizaban el ministerio de la Iglesia Primitiva eran una continuación del
ministerio terrenal de Jesús.
Cuando Jesús salía
a predicar, con frecuencia encontraba a gente poseída por demonios. Las cosas no
cambiaron cuando la Iglesia Primitiva continuó en su ministerio. Felipe encontró
las mismas condiciones en Samaria. Allí "muchos" estaban poseídos por espíritus
inmundos. Lucas dice que estos demonios gritaban en voz alta (literalmente
"chillaron") cuando eran obligados a salir de la gente que se había convertido.
Es difícil imaginarse el nivel de esclavitud que estos espíritus inmundos
ejercen sobre los individuos que poseen. Pero ahora ese poder había sido
derrotado para muchos en Samaria. Se habían vuelto al Señor como Salvador ante
cuyo nombre los demonios tiemblan (Santiago 2:19).
No debemos suponer
que sólo los paralíticos y los cojos fueron sanados. Sus problemas son
simplemente ejemplos de las multitudes de aflicciones de las cuales la gente se
recuperó cuando se les imponían las manos en el nombre de Jesús. Prevalecía un
ambiente de gozo. Para enfatizar la extensión de su alcance, Lucas dice que
"había gran gozo"(v. 8).
B. Quebrantando el poder de un mago
La palabra "pero"
en el versículo 9 señala un cambio de énfasis. Ahora cambiamos de énfasis de las
multitudes que eran salvas y libradas a un individuo llamado Simón. Es evidente
que éste tenía a la ciudad "en el bolsillo ". Por su uso de la magia, mantenía a
la gente bajo su control a tal punto que ellos aceptaban todo lo que él decía y
hacía.
Pregunta: ¿Qué
frase en este pasaje es típica de todos los "engañadores religiosos"?
Lucas dice que
Simón se hacía "pasar por algún grande" (v. 9). Esta es la característica de los
individuos que usan un manto religioso con el propósito de avanzar sus propios
intereses. Se promueven a sí mismos. Siguen haciendo propaganda con sus
seguidores para mantenerlos convencidos de que poseen gran poder.
La influencia de
Simón se extendió por toda la ciudad, "desde el más pequeño hasta el más
grande", es decir, desde el ciudadano más insignificante hasta el más
importante. El "gran poder de Dios" parece ser un título que se le había
atribuido a Simón. Su control sobre todo el pueblo no era algo nuevo. Esto se
había llevado a cabo por "mucho tiempo" (v.11).
El pueblo pronto
vio la diferencia entre el poder que ellos "creían" que Simón tenía y el
verdadero poder que ellos vieron en el evangelio. Ellos respondieron en fe y
fueron bautizados en agua como testimonio de haber aceptado a Jesucristo.
Simón se había
enfrentado con algo que jamás había visto antes. El espectáculo de sus
pretensiones pronto menguó; él también creyó y se unió a los otros que se
estaban bautizando. La palabra "estaba siempre" significa, literalmente, que
Simón siguió a Felipe todo el tiempo. Asombrado, siguió observando los milagros
y señales que se hacían en el nombre de Jesús. De manera que el "gran poder de
Dios" del que Simón antes hablaba por las calles de la ciudad, fue eclipsado por
el "verdadero" poder de Dios.
III. Discernimiento
espiritual (Hechos 8:14-25)
A. El derramamiento del Espíritu Santo
Algunos
comentaristas han llamado a Hechos 8:14-17 el pentecostés samaritano. Cuando los
apóstoles oyeron hablar del avivamiento, estaban ansiosos porque los conversos
fueran bautizados en el Espíritu Santo. Como líderes de la Iglesia, Pedro y Juan
vinieron a Samaria a imponer las manos sobre los nuevos creyentes. Los
resultados fueron inmediatos: "Y recibían el Espíritu Santo."
Pregunta: ¿Qué
fue la evidencia visible cuando estos cristianos fueron llenos del Espíritu
Santo?
La reacción de
Simón en el versículo 18 nos asegura de que había una evidencia visible. El
"vio" que el Espíritu Santo había sido derramado sobre estas personas. En Hechos
10 Pedro se convencería de que los gentiles fueron salvos cuando los oyó hablar
en otras lenguas cuando fueron bautizados en el Espíritu (Hechos 10:44-47;
11:16,17). Hubiera sido incoherente si Pedro fuera convencido por esta evidencia
en la casa de Cornelio pero satisfecho sin ver la misma manifestación en
Samaria. También, Simón ya había visto todas las demás manifestaciones visibles
que indicarían que algún acontecimiento sobrenatural había ocurrido (vv. 6,7).
Algo había convencido a Simón de que el Espíritu Santo se había derramado sobre
estos samaritanos. ¿Cómo podemos dudar que los samaritanos convertidos hablaron
en lenguas cuando fueron llenos del Espíritu Santo, si bien esto no se dice
directamente?
B. El verdadero carácter es expuesto
Pregunta: ¿Tuvo
Simón una verdadera conversión?
El versículo 13
dice que Simón creyó. En todo el libro de Hechos cuando se refiere a salvación,
la palabra "creyó" siempre indica fe en Cristo como Salvador y no en una mera
aceptación intelectual. Esto se confirma más adelante por el bautismo de Simón.
Al ver la
manifestación del poder de Dios cuando los apóstoles imponían las manos sobre
los creyentes, Simón debe de haber sido tentado a buscar de nuevo la grandeza
que anteriormente tenía. Simón había sido un gran mago en la comunidad (vv.
9,10). El poder del evangelio había hecho declinar su influencia como tal.
Aunque Simón había aceptado a Cristo, el debe de haber encontrado esta tentación
muy difícil de resistir. ¡Si pudiera imponer sus manos sobre los nuevos
conversos y verlos recibir el Espíritu Santo, nuevamente podría ser el gran
líder espiritual de los samaritanos!
Pero Simón no se
dio cuenta de que estaba enfrentando a líderes llenos del Espíritu Santo de
Dios, y que podían discernir sus verdaderos motivos. La reprensión de parte de
Pedro fue dada a un hombre que había regresado a su vida pasada a pesar de que
había tenido una experiencia de salvación. Simón no estaba bien con Dios en su
corazón; era malvado, un prisionero de su propia codicia (vv. 20-23). Si seguía
en esa dirección, no tendría parte en las bendiciones de Dios.
Lo que dijo Pedro
realmente fue la reprensión del Espíritu Santo a través de labios humanos.
Desesperado ante dicho juicio. Simón pidió que ellos oraran al Señor por él (v.
24). No se vuelve a mencionar lo que le sucedió a Simón. Pero cuando hay
arrepentimiento y uno ora a Dios, él siempre perdona por medio de Cristo Jesús
(1 Juan 1:9). Si hubo arrepentimiento genuino de parte de Simón, Dios lo
perdonó.
Aplicación
A través de nuestra
vida hemos visto cómo Dios numerosas veces ha anulado los planes satánicos para
sacar algo bueno del mal. Posiblemente nosotros nunca vamos a enfrentar la clase
de persecución que la Iglesia Primitiva enfrentó; sin embargo, tenemos el mismo
adversario que siempre se nos opone. Sus ataques pueden damos un panorama
oscuro, pero nunca debemos dejamos vencer por las apariencias. Los cristianos de
la Iglesia Primitiva reconocían que su primera misión era ganar almas
dondequiera que estuvieran. Cuando tuvieron que abandonar sus hogares, vieron
una oportunidad para alcanzar a gente quejamos hubieran conocido si esto no
hubiese ocurrido. ¿No debemos nosotros ver las mismas oportunidades cuando
encaramos circunstancias que a veces parecen devastadoras? El avivamiento en
Samaria se debió a una ola de persecución. Los cristianos que fueron forzados a
salir de Jerusalén eran refugiados, pero eran refugiados de Dios y predicaron el
evangelio en vez de sentir compasión de sí mismos.
Dios a veces nos
llama a dar nuestro testimonio a personas con quienes preferiríamos no
asociamos. Sin embargo, si estamos llenos del amor de Cristo y de su pasión por
las almas, los obstáculos culturales jamás serán un problema. Lo que siempre
debemos recordar es que Jesús murió por "todos". Él nos ha hecho sus manos que
se extienden a todos los perdidos.
En nuestra misión a
los inconversos, caminamos en el poder del Espíritu Santo, no en nuestra propia
fuerza. Debemos preocupamos por ver a los convertidos llenos del Espíritu Santo
después que han sido librados de sus pecados.
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