Trasfondo Bíblico:
1 Corintios 12: 1-11; 14:1-40
Verdad central:
Los dones del Espíritu son repartidos a los creyentes para edificar el Cuerpo de
Cristo.
Texto áureo: No
quiero, hermanos, que ignoréis acerca de los dones espirituales... Ahora bien,
hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. 1 Corintios 12:1,4
Objetivo:
Entender mejor los dones espirituales, y buscar edificar el Cuerpo de Cristo por
medio del uso correcto de estos dones.
Bosquejo
I. Definición de
los dones espirituales
A. Dones de
revelación
B. Dones de poder
C. Dones de
comunicación
II. Los propósitos
de la profecía y las lenguas
A. La profecía nos
edifica
B. La interpretación
de lenguas
C. La profecía
convence al incrédulo
III. Los principios
para el orden
A. Todos deben
participar
B. Mantenga todo en
orden
Introducción
Los dones
espirituales se dan para edificar y unificar el Cuerpo, nunca para confundir o
interrumpir. A medida que se usan los dones dentro de la iglesia de acuerdo con
principios bíblicos, el cuerpo local se encamina hacia una mayor unidad y
madurez.
Comentario Bíblico
I. Definición de
los dones espirituales (1 Corintios 12:1-11)
Pregunta:
¿Cuántos dones del Espíritu hay?
Pablo enumeró nueve
dones del Espíritu en 1 Corintios 12. Otras palabras para describir estos dones
son "espirituales", "ministerios", "operaciones" y "manifestación". Algunas
personas creen que la lista de dones aquí es exhaustiva. Pablo mismo no
pretendió tal cosa. Parece posible que daba una muestra de las maneras infinitas
en que el Espíritu Santo puede obrar a través del Cuerpo de Cristo. Cada uno de
estos nueve dones, cumple un ministerio temporal para el Cuerpo de Cristo (vea
13:8-10). Para facilitar la comprensión, estos nueve dones pueden dividirse en
tres categorías generales: dones de revelación, de poder y de comunicación.
A. Dones de
revelación
La "palabra de
sabiduría" describe la capacidad práctica de llevar a cabo los asuntos de la
vida, particularmente para entender y cumplir la voluntad de Dios. Este término
"palabra de" ayuda a explicar que esto se refiere no sólo a hacer declaraciones
sabias sino también al hecho de que está relegada a un tiempo y lugar en
particular. La "palabra de ciencia" probablemente se refiere a tener
conocimientos respecto a cierta información que ordinariamente no está al
alcance de las personas afectadas.
El tercer don de
esta categoría es el de "discernimiento de espíritus". Este don permite
al creyente reconocer los verdaderos motivos detrás de lo que una persona dice o
hace. En la esfera espiritual, esto puede incluir la capacidad para discernir la
actividad del Espíritu Santo como también la actividad de espíritus malignos o
el carácter humano.
Estos tres dones
dependen de una revelación sobrenatural al individuo por el poder del Espíritu
Santo. Hacen que el creyente no vea las realidades de la vida basándose
solamente en las apariencias extremas. Más bien, hacen que uno vea a través de
los ojos de Dios el corazón de la persona o de los asuntos de la vida (1 Samuel
16:7).
B. Dones de poder
Todos los dones de
poder señalan las acciones concretas tomadas por el creyente con la seguridad de
que tiene ayuda divina. Estos dones resultan en lo que la Biblia llama "señales
y maravillas".
El primer don en la
lista es el "don de fe". Esta por razones obvias es diferente a la "fe
salvadora" sin la que es imposible agradar a Dios (vea Hebreos 11:6). Se
presentan ocasiones en que el Espíritu Santo imparte una medida específica de fe
para cumplir cosas que normalmente están fuera de lo que el creyente espera.
Este es el don de fe.
En cuanto a los
"dones de sanidades", Dios no reparte estos dones a la persona que necesita
la sanidad. Reparte estos dones a personas que Él usa para traer sanidades a las
personas enfermas. La palabra "dones" es plural en el lenguaje original. Esto
puede indicar que Dios no reparte un don "permanente" de sanidad a un individuo.
Más bien, reparte estos "dones de sanidades" según se presentan tales
necesidades. Esto no quiere decir que un individuo no puede ser usado más de una
vez como medio para este don. Dios reparte sanidad "a cada uno en particular
como él quiere" (v. 11). Debemos recordar que los dones de "sanidades" son
el poder del Espíritu Santo manifestado a través de creyentes para deshacer la
enfermedad humana.
El "obrar
milagros" es literalmente "obras de poder". Generalmente, éstos pueden
entenderse como ejemplos de la intervención ordenada de Dios en las operaciones
rutinarias de la naturaleza, tal como cuando Jesús anduvo sobre el mar o
alimentó a cinco mil personas con cinco panes y dos pequeños peces (vea Mateo
14).
C. Dones de
comunicación
Los últimos tres
dones de esta lista son manifestaciones del habla, bajo la inspiración del
Espíritu Santo. Cuando consideramos cuan poderosa es la lengua (vea Santiago
3:1-12), vemos lo importante que es permitir que el Espíritu Santo controle
nuestras palabras.
El don de
"profecía" es poder hablar en un idioma que entiende el que está hablando.
Es el resultado de una revelación espontánea por el Espíritu. Los que escuchan
un mensaje profetice también pueden entender lo que se dice. Este don está
destinado a encausar mensajes divinamente inspirados y pertinentes a un público
atento.
"Diversos géneros
de lenguas", es la capacidad de hablar en un idioma que el que habla no ha
aprendido. Todos los creyentes que son bautizados en el Espíritu Santo deben
esperar hablar en lenguas como evidencia inicial y física de que han sido
llenados. En cuanto al don de lenguas, éste es una manifestación separada y
posterior que Dios usa para ministrar a todo el Cuerpo. Pero como consideraremos
más adelante, el don sólo beneficia al cuerpo de creyentes cuando es
interpretado.
La
"interpretación de lenguas", el último de los dones de esta categoría,
permite que la gente entienda y se beneficie de lo que ha sido hablado en un
idioma desconocido. No debe tomarse por sentado de que es una traducción
literal, palabra por palabra, de lo que se habló en el mensaje en lenguas. Más
bien, es una interpretación de lo que se dijo en lenguas para que sean
edificados los que lo escucharon.
La palabra que se
traduce "dones" aquí se relaciona a la palabra griega para "gracia", recalcando
que estas manifestaciones no se distribuyen a los miembros de acuerdo con mérito
personal, sino de acuerdo con el favor inmerecido de Dios.
El Espíritu Santo
tiene la prerrogativa de elegir qué dones cada cristiano ha de recibir. Deben
ser repartidos según se presenten necesidades. Nadie debe jactarse porque ejerce
un don, o sentirse inferior porque Dios usa a otra persona. El que elige es el
Espíritu Santo, y la gloria le pertenece a Dios.
II. Los propósitos
de la profecía y las lenguas (1 Corintios 14:1-25)
A. La profecía nos
edifica
Pregunta:
¿Cómo se parecen la profecía y las lenguas y en qué se distinguen?
Los dones
espirituales son algo que uno debe desear, es decir, "procuradlos". Pablo
enfatizó el don de la profecía debido al valor inmediato que tiene para los
creyentes. Presenta el contraste de la profecía con las lenguas para ilustrar
que lo que determina el valor de un don es el beneficio que la iglesia deriva de
él.
La profecía es
propicia para cualquier reunión de creyentes porque el mensaje inspirado por el
Espíritu es fácilmente comprendido por los oyentes. La persona que habla en
lenguas se fortalece a sí misma, pero el resto del cuerpo no se beneficia a no
ser que alguien dé la interpretación.
Pablo habló de los
beneficios de la profecía que son la edificación, la exhortación y el consuelo.
La edificación tiene que ver con hacer crecer a la Iglesia en conocimiento,
carácter y madurez. La exhortación tiene que ver con llamar a los creyentes a
cumplir con sus deberes. El consuelo provee ayuda en el tiempo de sufrimiento o
temor.
B. La interpretación
de lenguas
Los corintios
abusaron del don de lenguas usándolo excesivamente. Aparentemente también
estaban descuidando los otros dones. La frecuencia de las lenguas y el hecho de
que varios creyentes hablaban al mismo tiempo presentaba una apariencia de
confusión. Pablo corrigió e instruyó a los corintios sin menospreciar a ninguno
de los dones del Espíritu.
Pregunta:
¿Por qué fue fácil para los corintios abusar del don de lenguas usándolo
excesivamente?
Como las lenguas
son la evidencia física e inicial del bautismo en el Espíritu Santo, es más
fácil que el creyente tenga fe para la operación del don de lenguas. También, el
hablar en lenguas es una experiencia que edifica.
La respuesta a un
extremo a veces puede llevar a otro extremo. Algunos aparentemente deseaban
prohibir el uso de lenguas por completo. Pablo afirmó claramente: "Así que,
quisiera que todos vosotros hablaseis en lenguas" (v. 5).
Cuando hay lenguas
sin interpretación, se puede comparar a un instrumento musical que produce
sonidos sin una melodía definida, tal vez como cuando en una orquesta cada
músico afina su instrumento antes de un concierto. El músico puede beneficiarse,
pero el oyente sólo escucha notas discordes. De ahí que Pablo exhortó al hombre
que habla en lenguas a orar para poder interpretar lo que dice (v. 13).
C. La profecía
convence al Incrédulo
Las lenguas son una
señal al incrédulo. Los convence de que están separados de Dios y no pueden
entender su mensaje. Las lenguas llaman su atención. Pero una señal no es
suficiente. Una vez que está dispuesto a escuchar, debe haber algo para que el
inconverso escuche y comprenda. Si la iglesia no hace más que hablar en lenguas,
el inconverso creerá que la gente está loca.
La señal de hablar
en lenguas le muestra al incrédulo su necesidad de obtener el poder divino de
Dios. La profecía, o palabras ungidas habladas en el idioma del incrédulo,
pueden mostrarle la manera de encontrar a Dios.
III. Los principios
para el orden (1 Corintios 14:26-40)
A. Todos deben
participar
Cualquier miembro
del grupo de creyentes tenía libertad para participar en la adoración pública en
un culto, aunque es poco probable que todos aprovecharan tal oportunidad. Una
persona posiblemente cantaría un salmo, o una composición nueva acompañada de un
instrumento musical. Otro podría enseñar una verdad cristiana. Otro podría
profetizar, lo que Dios le había revelado. También podría haber un mensaje en
lenguas con una interpretación.
Pregunta:
¿Cómo podría el orden de tal servicio, si no se llevara a cabo correctamente,
contribuir a la confusión de la iglesia en Corinto?
Si todas estas
actividades se llevaran a cabo al mismo tiempo o sin organizarse, el resultado
sería una gran confusión. La gente inconversa que acudiría a tales reuniones no
comprendería e interpretaría mal el ruido discordante y lo atribuiría a la falta
de disciplina.
Pablo animó a que
existiera la participación de todos en los servicios de adoración. Pero,
insistió en que todas las cosas se hicieran "para edificación" (14:26). El
Espíritu obra a través de la voluntad y la personalidad del individuo que debe
someterse a los principios del amor y el orden establecidos por Dios.
B. Mantenga todo en
orden
Pregunta: En el
asunto de las lenguas y su interpretación, ¿qué clase de control propuso Pablo
para establecer el orden en las reuniones de la iglesia?
Pablo afirmó que el
hablar en lenguas debía .limitarse a dos o tres. Algunos creen que esto se
refiere al número de veces que este don debía ejercerse durante cada servicio.
Otros sugieren que podría haber más de una serie de demostraciones si se permite
un lapso de tiempo entre las mismas.
Además, los
enunciados en lenguas deben tener lugar uno por uno. Aparentemente, algunos
hablaban al mismo tiempo que otros, lo cual trajo gran confusión. Pablo también
enfatizó la importancia de la interpretación de las lenguas, la cual debía ser
breve, clara, ordenada y espiritual. El que interpreta puede ser el mismo que
habla en lenguas u otra persona.
Pablo también se
dirigió a los que profetizan. Se podían dar dos o tres mensajes profetices
seguidos. Estos mensajes entonces tenían que ser juzgados antes que otros
ministraran.
Pregunta: ¿Cómo
deben juzgarse las profecías?
Debe considerarse
cuidadosamente lo que la persona afirma que el Espíritu dice. Primero, ¿está de
acuerdo con la Palabra? Luego, ¿qué es la respuesta correcta a lo que el Señor
ha dicho?
Si una persona está
dando un mensaje profetice y otra persona se pone de pie para revelar lo que
Dios le ha dado, la primera persona debe callar y dejar hablar a la otra
persona. De esta manera, nadie se adueñara de todo el tiempo.
Pablo trató con
otro caso de confusión al hacer referencia a las preguntas que las mujeres
hacían dentro de la iglesia. Pablo ya había indicado que estaba bien que las
mujeres oraran en público y profetizaran en la Iglesia (11:5). Parecería en
aquel entonces, por el contexto de este pasaje, que hacían preguntas de tal
manera que esto sólo contribuía al ambiente confuso. Pablo les amonestó que
guardaran las preguntas y se las hicieran a sus esposos en casa. El principio
realmente aplica tanto a los hombres como a las mujeres. Todos los creyentes
deben entender que existe un lugar y una manera correcta de hacer tales
preguntas.
Los corintios
tenían servicios exuberantes de adoración donde había frecuentes manifestaciones
de los dones espirituales. Pablo mostró cómo esos dones podían ser aun más
provechosos cuando se usaban juntamente con los principios divinos del amor y el
orden.
Aplicación
Las instrucciones
de Pablo en cuanto a la manifestación de los dones espirituales no son para
estorbar el uso de los dones, sino para hacerlos aun más provechosos para los
creyentes y los incrédulos. Tenemos que tener presente que el Espíritu Santo fue
quien inspiró a Pablo a entregamos estas instrucciones.
Mientras que la
exuberancia de los corintios los llevó a un énfasis exagerado de ciertos dones,
resultando en la confusión, hoy día un gran número de iglesias gozan del mucho
orden, en tal grado que existen pocas manifestaciones de los dones durante los
servicios de adoración en tales iglesias. ¿Cuántos de nosotros al examinar
nuestra vida, nos daríamos cuenta de que hemos experimentado tantas
manifestaciones de lenguas, sus interpretaciones, la profecía u otros dones del
Espíritu, que ahora sentimos la necesidad de controlar todo exceso de ellos?
Quizá el verdadero
mensaje que necesitamos sacar de este estudio es un llamado a evidenciar más el
ministerio del Espíritu Santo en nuestros servicios. Es un gozo y privilegio
para el creyente, y una fuente de vida para la congregación, ser usado por el
Espíritu Santo para el ministerio a través de los dones. Los creyentes en
Corinto demostraron tanto entusiasmo que Pablo tuvo que corregirlos. Antes de
criticar a los creyentes de Corinto, tal vez debamos preguntarnos si nuestra
falta de entusiasmo se debe criticar también. ¡Que Dios nos dé a cada uno de
nosotros un hambre por la presencia rebosante de su Espíritu Santo demostrada
por sus dones!
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