“CUANDO PASES POR LAS AGUAS, YO ESTARÉ CONTIGO” (Isaías 43:2)
El divorcio es como una amputación – sobrevives, pero te falta algo. Y
es peor si eres tú el que no querías divorciarte, o si te
sientes abandonado por una iglesia que no quiere dar la impresión
de condenarlo y no hace nada por ayudarte. Así que,
¿cómo puedes salir adelante?
(1) Confiesa tus errores y acepta el perdón de Dios
Dios odia el divorcio por el sufrimiento que nos causa. ¡Pero te ama! Escucha:
“Yo, Yo soy el que borro tus rebeliones por amor de Mí mismo, y no me acordaré de tus pecados” (Isaías 43:25). Dios perdona y olvida; tú debes hacer igual.
(2) Perdona a los que te han herido
El perdón es la única herramienta de poder que siempre tendrás sobre
alguien que te ha herido. Así que, perdona, y sigue perdonando – hasta
que el pasado ya no te controle. Haz lo que puedas para que tengas
siempre esa actitud.
(3) Tómate tiempo. No hagas cambios importantes ahora
Tus emociones pasan por grandes altibajos en estos momentos;
vacilas entre el deseo de que ellos vuelvan y de que sufran. Eres
vulnerable; te puedes sentir fácilmente atraído a cualquiera que te
demuestre cariño. Tómate el tiempo para ser sanado. Sólo personas sanas
pueden tomar decisiones sanas.
(4) Empieza a dar a otros
Escucha:
“El cual nos consuela… para que podamos también
nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación” (2 Corintios
1:4). Cuando te das cuenta de que Dios no te ha abandonado (Ver 2
Crónicas 30:9), empecerás a sentirte tú mismo otra vez.
Entonces, de lo que has recibido, tendrás algo que dar a otros. Cuando
puedas hacer eso, tu futuro será esperanzador y tus posibilidades
ilimitadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario