“…YO HAGO UNA GRAN OBRA…” (Nehemías 6:3 RVR1960)
La pasión de Nehemías era reconstruir los muros de Jerusalén. Por eso cuando sus enemigos intentaron distraerlo y desanimarlo, respondió: “…Yo hago una gran obra, y no puedo ir…” (Nehemías 6:3 RVR1960).
La pasión es el punto de partida para cualquier logro. Nunca ha habido
nadie que lograse nada significativo sin tener pasión por ello, puesto
que ésa es la energía que propulsa las ilusiones. El camino al éxito
está repleto de contratiempos, problemas y desilusiones, y, si no estás
lo suficientemente decidido, tus sueños pueden morir ahí mismo. De hecho, hay días en los que el contador del depósito de tu pasión marca cero,
y esos días te es necesario recordar que lo primero que Dios te dio fue
un anhelo; vuelve a Él y pídele la fuerza para seguir avanzando hacia
ese objetivo.
El salmista escribió: “Tú, Señor, mantienes mi lámpara encendida; tú, Dios mío, iluminas mis tinieblas.
Con tu apoyo me lanzaré contra un ejército; contigo, Dios mío, podré
[saltar] murallas” (Salmos 18:28-29 NVI). ¿Quién te da el poder de
lanzarte y saltar? ¡Dios! Pero no te puedes quedar sentado,
cruzarte de brazos y pensar que Él lo hará todo por ti. Entre la
inspiración de tu sueño y su manifestación, vas a tener que sudar mucho.
Igual que le ocurre a un padre primerizo, es más duro tener que cuidar a
un bebé que concebirlo. Sin embargo, si tienes pasión por tu sueño, el
precio no te detendrá. Te levantarás cada mañana, te apoyarás en la
gracia de Dios y darás un paso más hacia aquello para lo que sabes que
Dios te puso en esta tierra.
“COMO EL ÁGUILA QUE AGITA EL NIDO. EL SEÑOR LO GUIABA.” (Deuteronomio 32:11-12 NVI)
Un águila madre sabe que si espera a que sus crías salgan del nido y vuelen por iniciativa propia, nunca ocurrirá. Así que ¡las fuerza a salir! Es algo brusco, pero aprenden a volar y cumplir con su destino.
John Maxwell afirma: “Para lograr el éxito debemos permanecer en
aquello en lo que somos buenos, pero salir continuamente de lo que nos
resulta familiar. ¿Has logrado alguna vez algo significativo quedándote
en la comodidad?”. Piénsalo. La repuesta es “no”, ¿verdad? No
nos gusta salir de lo familiar y conocido, nos resistimos. Preferimos
sentirnos seguros y a salvo, no queremos quedar como tontos ni darnos de
bruces.
Y a medida que envejecemos tendemos de forma natural a ser cada vez
más apáticos, lo cual es un problema porque la apatía mata la pasión,
nos hace uno más del montón, nos corta las alas y no nos deja remontar
el vuelo por mucho que queramos. Que algo salga bien en la vida supone
mucho empeño y asumir riesgos. El dramaturgo George Bernard Shaw dijo: “Estoy harto de los sensatos. Ven siempre todos los motivos para no hacer nada”.
La pasión nos empuja a abandonar lo conocido y cruzar el umbral de
nuestra duda. Nos saca a empujones por la puerta para que nos pongamos
en marcha en el camino que Dios trazó para nosotros. Se dice que cuando
se te presenta la puerta de una buena oportunidad, no debes llamar ¡sino empujar! Así que da un paso de fe, y toma la iniciativa, sabiendo que Dios está contigo (Deuteronomio 31:6).
“PROSIGO A LA META, AL PREMIO..” (Filipenses 3:14)
Albert Schweitzer afirmó: “El éxito no es la clave de
felicidad, sino que la felicidad es la clave del éxito. Si amas lo que
haces, triunfarás”. Cuando sientes pasión por algo y te
permites perseguirlo, te predispones a tener éxito en la vida. La
mayoría de la gente no sigue su pasión y, como resultado, termina
frustrada e insatisfecha, algo que se refleja en su forma de vivir. El
editor Malcom Forbes dijo: “El mayor error que cometen las personas es no intentar vivir de lo que disfrutan”.
Por consiguiente, simplemente soportan su vida laboral en lugar de
sacarle el máximo partido. Viven para el fin de semana, tratan de
aguantar hasta jubilarse. Es una lástima, porque la posibilidad que
tienes de triunfar es directamente proporcional al grado de satisfacción
que obtienes de lo que haces.
Tommy Lasorda, entrenador del equipo de béisbol los Dodgers, de Los Ángeles, afirmó: “El mejor día de mi vida es cuando dirijo un partido y ganamos. Y el segundo mejor día de mi vida es cuando dirijo un partido y perdemos”. Dicho de otro modo: cada día que se involucraba en el partido era un día en el que vivía su sueño. ¿Lo haces tú también? Los sueños se hacen realidad cuando se desarrollan los dones con pasión. El mejor consejo para tu carrera profesional es: descubre
la pasión que te ha dado Dios y síguela. Logan Pearsall Smith dijo:
“Hay dos cosas a las que aspirar en la vida: primero, conseguir lo que
quieres, y segundo, disfrutarlo. Solamente los más sabios de la
humanidad logran el segundo”. Así pues, “prosigue a la meta, al premio”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario