“…EL JUSTO ESTÁ CONFIADO COMO UN LEÓN” (Proverbios 28:1b)
Hay momentos cuando todos tenemos que elegir entre el temor y la confianza. Por
ejemplo, si estás metido en una relación abusiva, puedes buscar ayuda,
marcharte, o quedarte atrapado. Si te presionan y te hacen daño, puedes
seguir con la multitud, o marcharte. ¡Siempre puedes elegir!
Dios dice: “…el justo está confiado como un león” (Proverbios 28:1b). Ahora bien, aunque no te sientas así, recuerda: la valentía no es ausencia de miedo, ¡es dominio sobre él! David dijo: “¡Espera en el Señor!… y aliéntese tu corazón…” (Salmo 27:14). Mientras aprendes a confiar más en Dios, Él te dará el coraje necesario para actuar.
La gente que no tiene miedo, no solamente exagera vulgarmente – es
que biológicamente es imposible. Mientras estás en crecimiento
[espiritual], el temor nunca desaparecerá del todo. Eso no es lo que
quieres oír, ¿verdad? Probablemente estabas buscando
una fórmula rápida que hiciera que todas tus ansiedades desapareciesen
de la noche a la mañana. Pero no funciona así. Siempre que te
arriesgues, te expandas, o “te pones fuera”, experimentarás miedo. Es
normal; ¡te hace saber que estás vivo!
Cuando temes, la peor cosa que puedas hacer es - ¡nada! Estar sentado “esperando que algo ocurra”,
te dejará paralizado. Hoy, el Señor te llama a la acción, porque
tomando un solo paso hacia delante, ya le quita poder al temor. De hecho, el miedo puede ser un gran motivador cuando te motiva a confiar en Dios y a hacer cambios que te llevan a nuevos niveles de entendimiento.
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