Eso es precisamente lo que me interesa de los bombillos para compararlos con las relaciones
desastrosas, perdón, amorosas… ¡Que son cerrados! No les entra
absolutamente nada, aunque lo que se les diga sea bueno. Ya están
sellados completamente. No tienen por donde abrirse.
Allí estaban los dos sentados en mi oficina. Tomados de la mano y suspirando. Cuando les pregunté ¿qué se les ofrecía? Me dijeron: ¡estamos enamorados y nos queremos casar!
Les pregunté por las edades que tenían,
13 y 14 respectivamente – respondieron- ¿Y sus padres que opinan?, les
pregunté. Dijeron: ¡aunque el mundo se oponga seguiremos juntos porque
nos amamos!. Conclusión: ¡Más cerrados que un bombillo!
Por un momento pensé que eso era
solamente porque eran adolescentes, que por cierto, terminaron su
relación a los dos meses, hasta que entró a mi oficina un hombre con una gran barba, con algunos kilos y años de más, con exactamente la misma situación.
Enamorado de una jovencita 15 años menor que él y él casado y con tres hijos. Pero… ¡cerrado como un bombillo!
El problema de los “cerrados” es que no
les gusta escuchar a nadie, cierran su mente, sus oídos y su corazón a
la verdad. Tienen en sus mentes todo completamente claro, de tal forma
que aunque uno les diga las cosas, las palabras serán desechadas y cambiadas por lo que piensan de antemano.
Las relaciones de “cerramorados”, (cerramorados: dícese de una pareja de enamorados
pero cerrados como bombillos), son aquellos que luchan solos contra el
mundo. Creen que todos están en su contra. Entre más cosas negativas les
digan de la relación, más se aferran a ellas. Si quieres que sigan
juntos para el resto de sus vidas, interfiere en su relación
constantemente. Muéstrales que nos los apruebas y lo único que lograrás
es que se unan más.
Aquí no tengo consejo para los
cerramorados, porque sencillamente no lo van a escuchar. El único que
les puede aconsejar es el golpe o los golpes que se den por su empeño en
mantener una relación sólo por orgullo.
Solo tengo consejos para amigos,
padres, hermanos o tutores de cerramorados. Que generalmente son los
que sufren por la relación de los cerrados. Apúntelos en una hoja y
sígalos al pie de la letra porque funcionan:
a) Hazte amigo del enemigo.
No le hagas la guerra a la pareja del
que defiendes. Por el contrario, gana su corazón. La persona ya no te
drá motivo para luchar por algo que es tan fácil de conseguir
y pronto se decepcionará de la relación. La gran mayoría de este tipo de relaciones subsiste no por amor, sino por puro capricho.
b) Muestra confianza en tu familiar aunque no estés de acuerdo en la relación.
Cuando
valoras las decisiones de otro le aceptas como persona. Esto quiere
decir que el ser humano por naturaleza se siente amado cuando aceptan
sus decisiones.
Si no las aceptas es como no aceptarlo a él .
Algunos sabios proverbios citan:
El que acepta consejo descubre por anticipado los peligros.
El que acepta la crítica va rumbo a la fama.
El tonto siempre trata de engañarse y no quiere reconocer los hechos.
Solo los tontos son capaces de emprender un rumbo sin pedir consejo a nadie.
En la multitud de consejos se encuentra la sabiduría.

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