Fondo Bíblico.
Éxodo 2:1-22
Verdad central:
Dios obra providencialmente en la vida de individuos y en el destino de las
naciones.
Texto áureo:
Por la fe Moisés, cuando nadó, fue escondido por sus padres por tres meses,
porque le vieron niño hermoso, y no temieron el decreto del rey. Hebreos 11:23
Objetivo:
Examinar los eventos conectados con los primeros años de Moisés y apreciar que
Dios obra providencialmente en el destino de individuos y naciones.
Bosquejo
I. Protegido
por Dios
A. El nacimiento de MoisésB. Preservación divina
II. La reacción
humana
A. El motivo correctoB. Acción y tiempo incorrecto
III.
Encontrando refugio
A. Provisión de DiosB. Contentamiento en las circunstancias de la vida
Introducción
A través de la
historia ha habido momentos críticos de transición, días cuando el destino de un
pueblo o una nación parecían estar en juego. Innumerables veces han surgido
individuos y movimientos que han proporcionado dirección para establecer un
nuevo rumbo y dar estabilidad e inspiración. ¿Cómo ocurren tales eventos? ¿Es un
destino inevitable o coincidencia? No, es evidencia de que Dios no sólo está
interesado en el destino de los individuos, sino que Él es el Señor soberano en
el destino de las naciones también. Moisés nos presenta un ejemplo único de los
esfuerzos de Dios a favor de una nación que confió en Él. En el tiempo cuando
reinaba la opresión y la esclavitud. Dios estaba obrando para preparar a su
pueblo para un día de gran liberación.
Comentario Bíblico
I. Protegido por
Dios Éxodo 2:1-10
A. El nacimiento de Moisés
El nacimiento de
Moisés a Amram y Jocabed (lea Éxodo 6:20) estuvo lleno de eventos dramáticos. A
pesar del decreto de Faraón de acabar con todos los niños varones de los
hebreos, Dios estaba preparando la escena para la liberación de su pueblo.
La madre de Moisés,
Jocabed, reconoció que había algo especial en su hijo. Quizá la belleza del niño
fue una señal para ella de que Dios tenía un plan especial para él. Por fe,
creyendo que Dios quería que este niño viviera, ella tomó medidas especiales
para protegerlo.
PREGUNTAS:
¿Podría Dios haber protegido al niño Moisés por medios sobrenaturales? ¿Qué
lecciones importantes pueden aprender los cristianos de las acciones que tomó la
madre de Moisés?
La acción de Amram
y Jocabed de desobedecer las órdenes de Faraón se presenta en Hebreos 11:23 como
una señal de fe. Aunque Dios pudo haber protegido a Moisés sobrenaturalmente, Él
escogió usar la fe de estos padres piadosos para preservarle la vida al
libertador de Israel. Dios no siempre escoge librar a su pueblo de sus
dificultades. Aun en medio de circunstancias difíciles, el pueblo de Dios debe
seguir demostrando su fe de que Dios no ha negado sus promesas a su pueblo. Como
en la situación de Amram y Jocabed, Dios encaminará a su pueblo por los
problemas para beneficio de ellos y para Su gloria.
B. Preservación divina
La vida de Moisés
estaba en juego.
Pregunta: ¿Por
qué tenía Moisés un profundo amor por k» hebreos cuando él había sido criado con
los egipcios en casa de Faraón?
El texto no nos
dice cómo este profundo sentido de identidad fue infundido en Moisés. Los años
de su infancia en que su madre lo cuidó sin duda tuvieron una gran influencia.
El efecto de los primeros años de vida de un niño sobre su futura personalidad y
desarrollo de carácter es decisivo. Ninguna influencia es más poderosa que la de
padres piadosos.
Pregunta: ¿Qué
motivación aparentemente posesionó a Moisés para abandonar su lealtad con los
egipcios?
Lucas nos dio una
perspectiva muy importante en este evento (Hechos 7:20-28). De acuerdo con la
enseñanza rabínica que Esteban recibió, él declaró que Moisés tenía 40 años
cuando sucedió esto (v. 23). ¿Fue la ambición ciega que llevó a Moisés a
reaccionar de esta manera? ¿Fue el deseo de llamar la atención de sus hermanos
hebreos? La respuesta está en Éxodo 2:11 y Hechos 7:25.
Moisés vio las
cargas de los egipcios sobre su pueblo e indudablemente ello lo conmovió
grandemente. El debe haber visto las calamidades de los israelitas durante toda
su vida, pero ahora lo sentía en carne propia. Se conmovió tanto cuando vio a un
egipcio azotar a uno de sus hermanos hebreos, que quiso defender a éste matando
al soldado egipcio. En Hechos 7:25 Esteban dio a entender que la respuesta de
Moisés se debió a un llamado divino.
Aunque esta
motivación no se menciona en el pasaje de Éxodo, la interpretación de este
evento por Esteban bajo la inspiración del Espíritu Santo debe tomarse como una
clave importante para entender las acciones de Moisés.
Moisés aún no había
tenido un encuentro con Dios en el desierto (Éxodo 3:2 al 4:19). No había
recibido su autoridad y comisión divina. Sin embargo, Moisés sentía que Dios
deseaba usarlo para librar a su pueblo de la esclavitud. Pero sin la unción del
poder divino, hasta las mejores intenciones de hacer la voluntad de Dios pueden
fracasar. Aunque Moisés poseía buenas intenciones al querer librar al pueblo de
Dios, trató de hacerlo equivocadamente.
B. Acción y tiempo incorrecto
El misionero Henry
Hudson dijo una vez: "La obra de Dios hecha a la manera de Dios nunca carecerá
de la provisión de Dios." ¿Qué ocurriría sí la obra de Dios no fuera hecha a la
manera de Dios? La vida de Moisés es un ejemplo claro: ¡todo parece marchar mal!
Cuando Moisés trató
de resolver una disputa entre dos hebreos, ellos, aunque no tuvieran por qué
saberlo, pronto le recordaron lo que había hecho el día anterior (w. 13,14). El
resultado del intento de Moisés por establecerse como el hombre escogido por
Dios fue un rechazo por su propio pueblo. En vez de ser el que libró al pueblo
de Dios de la opresión por los egipcios. Moisés fue visto como un homicida
peligroso por Faraón.
Hechos 7:25 dice
que Moisés "pensaba que sus hermanos comprendían". La palabra "pensaba"
quiere decir "creer que algo es cierto", sin tener una buena base o la certeza
necesaria para ello.
Moisés cometió un
error fatal que miles en el pueblo de Dios han cometido desde entonces: creía
conocer la mente y el plan de Dios sin tener una base justa para tal suposición.
Un erudito identificó este principio y notó que un líder espiritual no influye
en los demás sólo por su propia personalidad, sino por esa misma personalidad
cuando se satura y se llena del poder del Espíritu Santo.
Dios tiene un
trabajo para todos en su reino. Pero antes de tratar de hacer la voluntad de
Dios, debemos saber específicamente: cuál es la voluntad de Dios, cómo quiere
que hagamos su voluntad, y el tiempo en que Él quiere que la hagamos. El
fundamento principal para hacer la voluntad de Dios, del que carecía Moisés, fue
el encuentro personal con Dios. El aún no había recibido su comisión, la
dirección y el poder necesario para llevar a cabo estos planes de Dios. Al
encontrarnos con Dios y orar acerca de su voluntad para nuestra vida, podemos
estar seguros de que El siempre nos guiará en nuestro intento de cumplir su
voluntad para nuestra vida.
III. Encontrando
refugio Éxodo 2:15-22
A. Provisión de Dios
Moisés se había
hecho cargo de las cosas y ahora tenía que sufrir las consecuencias. Había
matado a un hombre y tenía que huir de Faraón para salvar su vida (v. 15). La
tierra a la cual huyó quedaba a más de 200 millas de Gosén en Egipto. Ahora se
encontraba perseguido por los que lo habían criado e instruido. Y aun más
importante, quedó separado del pueblo que él tanto había deseado liberar.
A pesar de los
errores de Moisés, Dios no le dio la espalda. Más bien, Éxodo 4:19 nos dice que
el exilio de Moisés fue la manera como Dios lo preservó de los que buscaban
matarlo. Cuando huyó a Madián, Dios tenía una situación ya preparada para
Moisés. Aunque Moisés no lo sabía, su ayuda a las siete hijas de un hombre
aseguraría su futuro en esa región por los siguientes 40 años. Como resultado de
ello, él fue presentado al padre, quien luego le permitió casarse con una de sus
hijas. Aunque Moisés estaba en el exilio, Dios lo cuidaría hasta el tiempo
señalado para su regreso a Egipto para la tarea a la que Dios lo había llamado:
a librar a su pueblo de la opresión de los egipcios.
Pregunta: ¿Qué
esperanza da este pasaje a los llamados de Dios a un trabajo o una tarea en
particular, pero a quienes las circunstancias no parecen permitir cumplir con
ese llamado?
A través de la vida
de una persona, Dios le trae a otros cuya influencia guiará a la persona en la
dirección que Él desea. Esta es una providencia divina, no una coincidencia. El
exilio de Moisés no fue un tiempo de vagar en vano. Más bien, fue en Madián que
Moisés entró en contacto con un hombre que más tarde sería uno de sus mejores
consejeros, su suegro Reuel (Jetro). Fue en el desierto que Dios cambió a
Moisés. Moisés, confiando en su puesto como príncipe en la corte de Faraón,
pensó que la gente reconocería que Dios lo usaría para librar a Israel. Dios
cambió a Moisés haciéndolo el hombre más manso de la tierra (Números 12:3). A
partir de entonces, Moisés fue el líder dinámico de toda una nación, pero
obrando siempre con el espíritu manso de un siervo.
B. Contentamiento en las circunstancias de la vida
Después que Moisés
ayudó a las hijas de Reuel, Moisés se contentó con quedarse allí. Obviamente se
puede añadir más a este relato de los versículos (w. 16-22). Pero podemos
deducir de ello que Moisés encontró aquí un lugar dónde refugiarse de la ira de
Faraón. De hecho, Moisés se sintió tan cómodo que se quedó allí, tomó a una de
las hijas de Reuel como su esposa, y tuvo un hijo.
Como cristianos
podemos aprender de este breve relato. Sean cuales sean las circunstancias,
podemos vivir en ellas con tranquilidad. Dios tiene control del mundo y de la
gente. Las Escrituras nos hablan de que Dios puede levantar a un rey y quitar a
otro. Si Él puede hacer esto con los gobernantes impíos, ¿qué hará con una vida
dedicada a Él? Como cristianos podemos contentamos mientras esperamos que Dios
realice su voluntad en nosotros.
Aplicación
Al ver la condición
de nuestras familias, nuestros vecindarios y comunidades, nuestra nación y
nuestro mundo, puede que nos preguntemos: "¿No ve Dios esto? ¿Acaso le importa?"
La verdad es que Dios ve y que sí le importa. Los primeros años de Moisés nos
muestran que Dios no sólo ve nuestra condición, sino que responde según su plan
soberano. El no sólo se interesa en el producto final, sino que se interesa en
todos los detalles de nuestra vida.
Dios llamó a Moisés
para librar al pueblo de Israel por medio de él. Y aunque Dios no envió a Moisés
hasta que cumpliera los 80 años, sabía cada detalle en la vida de Moisés. Desde
su nacimiento a padres llenos de fe, hasta arreglarle un lugar para protegerlo
de los que querían matarlo, Dios demostró su cuidado por Moisés y por su pueblo
Israel. El cuidado de Dios por Israel se ve en que Moisés fue levantado,
sostenido y preparado para librar a Israel de la opresión de los egipcios.
Los primeros años
de la vida de Moisés nos dan un ejemplo claro de que Dios cuida de los suyos,
tanto de naciones como de individuos. Aunque la gente puede reaccionar
incorrectamente y pecar como Moisés, si aman a Dios, Él obrará en su vida para
cumplir Su voluntad en ellos. Al examinar usted su propia vida, busque estas
evidencias del cuidado de Dios. Empiece a ver su mano en los asuntos de usted.
Confíe en que Él obrara su buen propósito en usted aun cuando las circunstancias
presentes no sean placenteras
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