Fondo bíblico:
Éxodo 3:1 al 4:17
Verdad central:
Dios llama y equipa a la gente para una tarea especial.
Texto áureo:
Lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió:
Heme aquí. Éxodo 3:4
Objetivo
Reconocer que Dios
escoge a las personas para una tarea especial, y apreciar su dirección divina.
Bosquejo
I. El
encuentro divino
-- A. El llamado
divino
-- B. La comisión
divina
II. La
respuesta humana
-- A. "¿Quién soy
yo?"
-- B. "¿Quién eres
tú?"
III. La
promesa de ayuda
-- A. El Dios de
acción
-- B. El Dios de
poder
-- C. El Dios que
provee
Introducción
Una de las
experiencias más solemnes y trascendentes de la vida del cristiano es el llamado
específico de Dios a hacer algo. La historia de Israel y de la Iglesia nos
presenta numerosos relatos de personas a quienes Dios llamó para cumplir una
tarea especial. El llamado y las respuestas-dadas fueron tan diversos como los
individuos que fueron llamados. Algunos fueron llamados a ser líderes, otros
fueron llamados a un servicio simple. Algunos huyeron, otros discutieron, y aún
otros respondieron en obediencia inmediata. El elemento compartido por todos
ellos fue la toma de una decisión. El relato del llamado de Moisés nos describe
la asombrosa experiencia de un hombre. Este relato anima a los que ven sólo sus
debilidades a enfocar en un Dios que sólo ve Su poder.
Comentario Bíblico
I. El encuentro
divino Éxodo 3:1-10
-- A. El llamado
divino
Uno de los
principios fundamentales del servicio a Dios es que la tarea asumida se origina
en el llamado de Dios. Nadie, sean cuales sean los talentos o la posición que
tenga, podrá establecerse ante la presencia de Dios. Los puestos de servicio
espiritual son dados por Dios soberanamente.
El relato de la
vida de Moisés en Madián (v. 1) hace hincapié en esta verdad. La frase
"apacentando Moisés las ovejas" en el idioma hebreo indica que éste era el
oficio de Moisés; era pastor. Estaba viviendo tranquilamente en el exilio, lejos
del puesto de príncipe que tuvo en Egipto.
Pregunta: ¿Qué
diferencia hay entre los criterios que empleamos los seres humanos para
determinar el potencial de una persona, y los criterios que usa Dios?
La gente a menudo
juzga las cualidades de los demás según su inteligencia, habilidades, y
capacidad para tomar decisiones. Las normas que Dios usa son diferentes. Moisés,
un hombre que mató a un egipcio y huyó al desierto, no califica dentro de las
normas humanas para una tarea especial. Pero Dios vio algo en Moisés que Él pudo
usar.
Dios no llamó a
Moisés cuando éste gozaba de los deleites del palacio de Faraón o de su
preparación en la escuela de los egipcios. Más bien, este llamado de ser profeta
nos muestra una rotura radical con todos los lazos del pasado. Cuando Moisés
tuvo ese encuentro con Dios en forma de la zarza ardiente, no lo vemos
preocupado con la situación del pueblo hebreo, ni con un deseo de ser su
libertador. Más bien, todo el relato del llamado de Moisés se presenta como algo
iniciado por Dios.
Aunque Dios es
responsable de la preparación que mucha gente recibe aun antes de convertirse,
sus talentos personales no desempeñan parte alguna en prepararlos para recibir
el llamado de Dios a hacer su obra. Dios puede usar las habilidades y la
educación de uno como lo hizo con Moisés, pero no juegan un papel importante en
ser llamado o usado por Dios.
Los medios y los
eventos que Dios utiliza para llamar a sus siervos escogidos son tan diversos
como la gente a quien Él llama. Lo importante de la zarza ardiente es que esto
era un evento nuevo y extraordinario en la vida de Moisés. Marcó un nuevo
período en la interacción entre Dios y Moisés. La vida de pastor para Moisés
había terminado; la nueva vida de ser un libertador y profeta estaba para
comenzar.
-- B. La comisión
divina
Moisés fue parte
de un momento especial y sobrenatural. Estaba ante el Dios de sus padres (v. 6).
La repetición en
los versículos 7 y 9 expresa que Dios estaba muy consciente de las aflicciones
de su pueblo. Él había escuchado sus clamores y conocía sus penas. Este es un
ejemplo de la gran compasión de Dios y de su entendimiento de la condición y las
necesidades de su pueblo. El llamado de Moisés no se basaba en el corazón y las
pasiones de él; ese llamado estaba basado en la compasión de Dios por Israel.
Moisés serviría
como el representante de Dios. En el versículo 8, Dios expresó claramente sus
intenciones: librar al pueblo de la esclavitud y llevarlos a "una tierra buena".
En el versículo 10, Dios le dijo a Moisés que Él sacaría al pueblo de Egipto.
Pregunta: ¿Qué
peligros enfrentan los cristianos si creen que el éxito o el fracaso en la obra
de Dios dependen de ellos en lugar de Dios?
Los cristianos
nunca deben olvidar la solemne responsabilidad de ser representantes de Dios. De
la misma manera, nunca deben olvidar que después de todo, es Dios que cumple las
tareas que Él les asigna. Son sólo instrumentos en sus manos. Ellos actúan como
necios cuando empiezan a confiar en sus propias habilidades. Tengan por seguro
que siempre fallarán, y hasta posiblemente desilusionarán a quienes sirven.
II. La respuesta
humana Éxodo 3:11-13
-- A. "¿Quién soy
yo?"
Mientras que el
llamado de Dios a una tarea especial se basa en la soberanía y la gracia de
Dios, la voluntad e iniciativa humana también están presentes y activas. Este
pasaje nos enseña que al principio Moisés resistió el llamado de Dios en su
vida. Su caso no es el único en las Escrituras. Otros dos ejemplos son Gedeón
(Jueces 6:11-40) y Jeremías (Jeremías 1:1-12). Pero estos ejemplos muestran que,
a pesar de la reserva humana. Dios puede transformar vidas. Moisés con el tiempo
sería el gran líder de Israel durante este período formativo de la historia del
pueblo.
Moisés resistió el
llamado de Dios presentando cinco razones distintas (3:11; 3:13; 4:1; 4:10;
4:13). Dios consideró cada una seriamente y las contestó en forma completa y
maravillosa.
La reacción
inicial de Moisés es común a todos los que se encuentran ante la presencia y
persona de Dios (lea, Isaías 6:5). A diferencia de su resistencia demostrada más
tarde, la primera pregunta de Moisés demuestra una legítima reacción inicial de
un individuo que es confrontado por Dios al ser llamado para hacer su obra.
Pregunta:
¿Cuáles son algunos de los beneficios que los cristianos recibirán al tener una
correcta perspectiva de sí mismos delante de Dios?
La primera
pregunta que Moisés hizo es una de dos preguntas críticas que todo cristiano
debe hacer. Una correcta perspectiva de sí mismo en relación con Dios y su obra
es fundamental para que el servicio espiritual sea efectivo. Esto nos recordará
de quién es la obra, y refuerza el conocimiento de que Dios es el que realmente
cumple la obra.
La respuesta de
Dios a Moisés fue directa y poderosa; el asunto no era quién era Moisés, sino
quién era el que lo llamó. Mientras más íntimamente conocemos a Dios, mejor nos
entenderemos a nosotros mismos. Con una certidumbre absoluta. Dios le prometió a
Moisés que Él iría con él. Para reforzar esta promesa. Dios le dio a Moisés una
señal. Esta señal (la zarza ardiente) tuvo dos funciones: (1) Era una señal
visible del poder y de la santidad de Dios que ha irrumpido en la escena de la
experiencia humana; y (2) señaló el futuro seguro de un pueblo redimido adorando
a su Dios en su santuario.
-- B. "¿Quién eres
tú?"
La segunda
reacción de Moisés refleja una segunda pregunta fundamental para todo cristiano:
"¿Quién es Dios?" Más específicamente la pregunta debe ser: "¿Realmente sé quién
es el que me llamó?" Para Moisés y los cristianos que buscan ser sinceros
consigo mismos, esta pregunta contiene elementos de una fe sincera así como de
duda humana.
Esta no es una
pregunta de reflexión filosófica; es una pregunta respecto a una relación muy
especial. Moisés y el pueblo tenían que saber cuáles eran las intenciones de
Dios. Aunque Él era el Dios de sus padres, ¿cuál seria su futura relación con
ellos? Al entender quién era Dios, sus preguntas serían contestadas.
PREGUNTA:
¿Qué pasos prácticos podemos tomar para crecer en el conocimiento de Dios?
El cristiano debe
dedicar su vida a obtener más conocimientos de Dios. La lectura sistemática de
la Biblia, la oración y el ayuno son pasos vitales y necesarios para crecer en
el conocimiento de Dios. Mientras existe el elemento de divinidad soberana para
conocer a Dios (Mateo 11:27), también existe el elemento de voluntad humana que
responde positivamente a la dirección interna del Espíritu Santo (Salmo 27:8).
III. La promesa de
ayuda Éxodo 3:14,15; 4:1-5.10-16
-- A. El Dios de
acción
Dios expresó sus
intenciones y futura relación con Israel a Moisés al revelarse como Jehová, un
nombre derivado del verbo hebreo "ser", YO SOY EL QUE SOY. También incluye
acción futura—YO SERÉ EL QUE SERÉ.
Dios se revelaría
por medio de eventos y actos especiales en un futuro que todavía no revelaría a
Moisés. Sin embargo, en los días venideros este Dios de acción obraría por medio
de Moisés.-'Como líder de Israel, Dios le aseguro a Moisés que Su presencia
sería la fuerza detrás de su liderazgo. Fue esta presencia divina que Moisés
reconoció como la cualidad indispensable que lo distinguió a él y al pueblo de
Israel de las demás naciones (Éxodo 33:16). Lo que distingue a los divinamente
llamados al servicio de Dios en cualquier capacidad es Su presencia en sus
vidas.
Jehová sería el
nombre que el pueblo de Israel usaría para referirse a Dios "este es mi
nombre para siempre" (3:15). Esta frase sugiere que la revelación de Dios
continúa y es para siempre. A través de la historia de Israel, este nombre (y su
forma corta Jah) apareció en muchas combinaciones que expresaban en forma
precisa cómo Dios se había revelado a Israel: Libertador, Guía, Juez, Sanador,
Proveedor y muchos otros.
PREGUNTA:
¿Cómo se ha revelado Dios a usted por medio de Su poder?
Dios continúa
revelándose a sí mismo a aquellos que lo buscan. Él desea una íntima relación
con Sus hijos; desea ser conocido de una manera personal.
-- B. El Dios de
poder
En Éxodo 4:1
Moisés contradijo en forma directa la promesa de Dios en 3:18: "Y oirán tu
voz." "Ellos no me creerán, ni oirán mi voz", dijo Moisés. Tenía que
convencerse de que el poder de Dios en efecto estaba con él. La respuesta de
Dios exhibió la gran paciencia que Él mostraba hacia las dudas de Moisés. Hasta
le ofreció a Moisés tres señales—la señal de la vara, la mano leprosa, y la
descripción de las aguas del río convirtiéndose en sangre. Estas servirían de
señal al pueblo y a Moisés.
Para que un
cristiano realmente sea efectivo en llevar a cabo los planes de Dios, debe
asegurarse internamente de que el poder de Dios operará en su ministerio. Este
poder sirve dos propósitos mayores: (1) como un medio para confirmar al
cristiano y a los que él sirve que Dios verdaderamente está obrando (4:5); y (2)
para los que no son creyentes, una demostración del poder y autoridad de Dios
(4:8,9).
-- C. El Dios que
provee
Moisés debió estar
satisfecho desde un principio, cuando tuvo la experiencia de la zarza ardiente.
Debió creer que Dios estaría con él y que cumpliría todas sus promesas. Pero a
Moisés le faltaba crecer más. Con el transcurso de los años su relación con Dios
se desarrollaría aun más mientras ministraba a Israel. En este momento de su
vida, vemos que Moisés era como la mayoría de nosotros. Él tenía dudas también.
Al rogarle a Dios
por última vez que enviara a otra persona en lugar suyo, es evidente que Moisés
buscaba una razón para no responder al llamado de Dios. Una vez más. Dios
demostró su paciencia tratando con las debilidades del hombre. Sin embargo, Él
permitió que Moisés conociera Su ira también. La respuesta a cada pregunta
sirvió para decirle a Moisés que Dios está consciente de las limitaciones del
hombre, y escoge llamar a individuos a pesar de sus protestas. Dios le afirmó la
misma verdad a Pablo cuando dijo: "Bástate mi gracia; porque mi poder se
perfecciona en la debilidad" (2 Corintios 12:9).
La última protesta
de Moisés recibió una reprensión severa de Dios. Este pasaje muestra a Moisés
muy desesperado. Moisés ya no podía postergar su decisión de ir o no. Dios le
concedió una petición a Moisés, pero no lo libró de su responsabilidad. Si bien
Aarón fue señalado como el portavoz, fue Moisés quien fue comisionado como el
intermediario de Dios (4:16). El servicio a Dios es un asunto de sumisión: la
sumisión de una voluntad humana y finita a un Dios paciente y todopoderoso.
Aplicación
La vida de Moisés
demuestra que el llamado de Dios es tan único como la gente a quien Él llama.
Dios no llama a un cristiano según sus talentos o dones naturales, aunque puedan
ser importantes. Más bien, la comisión se basa en la elección soberana de Dios
de un individuo para llevar a cabo Su plan. No vamos a imponer las normas de la
sociedad secular de cualificaciones estrictas para un servicio espiritual al
punto que no podamos reconocer la obra de Dios en la vida de ese individuo
La experiencia del
llamado de Dios puede traemos a una etapa crucial de reconocer quiénes somos
nosotros y quién es Dios. Debemos reconocer que no tenemos ningún poder para
traer cambios permanentes y significativos sin el poder de Dios. Moisés no fue
llamado debido a sus talentos, preparación, o éxitos personales. Moisés fue
llamado porque Dios sabía lo que Él podía lograr por medio de él. Así como fue
importante para Moisés saber quién lo llamó, así también el liderazgo espiritual
y efectivo requiere tener un conocimiento creciente de Dios cada día.
Los que responden
al llamado de Dios tienen la promesa de su presencia, poder y providencia. Sólo
aquellos hombres y mujeres llenos "de fe y del Espíritu Santo" (Hechos 6:5)
pueden ejercer liderazgo espiritual. Las poderosas manifestaciones del poder de
Dios operarán en la vida de sus siervos para que los que no creen puedan creer y
tener fe, y los que creen puedan ser fortalecidos y alentados.
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