Fondo bíblico: Éxodo 12:1 al
14:31
Verdad central: Si seguimos las
ordenanzas de Dios, ellas nos abrirán camino a su dirección y protección divina.
Texto Áureo: Y Moisés dijo al
pueblo: No temáis; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con
vosotros. Éxodo 14:13
Bosquejo
I. Instrucciones especiales
-- A. El mandato de Dios
-- B. Una ordenanza perpetua
II. Dirección divina
-- A. El camino del sufrimiento
-- B. Un Guía constante
III. Protección sobrenatural
-- A. La obediencia abre puertas
-- B. Dios pelea por su pueblo
Objetivo
Reconocer que Su dirección y
protección divina vienen de seguir Sus ordenanzas, y determinar obedecer Su
Palabra.
Introducción
La liberación milagrosa de Israel
es sorprendente. Dios sacudió a la nación de Egipto hasta los cimientos con una
serie de plagas. Luego sacó a su pueblo escogido de la esclavitud, dividió el
Mar Rojo para completar su salida, y ahogó en las aguas del Mar Rojo al ejército
de los egipcios que los perseguía. El Éxodo salvó a Israel de la esclavitud, y
la Pascua conmemoró esa liberación. Sin embargo, esta escena no se compara con
el milagro aun mayor que Dios obró siglos más tarde ofreciendo a Su Hijo para
morir por los pecados de muchos.
Mientras usted y sus alumnos
estudian estos eventos importantes, use este tiempo para meditar sobre la
salvación eterna ofrecida a través del sacrificio de Cristo. La "liberación
milagrosa" es la que nos libra de la esclavitud del pecado.
Comentario Bíblico
I. Instrucciones especiales (Éxodo
12:1-13.21-28 ).
-- A. El mandato de Dios
Moisés y Aarón se habían presentado
delante de Faraón con los mandatos de Dios muchas veces. Dios estaba por librar
a su pueblo de la esclavitud de los egipcios para siempre por medio de una obra
decisiva. Como éste sería un día muy importante, Dios dijo a Moisés y a Aarón
que marcaran este día como el principio de un nuevo año. Como tal, esto
señalaría el principio de Israel como una nación soberana y libre de la
esclavitud para servir a Dios.
Dios ordenó a Moisés y a Aarón que
hicieran saber Sus instrucciones a Israel. La liberación del pueblo dependería
de la habilidad de sus líderes para comunicar claramente las palabras de Dios.
Pregunta: En las instrucciones
que Dios dio para te Pascua, ¿cuáles son los cuatro elementos que se ven que
contribuyeron a la liberación del pueblo de Dios?
La primera instrucción es que la
Pascua señala el principio de una nueva dimensión en la adoración a Dios, es
decir, una comunidad de creyentes adorando a Dios. Esta es la primera vez que se
habla de Israel como "la congregación". Representa a Israel como un cuerpo que
se congrega para adorar. Esta idea es el fundamento para lo que el Nuevo
Testamento llama "iglesia". La liberación divina no sólo afecta a individuos.
Los que son salvos participan activamente en la comunidad de fe.
Segundo, el elemento básico de la
comunidad de los fíeles es la familia. La familia era la manera de organizar a
la gente para la fiesta. Además, el uso de la familia desde el principio la
señaló como el entorno principal para la liberación. Las familias piadosas aún
juegan un papel significante en conducir a individuos a Cristo.
El tercer elemento es el papel que
juega la sangre del cordero. Cuando la sangre fuera puesta sobre el dintel de la
puerta, los que estaban dentro serían protegidos de la décima plaga, la muerte
del primogénito. Esta sangre no contenía ningún elemento mágico o místico. Sin
embargo, representaba una vida sacrificada, un símbolo que se había establecido
para evitar el juicio de Dios, una vida sustituida por otra.
El propósito de dar muerte a los
primogénitos de Egipto era demostrar el poder del Dios único y verdadero sobre
los dioses de Egipto (v. 12). No sólo se reveló la impotencia de los dioses
asignados a proteger al primogénito, sino también la muerte del hijo primogénito
de Faraón (los reyes egipcios eran adorados como dioses) y de varios animales
sagrados (modelos para ídolos de varias deidades egipcias) mostraron que Dios
tiene todo poder y autoridad.
El elemento final concierne a la
obediencia de los israelitas (v. 28). Al matar el cordero, cada familia había
obedecido las instrucciones de Dios. Aunque no se presentó como un sacrificio
por los pecados, el cordero de la Pascua los protegió del juicio de muerte. Este
juicio fue dirigido hacia los egipcios por su pecado de ser los opresores del
pueblo de Dios. Por medio de este acto de obediencia, los israelitas fueron
separados como el pueblo escogido de Dios. Si ellos ahora no obedecían, serían
juzgados con los demás.
Pregunta: ¿Cuáles son algunas
áreas en que nuestra obediencia a Dios nos abre la puerta para que Él obre a
favor nuestro?
La clave de nuestra identificación
con Dios es nuestra obediencia. Si obedecemos las normas de la moralidad dadas
por Dios, evitaremos muchas de las consecuencias físicas del pecado. Si seguimos
en su camino cada día, seremos aptos para tomar decisiones sabias y buenas, y
gozar del éxito y la satisfacción personal. Estas son sólo algunas de las
recompensas que la obediencia puede traer. Nuestro Dios tiene todo poder y es
grande en sabiduría. Los beneficios de nuestro servicio a El no se pueden medir.
Sólo la eternidad revelará las verdaderas recompensas de nuestra obediencia.
-- B. Una ordenanza perpetua
La Pascua debía celebrarse
perpetuamente. Según los versículos 24-27, la Pascua debía ser una ordenanza
perpetua para el pueblo de Israel. En la celebración de esta ordenanza, se llevó
a cabo más que sólo una simple representación. La celebración de tales
ordenanzas ayudó a cada generación sucesiva de adoradores a relacionarse con los
que por primera vez fueron librados por Dios.
Por medio de la Pascua, cada
generación de israelitas recordaría su identidad como un pueblo que fue librado
de las garras de la muerte por mano de Dios. La Pascua debía ser un tiempo para
meditar y adorar como comunidad.
II. Dirección divina (Éxodo
13:17-22).
-- A. El camino del sufrimiento
Después de rehusar dejar ir a los
israelitas. Faraón ya no podía resistir a Dios, y tuvo que confesar su derrota.
Pero Faraón no sería el único obstáculo que el pueblo de Israel tendría al
tratar de seguir a Dios hacia afuera de Egipto. Como ocurre en muchos casos
cuando uno decide seguir a Dios, el camino de fe hacia la Tierra Prometida no
sería fácil.
Había varias rutas posibles por las
que que Moisés guiara al pueblo a Canaán. La primera era "por el camino de la
tierra de los filisteos". Este era el camino más corto. Sin embargo, esta ruta
hubiera llevado a los israelitas por un camino muy peligroso a una tierra
hostil, y hubiera terminado en guerra (v. 17).
El segundo camino era directo por
el Sinaí hasta Cades. Sin embargo, esta ruta sería improbable porque no había
agua. Dios escogió la tercera ruta, hacia el sur hasta Horeb (Monte Sinaí) y
luego hacia el norte a Cades. Este camino sería difícil. Dios no les prometió
que el viaje sería fácil. Pero el tono de estos versículos muestra que Dios
guiaría a Israel de acuerdo con Su plan divino.
Uno de los obstáculos más grandes
al crecimiento espiritual del creyente es querer obtenerlo todo ahora. Vivimos
en una época de placer instantáneo. El crecimiento espiritual no es instantáneo.
Más bien, las dificultades que enfrentamos en nuestra vida espiritual nos
ayudarán a crecer "en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo" (Efesios
4:15). Al describir los beneficios de la adversidad, un autor escribió: "Nos
conviene que a veces nos fatiguemos y que llevemos una cruz; porque producen
conciencia en el hombre... de que está desterrado en esta vida, para que no
confíe en ninguna cosa de este mundo" (Tomás de Kempis, La imitación de Cristo).
Pregunta: ¿Por qué se nos hace
tan difícil el camino que conduce a la madurez espiritual?
Si vamos a seguir al Señor no
podemos olvidar que Él nos llama a llevar su cruz (Marcos 8:34). Las pruebas
vienen para acercamos más a Dios y para transformamos a ser semejantes a El
(Santiago 1:3,4). Sin embargo, nunca tendremos que temer enfrentar estos
desafíos solos. Así como Dios hizo saber a Israel que El siempre estuvo con
ellos en el desierto, también estará con nosotros.
-- B. Un Guía constante
El camino hacia la Tierra Prometida
tendría sus momentos de incerti-dumbre, de temor y de tinieblas para los hijos
de Israel. Como parte del plan de Dios, el Señor escogió un medio para recordar
constantemente a los israelitas que Él estaba con ellos.
Usando una columna de nube y fuego.
Dios continuamente mostró su presencia. Estos son símbolos que siempre se usan
en la Biblia para representar la presencia de Dios (Mateo 17:5, Hechos 1:9;
2:3). El fuego representa el juicio y el poder iluminador de Dios. La nube puede
ser un símbolo del misterio y lo secreto de Dios.
Aunque el camino de fe no siempre
es fácil. Dios no deja a su pueblo sin consejo, dirección, o protección. El se
reveló eternamente a nosotros a la luz de Cristo Jesús (Juan 1:4,5,9). Esta
misma presencia de Cristo continúa operando en la vida de los creyentes. Por
medio del Espíritu Santo, Dios guía a su pueblo en el camino de justicia (Juan
16:7-11). Por medio del Espíritu Santo El también llevará a todo creyente hacia
la ciudad futura (Hebreos 13:14).
III, Protección sobrenatural (Éxodo
14:21-31).
-- A. La obediencia abre puertas
El viaje apenas había comenzado
cuando el pueblo de Israel enfrentó su primera prueba. Con el Mar Rojo por
delante y los egipcios por detrás, el temor fácilmente podría haberlos hecho
rendirse. El enemigo de Dios sabe que es en el principio de la peregrinación de
la fe que uno es más susceptible (Marcos 4:4-7). No obstante, Dios no dejaría
que su pueblo fuera esclavizado otra vez. Por medio de la fidelidad y la
obediencia del siervo del Señor, el pueblo derrotaría sobrenaturalmente a sus
adversarios.
Pregunta: Basado en este
pasaje, ¿cómo es de importante poder discernir correctamente la dirección de
Dios?
Obediencia a la Palabra de Dios es
de suma importancia para que ocurra una victoria espiritual. Imagine el desastre
que pudiera haber ocurrido si Moisés hubiera considerado el mandato de Dios de
extender su vara como una orden necia e innecesaria. Qué tragedia para Israel si
no hubiera caminado obedientemente por el camino divinamente creado por Dios.
Este pasaje demuestra un principio
importante en el reino de Dios: que los elementos humanos y divinos son
necesarios para terminar la tarea con éxito. Como representante de Dios, Moisés
fue fiel en hacer lo que se le mandó. Israel tuvo que disponerse a marchar hacia
donde el mar había estado el día anterior. Pero cuando Dios hizo el milagro y su
pueblo respondió en fe, la victoria fue de ellos.
-- B. Dios pelea por su pueblo
Cuando Moisés obedeció. Dios
respondió tal como había prometido. Noten que el versículo 21 menciona que
aunque Moisés extendió su vara, fue Dios el que partió las aguas. Noten también
el mismo énfasis en los versículos 24 y 27 donde el Señor recibe la gloria por
haber traído la derrota de los enemigos de su pueblo.
El éxodo y las poderosas obras de
Dios produjeron un pueblo cuya identidad fue transformada radicalmente. Israel
respondió en la forma más apropiada: expresó alabanzas y adoración al Dios que
es grande en misericordia y poderío. (Éxodo 15:1-19)
Pregunta: ¿Qué significa para
nosotros en nuestro andar cristiano el éxodo de Israel?
En el éxodo Israel vio a Dios
revelado de una manera nueva. Ellos vieron su supremacía sobre todos los dioses
falsos, y también que se interesaba por el bienestar de todo su pueblo. El Dios
revelado en Éxodo era un Dios cuyo poder y soberanía cubrían los cielos y quien
se interesó personalmente en la gente común. Esto es cierto hoy también. El Dios
todopoderoso escogió librar del pecado a todo aquel que viniera a El por fe en
su hijo. Y no hay otro ejemplo más claro del cuidado que Dios tiene por la gente
común que su propia identificación con la humanidad en la encamación.
Aplicación
Cada uno de nosotros debe reconocer
que necesita su propio éxodo. Hemos nacido dentro del cautiverio y la opresión
del pecado y el egoísmo (Romanos 3:23). Para los que han alcanzado la libertad
en Cristo, la vida cristiana sigue siendo una demostración continua de la
liberación de Dios en nuestra vida hemos sido librados de la ira, el orgullo, la
deshonestidad, la codicia, pensamientos impuros, y otras muchas tentaciones.
Sin embargo, la clave es obedecer.
La única forma en que tendremos nuestro propio éxodo es obedecer fielmente el
plan de Dios. Los israelitas tuvieron que poner la sangre de un cordero o
cabrito de un año en los postes y en el dintel de la puerta como señal de
obediencia; una vida tuvo que ser sacrificada simbólicamente para que muchos
fueran salvos. Esos sacrificios señalaron hacia el sacrificio eficaz de Cristo
en la cruz. Así como Israel, nosotros debemos seguir el plan de Dios para ser
salvos de la esclavitud del pecado.
No olvidemos que "estrecha es la
puerta, y angosto el camino que lleva a la vida" (Mateo 7:14). Habrá muchas
ocasiones en nuestra jornada en que enfrentaremos tiempos críticos de prueba,
tiempos cuando parece que habría sido mejor quedamos en el "Egipto" de nuestra
antigua vida. En esos momentos veamos con fe al Señor. Los tiempos de prueba son
oportunidades para que veamos la poderosa mano de Dios obrando a nuestro favor.
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