Fondo bíblico: Hechos 2:1-47
Verdad central: Señales y
prodigios acompañan el ministerio del Espíritu Santo dentro de la Iglesia.
Texto áureo: Y fueron todos
llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el
Espíritu les daba que hablasen. Hechos 2:4
Objetivo: Entender y apreciar
el ministerio del Espíritu Santo.
Bosquejo
I. La señal del fuego
A.
Un propósito unánime
B.
Señales de un nuevo comienzo
II. Lenguas de fuego
A.
Señales que siguen
B.
Es testimonio a los perdidos
III. Jesús es exaltado
A.
Dando testimonio a los judíos
B.
Testimonio al mundo
IV. Dios es alabado
A.
Es exaltado en los milagros
B.
Exaltado en la Iglesia creciente y unida
Introducción
Charles S. Price, un renombrado
evangelista pentecostal a principios del siglo veinte, gozó de un ministerio
bien establecido cuando todavía no era pentecostal ni evangélico. Al principio
era metodista, pero el hermano Price se unió a los congregacionalistas para
expresar sus preferencias liberales. Tenía un cristianismo muy cómodo, pero
carecía de la fe verdadera.
Charles S. Price fue transformado
cuando recibió la llenura del Espíritu Santo. El testimonio de su conversión y
fue de mucha inspiración a muchos. Con el tiempo, él obedeció el llamado de Dios
y fue usado en el ministerio de la sanidad divina. El hermano Price es otro
ejemplo de cómo el Espíritu Santo ha continuado su obra a través de la historia
de la Iglesia.
Comentario Bíblico
1. La señal del fuego (Hechos
2:1-3)
A.
Un propósito unánime
El primer versículo de Hechos 2
señala una cualidad particular de los creyentes que recibieron el poder del
Espíritu Santo en el día de Pentecostés. "Estaban todos unánimes." Entre estos
fieles seguidores de Cristo, notó un comentarista, no hubo nadie desinteresado,
nadie indiferente, nadie tibio; estaban todos "unánimes".
Algunas versiones dan a entender
que esto se refiere sólo a unanimidad de lugar (por ejemplo, "estaban todos
unánimes juntos"). Estas versiones le dan el mismo énfasis al versículo 46. Pero
es evidente por el contexto de Hechos 2 que la unanimidad de propósito entre los
creyentes era de inmensa importancia. Cuando estos creyentes se juntaban, eran
unánimes en propósito, no se reunían sólo para un evento social. Su unanimidad
se basaba en una membresía común dentro de la familia de Dios.
Cuando la unanimidad se degeneró
entre algunos grupos de creyentes, el Espíritu Santo inspiró a los escritores de
las Escrituras a tratar con los problemas directamente. "Sois carnales —
escribió Pablo a la iglesia corintia — pues habiendo entre vosotros celos,
contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres?" (1
Corintios 3:3). Santiago exhortó a otros creyentes:
"Si en verdad cumplís la ley real,
conforme a la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, bien hacéis; pero
si hacéis acepción de personas, cometéis pecado" (Santiago 2:8,9).
Fue a un cuerpo unánime de
creyentes que vino el Espíritu Santo en el día de Pentecostés. Su presencia
entre ellos fue el cumplimiento de lo que el profeta Joel había escrito siglos
antes. Joel 2:28,29 se refiere a "toda carne", y específicamente incluye
"hijos", "hijas", "ancianos", "jóvenes", "siervos" y "siervas". Fue la voluntad
de Dios que el glorioso don de su Espíritu Santo fuera repartido a todos los
creyentes. En el ámbito de su Espíritu nadie queda exento, sea hombre o mujer, o
por causa de su edad, educación, riquezas, o por su posición social en la vida.
B.
Señales de un nuevo comienzo
El primer derramamiento del
Espíritu Santo en el día de Pentecostés fue acompañado por dos eventos que no se
repiten en las Escrituras. Hechos 2:2,3 habla del "estruendo... de un viento
recio" y de "lenguas repartidas, como de fuego".
Pregunta: ¿Qué son algunos
ejemplos del poder de Dios demostrado por el viento?
Muchas manifestaciones del poder de
Dios en el Antiguo Testamento incluían el viento. Dios le habló a Job "desde un
torbellino" (Job 38:1). Quizá el ejemplo más significativo en la historia de
Israel fue el viento de Éxodo 14:21 que separó las aguas del Mar Rojo. El
estruendo del viento el día de Pentecostés precedió una manifestación especial
del Espíritu de Dios.
Pregunta: ¿Qué significado tuvo
el fuego para estos creyentes en cuanto a la presencia de Dios?
El retrato de fuego estaba
conectado con Dios a través de todo el Antiguo Testamento. Dios habló a Moisés
de entre la zarza que ardía. El le entregó la Ley de entre el fuego divino en el
monte Sinaí. El libro de Éxodo concluye observando que "la nube de Jehová estaba
de día sobre el tabernáculo, y el fuego estaba de noche sobre él, a vista de
toda la casa de Israel, en todas sus jornadas" (40:38). Isaías habló del fuego
purificador del altar de Dios que tocó sus labios.
El día de
Pentecostés, cada creyente fue tocado por el fuego de Dios. Esta fue una
demostración visible de que el Espíritu Santo moraría dentro de ellos. Serían
templos de Dios (1 Corintios 3:16; Efesios 2:21,22). Unánimes habían orado por
el glorioso derramamiento del Espíritu. Unánimes recibieron la respuesta a sus
oraciones.
II. Lenguas de fuego (Hechos
2:4-13)
A.
Señales que siguen
La primera reacción
registrada por parte de los creyentes en el día de Pentecostés es que hablaron
en otras lenguas. Habían estado orando mientras esperaban la Promesa del Padre.
Habían escuchado el estruendo de un viento recio. Habían visto las lenguas
repartidas, con lo que parecía ser fuego de Dios y "comenzaron a hablar en otras
lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen."
Pregunta: ¿Qué distingue la
señal de hablar en lenguas de las otras manifestaciones sobrenaturales de
Pentecostés?
La señal de hablar en lenguas es lo
que tienen en común los relatos en la Biblia en Hechos 10:44-47 y 19:1-7. Pablo
escribió a los corintios acerca de su propia experiencia de hablar en otras
lenguas y da instrucciones a seguir sobre cómo ejercer este don en sus reuniones
(Lea I deCorintios 14 completo).
B.
Es testimonio a los perdidos
Dios no causó que estos creyentes
oraran en lenguas desconocidas sólo para su beneficio propio. Hechos 2:5-13
muestra que la Iglesia tuvo un impacto mucho más amplio sobre la comunidad en
Jerusalén gracias a este milagro.
La palabra "moraban" normalmente
implica una residencia permanente. Algunos judíos de muchas partes del mundo
regresaron a Jerusalén después de haber sido dispersos por el juicio de Dios.
Sin embargo, durante la fiesta de Pentecostés, ciertos judíos piadosos que
vivían en otros países viajaron a Jerusalén. De hecho, el clima mediterráneo era
tal que viajar durante el tiempo que se celebraba Pentecostés era más seguro que
viajar durante la celebración de la Pascua. La comunidad internacional creció
dramáticamente durante esos días.
Las alabanzas de los creyentes se
oían desde el lugar donde se congregaban. La gente de otros países empezó a
escuchar estas alabanzas y se maravillaba al darse cuenta de que estos galileos
estaban hablando en el idioma de sus países natales.
Aunque no se sabe exactamente qué
decían los mensajes de los creyentes que fueron llenos, el versículo 11 nos dice
que hablaron de "las maravillas de Dios". Esto pronto se hizo evidente a los que
estaban dispuestos a oír lo que estaba pasando, y a los que tenían curiosidad
por saber lo que se decía (v. 12). Otro grupo se burló de lo que oyeron. Estos
dijeron que los creyentes estaban "llenos de mosto" (v. 13).
Pregunta: ¿Hay evidencia en
este pasaje que el creyente actual debe confiar en las lenguas como el único
medio para compartir el evangelio?
Es importante recordar que el
evangelio no se entregó específicamente hasta que Pedro se puso de pie y habló a
la multitud. Las lenguas fueron un milagro usado por Dios para inquietar los
corazones de la multitud inconversa. Pablo luego les instruyó a los corintios
acerca de cómo usar el don de profecía, así como el don de lenguas para
ministrar en la congregación (1 Corintios 14:20-30).
III. Jesús es exaltado (Hechos
2:29-36)
A.
Dando testimonio a los judíos
Pedro compartió una amplia
descripción del evangelio con los judíos que se congregaron ese día. Algunos han
hecho referencia a este mensaje como un "sermón", pero puede ser que Pedro sólo
estaba ejerciendo el don de profecía por el Espíritu Santo.
Pregunta: ¿Cuáles son algunas
características del mensaje de Pedro que serían relevantes para este grupo de
judos internacionales?
Los que escucharon a Pedro eran
judíos; el Espíritu Santo lo inspiró a hablar la verdad del evangelio usando
profecías del Antiguo Testamento que los judíos conocían. Pedro apeló al deseo
de los judíos por un Mesías citando los pasajes de David en los Salmos.
Hechos 2:29-36 viene al final de
este mensaje. Aquí Pedro claramente mostró que el mensaje de David en el pasaje
del Salmo 16:9,10 y 110:1,5 no podía referirse a David, sino al Mesías divino
que sería su descendiente. Pedro relacionó la resurrección mencionada en los
Salmos con la resurrección de Jesús de la cual Pedro y los creyentes habían sido
testigos.
Con palabras bien específicas,
Pedro dio a conocer la verdad de la identidad de Jesús (v. 36). El Espíritu
Santo usó este mensaje para conmover el corazón de los judíos. Como indican los
versículos 37-41, ellos fueron convencidos por la verdad del evangelio. Como
3,000 personas de esta multitud respondieron al llamado de arrepentimiento.
B.
Testimonio al mundo
Las verdades expresadas en Hechos
2:29-36 de ninguna manera se limitan al pueblo judío. Evidentemente Pedro
dirigió su mensaje a los que estaban presentes ese día. Pero en su apelación a
estos judíos, Pedro dijo que "para vosotros es la promesa, y ... para cuantos el
Señor nuestro Dios llamare" (v. 39).
A través de los siglos y en
distintas partes del mundo, la gente ha respondido al poder dinámico del
Espíritu Santo. Esto es lo que Jesús dijo que sucedería.
IV. Dios es alabado (Hechos
2:42-47)
A.
Exaltado en los milagros
Las señales y prodigios que fueron
manifiestos el día de Pentecostés sólo fueron el comienzo de los milagros
manifestados en la Iglesia primitiva. Hechos 2:43 habla de "muchas maravillas y
señales" que fueron evidentes en el ministerio de los apóstoles. Estos milagros
por cierto no fueron realizados en el poder de los apóstoles. Como Pedro explicó
a una multitud de espectadores cuando un hombre cojo fue sanado a la entrada del
templo: "La fe que es por él [Jesús] ha dado a éste esta completa sanidad"
(Hechos 3:16).
El poder de Cristo es lo que
contesta nuestras oraciones de manera milagrosa, pero aun aquí el Espíritu Santo
desarrolla un ministerio importante. Ambos dones de "sanidades" y "el hacer
milagros" se relacionan con el ministerio del Espíritu en 1 Corintios 12:9,10.
Como leímos anteriormente en Juan 16:14,15, el Espíritu Santo toma lo que es de
Cristo y lo da a los creyentes. Por esta razón Jesús pudo prometer lo de Hechos
1:8: "Recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo."
B.
Exaltado en la Iglesia creciente y unida
Hechos 2:42,44-47 señala
repetidamente que hubo un cuerpo de creyentes unánimes cuya meta era acercarse
más a Dios. El versículo 42 describe su perseverancia en estudiar las Escrituras
y su constancia en la oración para madurar espiritualmente.
Las costumbres descritas en los
versículos 44 y 45 no son obligaciones literales para cada creyente moderno. Las
circunstancias especiales que acompañaron este crecimiento en la iglesia
primitiva llamó a los creyentes a tener todas las cosas en común. Dios estuvo
obrando en la vida de estos creyentes de una manera intensiva. Dios los estaba
preparando para luego dispersarlos por todo el imperio romano, así como se ve a
través del resto del libro de los Hechos. Pero aun bajo estas circunstancias los
creyentes no eran obligados a contribuir sus posesiones (Hechos 5:4).
La actitud de amor que motivó a
estos primeros cristianos a tener todo en común debe ser una característica de
los creyentes modernos. "En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si
tuviereis amor los unos con los otros" (Juan 13:35).
Los versículos 46 y 47 describen
más detalladamente la gloriosa comunión en la iglesia de Jerusalén. El
testimonio público de los creyentes en Jerusalén fue tal que tuvieron "favor con
todo el pueblo". El amor que tenían unos con otros les dio renombre dentro de la
comunidad en que vivían. Como resultado de ello, más y más del pueblo acudieron
a ellos para aceptar a Cristo como su Salvador.
Aplicación
Cuando el Espíritu Santo llenó a
los creyentes que se reunieron el día de Pentecostés, Él no encontró a algunos
que escogerían aceptar la manifestación del Espíritu Santo, y a otros que se
contentarían con dejarlo pasar. Él encontró a un cuerpo unánime de creyentes
dedicados que anticipaban el poder que Cristo había prometido por medio de esta
experiencia. Como resultado de ello, "fueron todos llenos del Espíritu Santo, y
comenzaron a hablar en otras lenguas." E inmediatamente anunciaban a Cristo y su
obra redentora.
Debemos despertar al maravilloso
poder del Espíritu que está obrando en medio de nosotros. Si lo hacemos, como
los creyentes en Jerusalén, nuestra vida será completamente transformada,
nuestra interacción como cuerpo de creyentes se avivará con amor, haciendo
nuestro testimonio a la comunidad mucho más efectivo para traer a los
inconversos a una nueva vida en Cristo.
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