Hay
gente que cree que el destino es una fuerza desconocida, que de alguna
manera, viene a tu vida y te dice lo que va a ocurrir. Hay gente que
dice: en el destino uno no interviene porque esto proviene de una fuerza
desconocida, puede ser Dios que nos haya predestinado para algo y
entonces nosotros no intervenimos. Por ejemplo: el que tenía que ser presidente fue destinado por Dios desde antes de nacer para ser presidente.
El que tenía que ser un pobre tipo y no tenía que avanzar en la vida,
fue destinado por una fuerza sobrenatural a que sea un pobre tipo y que
nunca avance. O sea, nosotros no tendríamos nada que ver en eso. Pero
hay otra gente que dice que, el destino es una situación a la que se
llega como consecuencia de nuestros actos. Nosotros actuamos de cierta
manera, vamos haciendo ciertas cosas en la vida y llegamos a nuestro
destino, porque hicimos esto, porque estudiamos o porque trabajamos o
porque nos conectamos con esa persona; todo eso que fuiste haciendo te
llevó a tu destino sea grande o no sea grande. O sea, éstos son los dos
polos opuestos.
¿Qué es el destino para
Dios? Es una combinación entre el anhelo de Dios y el anhelo mío, lo
que Dios quiere que yo haga y lo que yo quiero hacer, mi deseo, mi
anhelo, se junta con el deseo de Dios, es lo que Dios hace en mi vida,
más lo que yo hago para mi vida. Se junta lo que Dios va haciendo, la
providencia de Dios, con lo que yo también voy haciendo. O sea, Dios y
nosotros nos combinamos para lograr ese destino, los dos intervenimos,
no es que Dios decide solo, o que yo decido sola por lo que hago; sino
que hay una combinación de los dos.
José soñó que iba a gobernar las
naciones y los hermanos le tuvieron envidia, le decìan: “ahí viene el
soñador”, en realidad sería: “ahí viene el dueño de los sueños”. El
sueño es tu destino, la foto final de lo que tú quieres lograr, eso es
tu destino.
¿Qué ves en las fotos?: la familia bendecida, un auto nuevo,
la casa terminada. Tu destino es único, no compitas con nadie, no le
tengas envidia a nadie. En el trabajo no necesitas “hablar mal de
alguien para que te suban de categoría”. Por ejemplo Faraón oprimió a
los judíos porque pensó que ellos se querían quedar con Egipto.
No tienes que robar, ni mentir porque tu sueño es único, tu destino es
tu ideal, la foto final que Dios te ha dado. A Dios le gusta la gente
idealista no realista; los rabinos cuando te casas, te dan la bendición
ideal: con proyectos, con ideales que la pareja va a estar unida para
siempre. Hay que apuntar alto, no importa la realidad, tu destino es tu
ideal.El pobre se mueve por lo real, pero la Palabra te lleva al ideal
de Dios.
Dios hablaba con Israel en el desierto,
Dios escuchó el sonido de sus palabras, no oye tus palabras, oye el
sonido o sea “cómo lo dices”: tienes que decir: TODO ME VA A SALIR BIEN
(porque ese es el ideal de Dios).
Mi destino es único
Mi destino es mi ideal
Mi destino no es mi camino
Camino no es destino: las circunstancias son temporales, José cuando estuvo en el pozo “no se cortó las venas”, porque “en su foto él se veía gobernando”.
“Sal del pozo y sigue caminando” porque
no te mueves por el camino actual que transitas. Tienes que tener en el
álbum fotos de viajes, fotos financieras, de una familia feliz, etc.
Moisés tardó 40 años para llegar al destino.
La gente no es tu destino:
no te quedes varado en el camino de la gente.La gente dice: “Que
hipócritas son acá”. Tú dile: “Siempre hay lugar para uno más”, porque
el que más condena, es el que más máscaras tiene.
Lo que yo devuelvo me invalida tanto como lo que el otro me hizo a mí, ¡ambos estamos a mitad de camino!
La realidad no es destino:ya
Dios puso tu foto antes de nacer, Dios anunció las fotos que te iba a
dar, por eso satanás se enojó, Dios te cuidó y llegaste hasta este día.
Cuando José le reveló el sueñoal copero
del rey le dijo: “háblale al faraón de mí”, pero el copero se olvidó y
pasaron dos años y no le habló. ¿Qué hubiese pasado si le hubiese
hablado a faraón? José hubiese sido un ex presidiario,
porque hubiese salido con la ayuda del copero, pero de esta forma fue
diferente, porque fue Faraón quien lo mandó a llamar y era José el que
ayudaría a Faraón.
Cada vez que te levantas a la mañana el
enemigo tiene que decir: “uh se levanto otra vez”. y Dios dice: ¡se
levantó otra vez! por eso nos tenemos que poner desafios en todas las
áreas de nuestra vida.
“Clama a mí y yo te responderé”, Dios quiere mostrarnos todo el panorama, ¡voy por el nuevo
desafío! Dios no tiene una tribuna, Dios tiene jugadoras y jugadores
dentro de la cancha dispuestos a hacer goles, estamos puestos por Dios
para ganar el partido.
Cuando le pedimos desafios a
Dios te concede lo que le pides. ¡Si me das tu bendición yo lo voy a
lograr, voy a crecer, y haré todo lo que sueñe! Dios no nos mantiene en
la rutina, no tenemos que seguir aguantando, el pueblo de Israel estuvo
40 años en el desierto, no es que Dios los mantuvo en el desierto, sino
que ellos lo mantuvieron a él ahí. Tal vez lo estás manteniendo a Dios
en ese lugar de rutina, de error. Deja de dar vueltas en tu rutina.Jabes
dijo: ¡por cada dolor que haya venido a mi vida, Dios me dará cuatro
bendiciones diarias, ¡Me bendecirá, me ensanchará, su mano estará
conmigo y me guardará de todo mal!
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