Una vez oí a un hombre decir que alguien le había salvado la vida
porque le ayudó a encontrar a su hija, esto porque estaba decidido a
quitarse la vida, ya que habían secuestrado a su hija y su hijo había
muerto en el intento de salvarla.
Este hombre expreso: “Mi trabajo era cuidarlos y no estuve allí para hacerlo, así que para que vivía más”, de ninguna manera se hubiera justificado el que se hubiera quitado la vida, pero si nos ayuda a entender que nuestra labor y responsabilidad como padres es realmente importante en la formación y cuidado de nuestros hijos, analicemos el siguiente versículo:
Lucas 2:40 “Y el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios era sobre él.”
Este versículo habla de Jesús, pero quien si no sus padres tendrían que haberse ocupado de contribuir a que esto ocurriera.
“Y el niño crecía y se fortalecía,…”, como padres
debemos de ocuparnos de que nuestros hijos se alimenten bien, esto no
significa que debamos procurar banquetes con manjares exóticos para
ellos, en ninguna manera, pero sí debemos de esforzarnos porque tengan
una alimentación adecuada en la medida de nuestras posibilidades, en
muchos lugares las verduras por ejemplo no son caras y son fuente de
vitaminas, minerales y proteínas.
La alimentación adecuada y procurar que nuestros hijos tengan
actividades físicas, además de cuidar su salud, son las acciones que
propiciarán que tengan un crecimiento y vigor acordes a su edad, sabemos
que existen lugares donde lamentablemente se carece aún de lo más
básico, luego entonces además de ocuparnos de nuestros hijos debemos practicar misericordia con otros para ayudar a esos padres que se encuentran en condiciones tan precarias.
“y se llenaba de sabiduría;…”, en la actualidad existen
escuelas donde podemos llevar a nuestros hijos para que les transmitan
conocimientos generales que son de suma importancia en su formación
académica, pero los valores y principios morales, además de la educación
en cuanto a la interacción con los demás, nos toca a nosotros como
padres.
Y lo más importante, guiarlos espiritualmente es nuestro deber, dice la palabra del Señor:
Proverbios 22:6 “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.”
Y también dice:
Proverbios 1:8-9 “8 Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, y
no desprecies la dirección de tu madre; 9 porque adorno de gracia serán
a tu cabeza, y collares a tu cuello.”
Pero para que el hijo escuche y tome en cuenta, los padres debemos dar la instrucción y dirección,
he aquí lo importante de los altares familiares y la disciplina para
asistir a las actividades de la iglesia, además de la práctica de la
oración individual y la lectura de la palabra, porque que mejor manera
de enseñar sino la de predicar con el ejemplo.
“y la gracia de Dios era sobre él.”, como consecuencia de enseñar a nuestros hijos a caminar con Dios, podemos estar tranquilos por haber hecho lo que como padres
nos ha tocado, quizá nuestros hijos al crecer tengan sus tropiezos e
incluso sus caídas, pero mientras se encuentren bajo nuestro techo,
debemos hacer hasta lo imposible porque caminen con Dios y no se olviden
de sus mandamientos y si al ser mayores se apartan podemos confiar en
que un día recordaran nuestra instrucción y retomarán el camino y
hallarán gracia delante de Dios, porque les habremos enseñado lo que
dice la escritura:
Proverbios 3:1-4 “1 Hijo mío, no te olvides de mi ley, y tu
corazón guarde mis mandamientos; 2 porque largura de días y años de vida
y paz te aumentarán. 3 Nunca se aparten de ti la misericordia y la
verdad; átalas a tu cuello, escríbelas en la tabla de tu corazón; 4 y
hallarás gracia y buena opinión ante los ojos de Dios y de los hombres.”
Esforcémonos cada día en cumplir nuestras responsabilidades como padres, cuidemos de ellos adecuadamente, no olvidemos que:
Salmos 127:3 “He aquí, herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre.”
Dios les bendiga.
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