Una mujer tenía ya varios años de caminar con el Señor, tenía una
vida de muchas bendiciones, estaba casada, su esposo también había
aceptado a Cristo, sus hijos iban de buena gana a la iglesia.
En el ámbito profesional y de trabajo no era la excepción, había
logrado terminar la universidad y estaba cerca de cumplir diez años de
antigüedad en su trabajo, la escuela en la cual trabajaba, debido a que
había terminado su licenciatura en pedagogía, le había dado la
oportunidad de ir escalando puestos hasta llegar a ser subdirectora
académica.
Sus jefes le tenían mucha confianza, de tal manera que cuando tenían
que ausentarse ella se hacía cargo de la dirección de la escuela, y fue
precisamente en una de esas ocasiones que sucedió algo que cambió su
vida para siempre.
En esa escuela también trabajaba otra persona que llevaba más de
quince años de antigüedad como intendente, durante todo ese tiempo había
permanecido en ese puesto y era de las personas en las que más
confiaban los dueños.
Durante la ausencia de los dueños estas dos mujeres tuvieron una
confrontación no pequeña, en la cual discutieron y se dejaron de hablar,
se complico mucho el trabajo entre ellas.
Cuando los dueños volvieron, la primera en hablar fue la intendente,
acusando a la subdirectora académica, no solo de haberla reprendido,
sino además de haberla golpeado cosa que era una mentira.
La balanza se inclinó hacia la intendente y sin darle oportunidad de
explicar nada, a la subdirectora la despidieron, sin duda fue una
decisión injusta, pero esta mujer de Dios no intento defenderse ni
tampoco realizó ningún proceso legal, le pidieron su renuncia y la
firmó.
Más tarde en su casa se puso a orar y le decía a Dios que se ponía en
sus manos y que ante esta injusticia fuera él quien se manifestara en
la situación, poco después se encontró a una amiga que trabajaba en otra
escuela y le dijo que si quería fuera porque tenían una vacante de
secretaria, ante esto ella aprovechó la oportunidad aunque era un
trabajo de menor nivel que el que tenia.
Pronto al ver sus capacidades los dueños de esa escuela le ofrecieron
la dirección, con una mucho mejor paga y además le ayudaron para pagar
más rápido un crédito hipotecario que tenía.
Hay ocasiones en que hemos llegado a una situación de comodidad en la
que quisiéramos mantenernos ya sin movimiento, pero cuando Dios tiene
propósitos más grandes para nosotros es necesario salir de esa
comodidad, es necesario salir de esos escenarios y arriesgarnos.
Pero no siempre somos capaces de hacerlo solos, hay veces que
necesitamos ayuda, necesitamos de esos empujones que nos hagan caer para
podernos levantar con más fuerza, si está pasando por una situación en
la que crea que se ha hecho injusticia con usted, no olvide esta palabra
y mantenga siempre en paz y con paz, porque el Señor se encargará de
convertir esa situación en una mejor para usted:
Salmos 37:5-9 “Encomienda a Jehová tu camino, y confía en
él; y él hará. 6 Exhibirá tu justicia como la luz, y tu derecho como el
mediodía. 7 Guarda silencio ante Jehová, y espera en él. No te alteres
con motivo del que prospera en su camino, por el hombre que hace
maldades. 8 Deja la ira, y desecha el enojo; no te excites en manera
alguna a hacer lo malo. 9 Porque los malignos serán destruidos, pero los
que esperan en Jehová, ellos heredarán la tierra.
Romanos 8:28 “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas
las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito
son llamados.”
Dios les bendiga.
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