“…QUITAD LOS TROPIEZOS DEL CAMINO…” (Isaías 57.14b)
Aquí tienes tres piedras de tropiezo a los que tienes que evitar si quieres llegar a la meta.
Tropezar en ellas te podría costar la carrera (ver Hebreos 12:1b).
(1) Una ofensa no perdonada
Jesús dijo:
“…si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre… os perdonará vuestras ofensas” (Marcos 11:26).
Perdonar a otros no es una opción, ¡es una orden! Cuando el hecho de
mencionar a una determinada persona te produce resentimiento, ora por
ella inmediatamente. Di: “Padre, la perdono así como Tú me perdonaste a
mí. Cualquier bendición que yo pida para mí, Te pido el doble para esta
persona”. ¡Adelante; hazlo! Cuando tomas represalias, le niegas al Señor
el derecho de mostrar misericordia y hacerse cargo de la situación a su
manera. ¡Deja de actuar como si fueses Dios! Como tú has recibido
misericordia, ¡pásasela a otros!
(2) Una amistad insensata
Pablo dijo:
“Las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres” (1 Corintios 15:33b).
Quien no te enriquece, finalmente te empobrece. Tú escogiste el nivel
de mentalidad con el que quieres vivir. Si das tu tiempo a aquellos que
no lo merecen, luego no te quejes. ¡Empieza a ser más selectivo! Escoge a
tus amigos entre aquellos que comparten tus valores y entienden el
propósito que Dios te ha otorgado.
(3) Un corazón neutral
Pablo dijo:
“…no pretendo haberlo ya alcanzado; pero… prosigo
a la meta…” (Filipenses 3:13b,14). Un corazón comprometido es un
corazón decidido; ¡es el resultado de una mente decidida! Eso explica
qué es lo que aparta a ciertas personas de la muchedumbre. ¡Involúcrate
hoy en algo importante! ¡Comprométete con algo en lo que realmente
creas! Haz un compromiso con Dios ahora mismo – ¡y empieza a moverte!
No hay comentarios:
Publicar un comentario