“Mas si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios.” 1ª Pedro 2:20
¡Casi todos los personajes de la Biblia a los que tú admiras,
la mayoría fueron tratados injustamente! Aún más, ¡Dios lo permitió!
Piensa en Daniel echado a la fosa de los leones, o en José puesto en la
cárcel. ¿Qué hicieron ellos para merecerlo?
¡Nada! Escucha: “Mas si haciendo lo bueno sufrís ciertamente es aprobado delante de Dios porque para esto fuisteis llamados” (1ª Pedro 2:20-21).
¡Te imaginas que tú también eres de los que han sido llamados a padecer! Hay un propósito en tu sufrimiento.
Hoy, nada te puede tocar sin que haya pasado primero por Sus manos de
manera eficiente. Él lo anticipó y lo aprobó. Todo lo que te está
pasando en este momento es para prepararte sencillamente para que le
sirvas a Él mejor. Pablo dijo:
“En mi primera defensa ninguno estuvo a mi lado, sino que
todos me desampararon; pero no les sea tenido en cuenta. Pero el Señor
estuvo a mi lado, y me dio fuerzas, para que por mí fuese cumplida la predicación.” (2ª Timoteo 4:16-17).
¡No lo vio como imposible de soportar sino como un avance para glorificar a Dios!
Hoy, estás creciendo en la gracia [haciéndote más misericordioso] y en el conocimiento del Señor (2ª Pedro 3:18. “Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.”) Estás en un “proceso de preparación.” Puedes decir, “pero no lo comprendo.” Pues bien, escucha a Joni Erickson Tada:
“Si la mente de Dios fuese lo suficientemente pequeña para comprenderme
a mí, no sería Dios. Algunas veces, no comprendo el estar en una silla
de ruedas, pero la gracia de Dios me lo hace comprender. Aun en mi
discapacidad, Dios tiene un propósito para mi vida.” Ya sea que Dios te
saque de la prueba o te haga pasar por ella, confía en Él; ¡Él está
obrando para tu bien!

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