El Cristiano Y El Matrimonio
Trasfondo Biblico: 1Corintios7:1-40
Verdad Central: Un matrimonio cristiano debe reflejar la belleza del amor
de Cristo.
Texto Áureo: Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se
unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. Efesios 5:31.
Objetivo:
1. Reconocer la importancia que Dios le da a la relación conyugal.
2.
Resolverse a aplicar los principios de Dios para tener exito en el matrimonio.
Bosquejo General:
I. La relación conyugal
A.
Evite las caídas morales
B.
El precioso don de Dios
II. La responsabilidad matrimonial
A.
El consejo sabio
B.
Salvando el hogar
III. Las prioridades espirituales
A.
Tenga en poca estima las cosas terrenales
B.
Dios es primero
Introducción
Los problemas que trata 1 Corintios 7 parecen haber surgido, por lo menos en
parte, a causa de una crisis que Pablo llama "la necesidad que apremia"
(versículo 26). Este pudo haber sido un tiempo de persecución y la amenaza de
más problemas por venir. En estas circunstancias, ¿deben permanecer solteras las
personas? ¿Deben vivir los cónyuges como si no fueran casados? ¿y qué de los
cristianos con cónyuges inconversos? ¿Se deben separar de ellos? Pablo escribió
bajo condiciones singulares, pero los principios que enseñó acerca del amor y la
dedicación en el matrimonio trascienden la barrera del tiempo.
Comentario Bíblico
I.
La relación conyugal (1 Corintios 7:1-6)
A.
Evite las caídas morales
En
el capítulo 7 Pablo hizo unas declaraciones singulares que no encontramos en
ninguna otra de sus epístolas. En el versículo 10 quería dar a entender que lo
que decía era un mandamiento del Señor. Sin embargo, en los versículos 12, 25 y
40 dijo que expresaba su propio juicio sin revelación divina sobre el asunto del
momento, pero los versículos 25 y 40 nos dan la impresión (aunque Pablo hablo
con modestia) que el creía expresar el pensamiento de Dios.
Pregunta: ¿ Por qué se puede creer que Pablo fue divinamente
inspirado aun en las declaraciones donde decía que era su propia interpretación?
Parece que algunos en Corinto habían concluido que a causa de los tiempos
difíciles, una persona soltera debía permanecer sin casarse. En el primer
versículo Pablo dijo claramente que nadie debía tener en poco a los que escogían
la soltería. El celibato es "bueno" y no debe criticarse.
Sin embargo, las detestables condiciones morales que rodeaban a esa gente
aumentaban la presión de cometer pecados sexuales y a los casados les era más
fácil evitar la tentación del pecado sexual que a los solteros. La fornicación
no es un asunto liviano; Pablo declara que es un pecado que se debe evitar
(versículo 2). El sexo es un regalo de Dios para disfrutarlo solamente dentro
del matrimonio. La relación monógama es la única aceptable: "Cada uno tenga su
propia mujer, y cada una tenga su propio marido" (versículo 2).
B.
El precioso don de Dios
Pablo no puso más responsabilidad en un cónyuge que en el otro. El respeto y la
consideración deben ser mutuos. Deben cumplir con sus deberes matrimoniales
mutuamente (versículo 3).
El
apóstol reconocía que la relación física en el matrimonio es ordenada por Dios.
Se expresa cuando Él declaró que ambos serán "una sola carne" (Génesis 2:24). Ni
el esposo ni la esposa tienen control exclusivo de su propio cuerpo. El cuerpo
de cada uno le pertenece al otro según el plan de Dios para el matrimonio
(versículo 4).
El
versículo 5 sugiere que algunos de la iglesia creían que debían practicar la
abstención del placer sexual aunque fueran casados. Pablo advirtió en contra de
esta practica ya que el cónyuge que se negaba defraudaba al otro de los derechos
matrimoniales normales.
Pregunta: ¿El tiempo de oración y ayuno logra su meta si solo lo desea uno
de los cónyuges?
Puede haber una ocasión cuando ambos sientan que deben entregarse a un tiempo
extenso de ayuno y oración para lo cual la abstinencia sexual quizás sea
conveniente, pero aun en esas condiciones su abstinencia debe ser solo "por
algún tiempo". Las relaciones conyugales normales deben continuarse después que
la pareja crea que ha cumplido con su deber en el tiempo especial de oración y
ayuno. De otra manera, uno o ambos pueden caer en la tentación.
En
el versículo 6 Pablo les aseguró que no estaba tratando de invadir la intimidad
de su vida conyugal ni de controlar todo lo que hacían. Él no les mandaba sino
que les presentaba un bosquejo útil de los problemas para los cuales necesitaban
soluciones.
El
plan de Dios para el matrimonio no da lugar a las relaciones fuera del
matrimonio, ni siquiera a las coqueterías. Dentro de los lazos santos del
matrimonio, Dios permite que se disfrute del sexo. Por su uso indebido el hombre
pecaminoso le quita el misterio y la belleza al sexo, haciéndolo parecer algo
barato e insignificante. Fuera del matrimonio, el sexo se vuelve una fuerza
destructiva. Dentro del matrimonio, realza la relación entre los esposos,
permitiéndoles participar de la experiencia de llegar a ser "una sola carne"
según enseñan las Escrituras (Génesis 2:24; Marcos 10:7,8).
II. La responsabilidad matrimonial (1 Corintios 7:7-16)
A.
El consejo sabio
Pablo enseñó que ni el celibato ni el matrimonio son obligatorios. Cada
individuo debe decidir por sí mismo.
Para Pablo, que había sufrido muchas dificultades como apóstol ambulante, lo
mejor era estar soltero. La vida de soltero tenía sus ventajas, y Pablo deseaba
que todos las disfrutaran como él. Sin embargo, reconocía que el quedarse
soltero no sería el deseo de todo individuo. Por su intuición espiritual sabía
que Dios les da a algunos cristianos la capacidad especial de permanecer
solteros, quizás porque su servicio a Él puede ser más eficaz si son solteros.
Este, sin duda alguna, era el caso de Pablo. Sin embargo, sabía que no todos
habían recibido ese llamamiento.
Pregunta: ¿Que quiso decir Pablo con esta frase: "Mejor es casarse que
estarse quemando"?
Pablo no ordenó a los solteros y a las viudas que no se casaran. Dijo que sería
mejor si permanecían sin casarse, quizás en vista de la incertidumbre que "la
necesidad apremiante" ocasionaba (versículo 26). Sin embargo, se enfrentaba a
las realidades de la naturaleza humana, reconociendo los fuertes impulsos
físicos que pueden presentar serias tentaciones al soltero. Si un individuo
tenía dificultad en controlar sus pasiones, debía casarse, dijo Pablo. Esto es
mucho mejor que "estarse quemando" con la intensidad del deseo insatisfecho
(versículo 9).
B.
Salvando el hogar
En
la iglesia de Corinto había matrimonios en los cuales un cónyuge era salvo
mientras que el otro no lo era. En vista del mandamiento de Pablo en 2 Corintios
6:14, parece que él no hubiera permitido que un creyente se casara con un
incrédulo, pero en los matrimonios a los que se refiere aquí un cónyuge se había
convertido y el otro no. Pablo comenzó su enseñanza con un mandamiento que era
del Señor, no solo su opinión personal:
"Que la mujer no se separe del marido... y que el marido no abandone a su mujer"
(versículos 10,11).
Consciente de que algunas esposas cristianas pudieran creer que no podían
permanecer con sus esposos paganos, Pablo dijo que si los dejaban, debían
permanecer sin casarse de nuevo y tratar de reconciliarse. La misma regla se
aplicaba a los esposos cristianos que se separaban de sus esposas incrédulas.
Salvar el matrimonio debe ser lo más importante.
En
el resto del pasaje, Pablo dijo que expresaba su propio razonamiento, y no un
mandamiento directo del Señor (aunque parece claro que expresó la voluntad de
Dios).
Es
probable que hubo casos en los que el pagano estaba contento de seguir en el
matrimonio haciendo al cristiano responsable de permanecer juntos. Pablo se
dirigió claramente a ambos cónyuges: "No la abandone... no lo abandone"
(versículos 12, 13).
Pregunta: ¿Cómo santifica un cristiano a su cónyuge que no es salvo?
En
el versículo 14 Pablo le recordó al pueblo de Dios que el cónyuge salvo tendría
influencia espiritual sobre el otro. Si el matrimonio termina, esa influencia
también termina. Les recordó a los casados que tienen impacto espiritual en sus
hijos e influencia santificadora en ellos. Aunque uno de los padres todavía sea
pagano, los hijos reciben bendición por tener uno que sirve al Señor.
Pablo también sabía que habrían casos en los que el incrédulo estaría tan
resuelto a partir que no habría nada que el cristiano pudiera hacer para
evitarlo. Si se le obligaba al pagano a permanecer en el matrimonio, el
resultado sería una confusión interminable. Si el cristiano había tratado
sinceramente de evitar la separación, no tenía que sentirse mal si el otro
partía. Sin embargo, el cristiano no debía iniciar la separación si el compañero
incrédulo deseaba permanecer en el matrimonio. Siempre existía la esperanza de
que al mantener el hogar unido, el cristiano podría algún día ver al otro
cónyuge venir a Cristo (versículo 16).
En
estos días del divorcio fácil, se necesita dar un renovado énfasis a la
enseñanza de Pablo. La reconciliación, no un matrimonio roto, debe ser siempre
la meta. El cristiano no debe dejar de orar por la salvación de su cónyuge. Los
efectos del divorcio en los hijos se deben considerar. El divorcio crea
cicatrices profundas y emocionales en todos los afectados. ¡No es de asombrarse
que Dios odie el divorcio! (Malaquías 2:16).
III. Las prioridades espirituales (1 Corintios 7:25-35)
A.
Tenga en poca estima las cosas terrenales
Pablo siguió escribiendo pensando en "la necesidad apremiante". Los tiempos se
iban a poner más difíciles. Él quería que los corintios cristianos manejaran las
situaciones que vendrían con el menor número de distracciones y estorbos
posibles. En el versículo 25 se refirió a una pregunta que había recibido sobre
si las jóvenes solteras debían casarse. En los versículos siguientes dijo que no
hay nada malo en que se casen, pero tomando en cuenta la condición presente, se
evitarían muchos problemas si permanecieran solteras.
El
tiempo para trabajar para el Señor era corto (versículo 29), y las condiciones
problemáticas que rodeaban al pueblo de Dios hacían cada vez más difícil su
servicio cristiano.
El
consejo de Pablo para todos era que no cambiaran nada en su situación presente.
Si eran solteros, sería mejor si así permanecieran. Si eran casados, no debían
pensar en separarse. Ya sea que la vida traiga tristeza o gozo, riquezas o
pobreza, esas cosas no se deben tener en cuenta cuando se trata de la unidad del
matrimonio (versículo 30). El versículo 31 dice que las cosas y posesiones
terrenales se deben tener en poca estima. Nunca debemos afianzarnos en ellas,
porque todo lo que vemos a nuestro alrededor se acabara.
Pregunta: ¿Cuáles pasos se pueden dar para estar seguro de que las
posesiones materiales no adquieran demasiada importancia para el creyente?
B.
Dios es primero
Pregunta: En algunos casos, ¿cómo puede el matrimonio aumentar los problemas
del individuo en una crisis que se desarrolle a su alrededor?
En
los versículos 32-35 Pablo hizo frente al innegable hecho de que el matrimonio
trae responsabilidades que el soltero no tiene. Los solteros podían manejar los
días difíciles que se aproximaban con menos ansiedad que los que tenían
obligaciones de familia. En el versículo 35 el apóstol les aseguro que no les
escribía estas cosas para tenderles ningún lazo de esclavitud. Él solo quería
ayudarles a servir al Señor "sin ningún impedimento".
A
pesar que su enseñanza debe considerarse a la luz de una situación local, Pablo
nos dio un principio que se aplica a los cristianos en cualquier situación. Esta
bien que los cónyuges traten de complacerse, pero sin sacrificar la obediencia
al Señor. La devoción a Dios debe ser primero. El servirle a Él jamás debe tomar
segundo lugar a cualquier otra relación. Si ponemos al Señor primero, nuestras
relaciones con todos los demás mejoraran.
Aplicación
El
matrimonio no es una institución inventada por los humanos. Dios quiso que el
matrimonio fuera permanente, no un experimento que se puede abandonar si uno o
ambos no están satisfechos. Las frívolas razones por las que la gente a menudo
se divorcia no son aceptables para Dios sino que van en contra de las Escrituras
y causan mucho dolor y caos en la vida.
Ambos cónyuges son responsables del éxito del matrimonio. Deben respetar sus
sentimientos y derechos mutuos. Nunca deben olvidar el concepto de "una sola
carne" en el matrimonio que Dios mismo estableció en el principio. El matrimonio
es más que un contrato legal. Une a dos personas espiritual, emocional y
físicamente. Cuando ambos cónyuges sirven a Dios, su relación mutua se hace más
preciosa. La "entrega" es la palabra clave en el matrimonio. Se aceptan las
responsabilidades y se hacen las adaptaciones necesarias. El matrimonio santo es
para toda la vida.
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