Todos nosotros necesitamos de un ambiente más positivo. Tener a los amigos correctos
es como rodearse con docenas de hermosas lámparas deslumbrantes. Los
buenos amigos iluminan nuestras vidas y nos permiten “andar en la luz.”
Pero amigos insalubres son como bombillas de bajo voltaje o inclusive
fundidas que nos pueden dejar, tarde o temprano, en la oscuridad.
Como dice en Proverbios 13:20: “El que anda con sabios, sabio será; Mas el que se junta con necios será quebrantado”.
Andar con el Sabio El arte de escoger a los amigos correctos
es una de las habilidades más grandes de la vida. ¿Alguna vez usted ha
notado el invaluable papel que las amistades jugaron en la vida de
nuestros personajes favoritos de la Biblia?
Moisés, a pesar de tener ochenta años de
experiencia en vida, sintió que no podría encarar a Faraón sin su amigo
y hermano, Aarón, a su lado. Noemí necesitó la amistad de Ruth para
reedificar su vida después de la muerte de su marido e hijos. David pudo
no haber sobrevivido sus crisis tempranas sin el apoyo de Jonathan. El
solitario Elías, siguiendo su travesía en primera de Reyes 19, se dio
cuenta de la necesidad que tenía de un amigo, y por esto el Señor le dio a Eliseo.
Cuándo Daniel encaró la ejecución de los hombres sabios de Babilonia, reunió a sus tres amigos
más cercanos “para que pidiesen misericordias del Dios del cielo”
(Daniel 2:18). El melancólico Jeremías habría estado en grandes apuros
para completar su ministerio sin la ayuda de su socio, Baruc.
En el Nuevo testamento, nosotros encontramos que aunque nuestro Señor
Jesús a veces se retiró a lugares solitarios, El también fue inclinado
socialmente, demostrando gran capacidad para la confraternidad. El dijo a
Sus discípulos: “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida
por sus amigos.
Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya que no es
llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os
he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he
dado a conocer” (Juan 15:13-15).
¿Alguna vez ha echado usted un vistazo dentro de la agenda del apóstol Pablo? Sus escrituras están llenas de amistades. El mandó saludos a sus amigos,
recordándolos por nombre, viajando con ellos, orado con y por ellos,
los amó, y tomó fuerza de ellos. Cuando él comenzó su traslado de
prisión a Roma, el centurión, Julio, “tratando humanamente a Pablo, le permitió que fuese a los amigos, para ser atendido por ellos” (Hechos 27:3).
Habiendo llegado a Italia después de un horroroso viaje, encontró a otros amigos en el Foro de Apio. Cuándo él los vio, él “dio gracias a Dios y cobró aliento” (Hechos 28:15).
Este es un rasgo común de los líderes.
En su libro El Humorístico Sr. Lincoln, W. de Keith Jennison nos cuenta
acerca de un tendero llamado Billy Brown de Springfield, Illinois, quien
decidió visitar a Abraham Lincoln durante los peores días de la Guerra
civil. Cuando Llegó a la Casa Blanca, se le preguntó que si tenía una
cita.
“No, señor,”
dijo Billy. “No la tengo, y no es necesaria. Quizá está bien y sea
bueno tener las citas, pero considero que los viejos amigos del Sr.
Lincoln no las necesitan, así que vaya y dígale que Billy Brown esta
aquí, y vea lo que él dice.”
Unos pocos minutos más tarde, la puerta
fue abierta y salió el Sr. Lincoln. “Billy”, dijo el, sacudiendo la mano
de su amigo, “estoy contento verte. Ven pasa. Te quedarás a cenar con
Mary y conmigo.”
Los dos hombres
fueron a la parte trasera de la casa y se sentaron en la escalinata.
Como Billy después lo dijo, “hablamos y hablamos. El me preguntó acerca
de todos en Springfield. Yo solamente me relaje y le conté de las bodas y
los nacimientos y acerca de los funerales y los edificios, y yo supongo
que no hubo ni un hilo del que yo hubiese oído en los tres y medio años
que él había estado lejos del que no le haya contado. Ríase—usted
debería oír como se ríe—le hizo apenas bien al corazón, porque podía ver
lo que ellos habían estado haciéndole. Siempre fue un hombre delgado, pero ahora estaba más delgado que nunca, y su cara estaba como jalada y grisácea—era suficiente para hacerle llorar.”
Más tarde esa noche, Billy se despidió.
El Presidente trató de hacerlo permanecer la noche, pero Billly, no
dispuesto a quedarse, se rehusó. Cuando ellos se despedían, Lincoln
preguntó ¿Billy, a que has venido?” “Vine a verle, Sr. Lincoln.” “Pero
si no me has pedido nada Billy.” “No, Sr. Lincoln, sólo quise verle.”
Lincoln miró en los ojos de su amigo.
“¿Significa entonces que vienes desde Springfield, Illinois, solamente
para verme; que no traes las quejas en tus bolsillos ni consejos sobre la manga?” (es un dicho, como traer la torta bajo el brazo o algo así) “Sí, señor. De eso se trata.”
Las lágrimas corrieron bajo las mejillas
de Lincoln. “Estoy nostálgico, Billy, completamente nostálgico, y
parece que esta guerra nunca terminará. Más de una noche puedo ver a los
chicos que mueren en los campos y puedo oír a sus madres que lloran por
ellos en casa, y no puedo ayudar, Billy.… Nunca sabrás cuanto bien me
has hecho.”
Las personas sabias cultivan las amistades eso “les hará bien.”
Andar con Necios Pero en Proverbios 13:20 también nos advierte, “… Mas el que se junta con necios será quebrantado.”
Cabe remarcar que tanto Salmos como Proverbios empiezan con un énfasis
semejante—el peligro de escoger a amigos inapropiados. En el Salmo 1,
David advierte acerca de los que “siguen el consejo de malos, o el
camino de pecadores, o se unen con los escarnecedores” (Salmos 1:1)
Años más tarde, Salomón hijo de David, empezó su libro de Proverbios en la misma nota: ¡Hijo mío, si los pecadores te quisieren engañar, no consientas, si dijere: ven con nosotros, aparta tu pie de sus veredas! (Proverbios 1:10-15).
Muchos padres de jóvenes
adolescentes se preocupan por las amistades que sus hijos están
haciendo, la clase de chicos con los que ellos pasan su tiempo. Lo cual
esta muy bien hecho. “Las malas conversaciones corrompen las buenas
costumbres” (1 Corintios 15:33). Todos los jóvenes deberían considerar
las siguientes preguntas: ¿”Cómo reaccionarían mis amigos si viniera a
la escuela con una Biblia en la mano? ¿Estoy yendo con ellos a lugares
que mis padres no aprobarían? ¿Me molesta la conciencia? ¿Soy más fuerte
o más débil después de pasar tiempo con mis amigos?”.
Pero también es posible que los adultos
cultiven amistades necias. ¿Es una amistad platónica en la oficina con
un miembro del otro sexo que crece demasiado familiar? ¿Le dice cosas
que no le dice a su marido o a su esposa? ¿Ha entrado en el hábito de
beber con los amigos después del trabajo? ¿Los bares y los clubes han
llegado a ser más agradables que la Escuela del domingo y la iglesia?
¿Se sumerge en salas de charla en el Internet? ¿Desarrolla usted una
ciber-relación con alguien con quien sus amigos más cercanos le
desaconsejarían? ¿Ha estado evitando las reuniones del grupo de
responsabilidad porque siente necesidad de esconder algo?
No le estoy diciendo que solo tenga
amigos cristianos, porque entonces nunca seríamos capaces de ganar a
otros para Cristo. Jesús mismo fue amigo de “publicanos y pecadores.”
Pero asegúrese de que sus amigos más cercanos, los que influyen más en
usted, son del tipo que lo impulsan hacia arriba y no de los que lo
jalarían hacia bajo.
¿Cómo Desarrollar las Amistades Sabias?
¿Cómo hacer para desarrollar las amistades santas? Esto le puede
sorprender, pero quiero decirle que esta es la pregunta equivocada. No
diga, “¿Cómo puedo encontrar un buen amigo?” En su lugar pregúntese,
“¿Cómo puedo ser un buen amigo?” Proverbios 18:24 dice, “El hombre
que tiene amigos ha de mostrarse amigo.” Ralph Waldo Emerson lo puso
sucintamente: “La única manera de tener a un amigo es siendo uno.” O
como Dale Carnegie dijo, “Puede hacer más amigos en dos meses, si se
interesa en otras personas, que en dos años tratando de hacer que se interesen en usted.”
Imite al Señor
Jesús quien siempre toma la iniciativa amándonos a nosotros.
Identifique las necesidades en las vidas de los demás a su alrededor, y
busque satisfacer calladamente esas necesidades. Busque al solitario y
ámelo. Pídale a Dios un puñado de personas
por quienes orar. Recuerde los cumpleaños. Haga llamadas. Mande notas.
Esté allí en tiempos difíciles. Ríase con los que ríen, y llore con los
que lloran. Encuentre las maneras de servir en su iglesia.
Sea un amigo, construya buenas
amistades, entonces mantenga esas amistades en buen estado — y usted
será la persona más rica en la cuadra. Para quienquiera que anda con el
sabio llegará a ser sabio; quienquiera que los necios será quebrantado.
El arte de escoger a los amigos correctos es una de las habilidades más grandes de esta vida.
El que anda con sabios, sabio será; Mas el que se junta con necios será quebrantado. Proverbios 13:20
Por David Jeremiah

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