“Y TÚ PAGARÁS TUS VOTOS.” Job 22: 27b
Cristiano ¡Recuerda lo que prometiste!
El antiguo presidente de la universidad de Baylor, Rufus C. Burleson, dijo una vez a una audiencia: “A menudo he oído hablar a mi padre de la honradez de su viejo amigo, el coronel Ben Sherrod. Con la amenaza de bancarrota, en su vejez, y abrumado por una deuda de 850.000 dólares, un abogado le dijo: ‘Coronel, por sólo 5.000 dólares puedo encontrar un fallo técnico en todo esto y hacer que salgáis impune’. El coronel replicó: ‘Señor, ¡su propuesta es insultante! La gente confió en mí. Yo firmé sus créditos de buena fe y pagaré hasta el último dólar, aunque me tuvieran que enterrar por caridad.’Mi padre me pidió una vez que lo visitara; su rostro y sus palabras siguen grabadas en mi corazón: ‘La integridad no es hacer lo que es fácil o lo que es popular; ¡es hacer lo que es correcto!’” Además, si tú tienes el derecho de tomar a Dios por Su Palabra, ¿no tiene Él el derecho de tomarte a ti por la tuya?
Escucha: “Orarás a Él y Él te oirá; y tú pagarás tus votos. Determinarás asimismo una cosa, y te será firme, y sobre tus caminos resplandecerá luz” (Job 22: 27,28).
Recapacita y vuelve a las promesas que has hecho. ¿Por qué? ¡Porque nada es más importante que tu confianza delante de Dios! Escucha: “… si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios; y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de Él” (1 Juan 3:21, 22). ¿Puede ser ésta la puerta para salir de los problemas o la clave del cambio radical que has estado esperando?
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Día del Padre – El legado de un padre
Escribe Max Lucado: “Hoy es mi primera celebración familiar sin padre. Tuve uno de los mejores padres durante 31 años pero ahora yace… debajo de un roble en un cementerio del oeste de Texas. Es muy raro que no esté… porque siempre estuvo ahí. Sus palabras no eran grandilocuentes; sus logros, aunque admirables, no fueron extraordinarios. Pero su presencia sí lo fue. Cuando él estaba presente, la vida transcurría sin sobresaltos… el futuro estaba asegurado… y mi educación fue en base a principios cristianos. Él me enseñó a afeitarme y a orar. Me ayudó a memorizar versículos para la escuela dominical y me enseñó que el mal comportamiento lleva castigo y el buen comportamiento tiene su recompensa. Mi padre fue un modelo de equilibrio entre la ambición y la conformidad, algo no fácil de conseguir. Siempre supe que si alguna vez lo necesitara estaría allí; era como una chimenea encendida y acogedora. Tal vez por eso este día es tan frío; se ha apagado el fuego. Los vientos de la edad apagaron su llama espléndida y no han dejado más que un ascua dorada. Aunque hay algo extraño con esas brasas: si las atizas vuelve la llama y elimina el frío del ambiente, como recordatorio de que él sigue… presente”.Comparemos el anterior relato con una entrevista al actor Gene Hackman, quien rememora lo siguiente: ‘Sólo tenía 13 años, pero aquel sábado por la mañana sigue vívido en mi memoria. Estaba jugando en la calle… cuando vi a mi padre irse en su automóvil; al pasar por mi lado me hizo un leve gesto de adiós con la mano. Entonces supe en mi interior que se marchaba para siempre. Hasta el día de hoy, ese recuerdo es un fantasma que nunca acaba de desvanecerse por completo’. Dijo Salomón: “Camina en su integridad el justo y sus hijos son dichosos después de él” (Proverbios 20:7). ¡Prestad atención, padres! ¿Qué legado vais a dejar a vuestros hijos?

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