En el enamoramiento sólo cuentan los sentimientos que se expresan generalmente a través del cuerpo,
y los ojos. Es una atracción a nivel hormonal, químico y emocional, y
todo esto puede cambiar de un momento a otro…es fugaz, inestable,
temporal. Hoy siento de este modo, mañana tal vez ya no… Los
sentimientos son engañosos…el corazón humano es cambiante e inestable.
El enamoramiento empieza por el cuerpo, indudablemente…
Pero está claro, que la atracción física
(y como ya dije no precisamente la estética corporal, pero si la
intervención de los ojos) no es la única atracción que debería existir.
Sino no cabria la posibilidad de la trascendencia, de lo permanente, de
lo que nunca se acaba; porque no tiene su base en algo que es temporal
sino espiritual, eterno. El amor tiene su lado espiritual, y esta es su
segunda instancia. La primera es corpórea, física, la segunda es
espiritual. Busca conocer más de la otra persona, adentrarse en los intrincados recovecos de alma. Buscar, explorar, encontrar
puntos de unión, lazos espirituales que sostendrán a los sentimientos
que les precedieron. La ausencia de puntos de contacto profundos,
espirituales, hará que la relación no sea genuina, sino solo basada en
emociones hormonales, sensaciones físicas, sentimientos superficiales.
Eso sería vivir de una ilusión de amor porque amor es unión espiritual.
Esto significa que el amor humano se completa en el espíritu. Esto sería
algo como te amo porque te necesito. La necesidad no es física, si bien
esta existe, es desde el alma. Te amo, porque me ayudas a ser más como
yo tengo que ser para ser quien debo ser.
Te necesito para ser quien Dios quiere que yo sea para vos. Dios tiene
que ser el basamento de una relación. No quita las emociones; las
sostiene, las afirma, las fortalece para que no cambien, para que no
pasen y se esfumen. Dios le imprime trascendencia al amor humano y le da
su sentido verdadero.
El amor humano es imperfecto, tendiente a
permanecer en lo temporal, finito. Aun si se ama con el alma como se
suele decir, solo intervienen las emociones. A no ser que haya un
conocimiento profundo de la otra persona,
pero aún así no hay plena seguridad de que se ha acertado en la persona
indicada. Hoy día los divorcios son más que los casamientos. El
problema es que la relación no se sostiene en el espíritu. Si Dios no
está en una relación corre el riesgo de basarse en las emociones, y,
aunque no se pueda creer, se puede vivir toda la vida así, de una
ilusión, creyendo que se encontró el amor, cuando eso no es así..
¿Cual es, pues, el criterio para conocer si estoy con la persona adecuada?
El criterio es la guía del espíritu de
Dios. Sabiendo que el amor humano no es el amor que satisface la vida,
ni que le da sentido, ni que le da rumbo, o que satisface la sed de un
alma solitaria, vacía y angustiada. El amor humano es necesario; pero no
es la prioridad existencial del hombre.
EL mundo dice: Ella/el es la razón de mi vida. Es romántico, pero
expresa un modo de pensar que no es conveniente. Porque si esto es así,
literalmente, la ausencia de esa persona sería la causa de un suicidio.-y sabemos que sucede y en grandes cantidades, tristemente-
Una vida espiritual fuerte, fundada en
verdades y principios Bíblicos son la estructura espiritual que
sostendrá toda relación duradera y revelará la autenticidad de los sentimientos y emociones manifestadas.
Una mente llena de Dios, es el timón del corazón.
Es su guía. Una mente llena de Dios, con
convicciones firmes, estabiliza las emociones, les da el lugar que
tienen que ocupar. Una mente llena de Dios asienta las directrices, los
criterios, los fundamentos de lo que sentimos. Sansón era un joven sin
fundamentos. De mente débil. Su corazón le domino a placer. Sansón era un joven que se enamoraba hoy de esta chica,
mañana de esta otra. Era un barco abandonado a una tempestad de
emociones y estímulos sentimentales. No tenía timón. Iba en cualquier
dirección. La dirección que su corazón le decía.
Su corazón lleno de emociones carnales
porque no había una mente llena de Dios, del espíritu de Dios que le
diera el poder y la guía a sus sentimientos. Sansón hubiera jurado que estaba completamente enamorado de cada chica
que tubo. Sin nunca saber que en realidad el amor verdadero es
espiritual porque es la única unión que permanece porque esta fundada en
quien nunca cambia. Dios.

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