Leer: Lucas
5:27-32 | La Biblia en un año: 1 Tesalonicenses 1
No he venido
a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento (v. 32).
L a noche en
que proyectaríamos una película en la iglesia y por la que habíamos orado tanto
había llegado. Se habían colocado anuncios por todo el pueblo, y las pizzas ya
estaban en el horno. Esteban, el pastor de jóvenes, esperaba que ese filme
sobre las pandillas en Nueva York incentivara a los jóvenes a evangelizar a
esos grupos, pero se había olvidado de que televisaban un partido de fútbol y
que asistiría poca gente. Cuando iba a comenzar la película, llegaron cinco
motociclistas, todos vestidos de cuero. Esteban se puso pálido.
El líder de
los motociclistas lo miró y preguntó: «Es gratis y para todos, ¿no?». Esteban
respondió: «Solo para miembros del club». El motociclista tomó un brazalete con
las letras QHJ (¿Qué haría Jesús?) y se lo dio. Avergonzado, Esteban los hizo
pasar.
¿Alguna vez
te pasó algo así? Deseas compartir la buena noticia de Jesús, pero tienes una
lista mental de las personas «aceptables» para hablarles. Los líderes
religiosos solían criticar a Jesús por reunirse con ciertas personas. Sin
embargo, Él recibía de buena gana a todos los que el resto de la sociedad
evitaba, porque sabía que eran quienes más lo necesitaban (Lucas 5:31-32).
Señor,
ayúdame a ver a las personas a través de tus ojos de amor y a aceptar a todos
los que pones en mi camino.
Un corazón
abierto a Cristo se abrirá también a aquellos que Él ama.
Por Marion
Stroud |
No hay comentarios:
Publicar un comentario