La Ley De Dios
Fondo Bíblico: Deuteronomio
5:1-15
Verdad Central: La ley de Dios
revela nuestra necesidad de fidelidad y reverencia a Él.
Texto áureo:
La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; el testimonio de Jehová
es fiel, que hace sabio al sencillo. Salmo 19:7
Objetivo:
Entender nuestra relación con Dios a través de sus mandamientos, y
decidirnos a guiar nuestra vida por ellos.
Bosquejo
I. Se proclama la ley de Dios
A. El Dios del pacto
B. El Dios de amor
II. Se demanda fidelidad
A. El Dios único
B. El Dios celoso
III. Se requiere reverenda
A. El nombre santo de Dios
B. El Dios de descanso
Introducción
Casi toda la generación de aquellos
con quienes Dios había establecido su pacto en el Monte Horeb (Sinaí) había
muerto. Como el líder espiritual de Israel, Moisés vio la necesidad de unidad
espiritual en el grupo de fíeles por todas las generaciones. Cada generación
subsiguiente de Israel necesitaría afirmar su lealtad y obediencia a Dios.
En Deuteronomio 5 Moisés reunió al
pueblo de Israel. Moisés nuevamente debía recitar para los israelitas los
mandatos escritos que ellos debían aprender, guardar y "ponerlos por obra" (v.
1). La lista de estatutos, los Diez Mandamientos, debería guiar a los israelitas
en ser fieles a su Dios. Y así Israel seguiría siendo el pueblo de Dios.
COMENTARIO BÍBLICO
I.
Se proclama la ley de Dios. Deuteronomio 5:1-6
A. El Dios del pacto
Prestar atención a la Palabra de
Dios es un tema muy popular en el Nuevo Testamento. El verdadero miembro del
Reino de Dios no sólo oye las palabras de Cristo, sino que las hace (Lucas
6:46-49). El ejemplo que Jesús usó de una casa puesta sobre una roca enseña que
la obediencia no viene por los momentos en que uno siente cierta obligación por
hacer algo. Más bien, debemos hacer la obediencia a los mandatos de Dios parte
del fundamento de nuestra vida para poder sobrevivir las tormentas cuando
vengan.
Pregunta: La obediencia a tos
mandamientos de Dios ¿representa una carga o trae libertad a Su pueblo? ¿Por
qué?
Los Diez Mandamientos fueron
establecidos por Dios para dar más felicidad y libertad a Su pueblo. No se
dieron con el fin de arruinar la vida de los israelitas. Más bien, se dieron
para traer bendición. Ahora, al igual que aquella época mientras uno obedece Sus
mandamientos. El se hace más real en su vida. Y, más se fortalece la fe de uno.
B. El Dios de amor
Dios no proclamó sus leyes a través
de un poder impersonal. Deuteronomio 5:4 dice: "Cara a cara habló Jehová con
vosotros." A pesar de que los israelitas temían lo que oían, y Moisés servía
como mediador entre Dios y ellos para entregar sus mandamientos. Dios todavía
cuidaba de ellos. El versículo 6 recuerda a Israel las obras que Dios había
hecho a favor de ellos, obras sobresalientes que lo presentaron como un Dios
lleno de amor.
Los israelitas podían recordar el
tiempo cuando habían sido esclavos a la autoridad de Faraón. Ahora eran libres
porque Dios los había librado. Ahora gozaban de una autoridad nueva, la de Dios.
Esta nueva autoridad había obrado por amor, y por lo tanto, sus mandamientos
reflejaban su amor.
Los Diez Mandamientos eran para los
redimidos; no fueron diseñados para redimir a la gente. Estas leyes eran el
fundamento para una relación dentro del pacto, porque conducían al pueblo a una
relación saludable con Dios y con otros.
La liberación de Israel de Egipto
por la mano poderosa de Dios fue el fundamento para el pacto. En el nacimiento
de Cristo, Dios una vez más se manifestó como el Señor que tendría misericordia
de la humanidad. Con esta segunda redención vino una nueva ética, una ética
basada en la primera, pero una que reflejó la plenitud de la gracia de Dios.
Pregunta: ¿Cuánto más exige la
"Ley" de Cristo en comparación con los Diez Mandamientos? ¿Por qué?
Como Pablo indicó en Gálatas
3:19-29, la Ley sirvió un propósito muy importante en conexión con la redención
que Cristo trajo. La Ley sirvió de ayo, enseñándole a la humanidad que
necesitaba redención, y mostrándole que nadie puede vivir una vida perfecta para
Dios por sí mismo. Al aceptar a Cristo como nuestro Salvador, sabemos que
podemos confiar en Él para que nos ayude a vivir para Dios. Lo que Cristo dice
de la Ley nos hace ver la vida santa que debemos llevar, una santidad que sólo
Él puede producir en nosotros.
II. Se demanda fidelidad. Deuteronomio 5:7-10
A. El Dios único
El primer mandamiento de Dios trata
del asunto primordial de la relación del pacto: el pueblo era responsable de
fidelidad hacia Dios. Una ejemplo clave de esta clase de fidelidad se ve en un
matrimonio piadoso. Aunque no se menciona específicamente en este mandato, a
través del Antiguo Testamento la relación entre Dios e Israel se compara a la
relación entre el marido y su esposa.
El mandato de Dios al profeta Oseas
de tomar por esposa a una ramera es el ejemplo más sobresaliente de esta
metáfora. Aquí Dios condenó la infidelidad de Israel y anhelaba el día cuando Él
podría decir: "Te desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo en
justicia, juicio, benignidad y misericordia" (Oseas 2:19).
Había la tremenda tentación para el
pueblo de Israel de servir a otros dioses. Pero ellos no debían unir su lealtad
a los dioses de Egipto o a los dioses de los cananeos. El mandato es final e
indisputable: Dios no compartirá con otros dioses el amor de los que El ha
redimido.
Este mandato no era una declaración
teológica de las formas correctas para adorar a Dios. El mandato de servir a
Dios exclusivamente afectaría cada aspecto de la vida de los israelitas. Ellos
habían vivido muchos años como errantes en el desierto. Al entrar en Canaán,
aprenderían un nuevo oficio: el cultivo de la tierra. Dios había suplido
fielmente sus necesidades en el desierto, pero ¿seguiría siendo fiel en este
nuevo lugar? Los cananeos creían que las buenas cosechas eran el resultado de la
ayuda de los dioses de la fertilidad tanto como del trabajo duro del labrador.
Los israelitas podían ser tentados a pedir ayuda a los mismos dioses falsos.
El futuro requeriría una dedicación
aun más profunda de parte del pueblo de Dios. El mandato afectaría cada aspecto
de sus vidas. ¿Podían confiar en Dios? Aunque la experiencia que les esperaba
sería nueva, Dios ya había probado su fidelidad.
B. El Dios celoso
El segundo mandamiento es una
continuación natural del primer mandamiento. Sólo Dios debe ser adorado. Es más,
ningún objeto hecho por manos de hombres será adorado. Esto claramente prohibe
la adoración a ídolos que son representantes de otros dioses. También elimina la
posibilidad de hacer imágenes de Dios y luego adorarlo por medio de ellas. Este
mandamiento representa a dos peligros posibles:
(1) Mientras buscan ser fieles a
Dios, la gente podría adaptar estas formas e imágenes de las religiones de sus
vecinos a su adoración para extraviarse y adorar a dioses falsos;
(2) al tratar de hacer tales
imágenes para la adoración, la gente le pondría límites a los atributos de Dios
de omnipresencia y omnipotencia. Cualquier intento de representar a Dios sería
insuficiente y prohibido.
El peligro principal con las
imágenes religiosas es que el objeto que sólo debe representar el objeto de
adoración, se vuelva el objeto de la adoración. Con esta acción se rompe el
pacto de fidelidad. Al ser traicionado, Dios no tiene otra opción que traer
juicio.
Pregunta: ¿Qué nos dicen los
versículos 9 y 10 acerca del papel que la familia juega en perpetuar la fe de
generación a generación?
Una vez más se ve la importancia de
la familia en el contexto de la adoración. Nadie puede funcionar a solas dentro
de la comunidad de los fíeles. Todo lo que se hace afecta a otras personas de
alguna manera. Cuando existe la infidelidad dentro del pacto, los hijos y nietos
no son instruidos justamente. Como resultado, ellos también cometen los mismos
pecados que sus padres y sigue el ciclo de la infidelidad y el juicio.
A cambio, los que son fíeles a Dios
disfrutan del favor y la misericordia del Señor. Aunque no se dice
específicamente aquí, la implicación es que en los hogares donde existe la
verdadera adoración, la fidelidad a Dios se aprende y se pasa de generación a
generación.
III. Se requiere reverencia. Deuteronomio 5:11-15
A. El nombre santo de Dios
Pregunta: ¿De qué otras formas,
además de maldecir, se puede tomar el nombre de Dios en vano?
Mientras que tomar el nombre de
Dios en vano por cierto incluye maldecir, también incluye cualquier otro intento
de usar su nombre para fines egoístas.
El tercer mandamiento también
prohíbe que la gente manipule a Dios según sus antojos. Era una creencia común
en el medio Oriente de antaño que el nombre de un dios tuviera.poder. De esta
manera, cualquier persona que usara el nombre de su dios en particular tenía
acceso a su poder (véase Números 22-24).
Dios no permitiría que el pueblo de
Israel usara su nombre de manera egoísta. Esto pervertiría la misericordiosa
revelación de su nombre. Uno de los elementos primordiales del pacto con Dios es
la exención de toda manipulación. Dios no manipuló al pueblo a que le sirviera,
y ellos no debían manipularlo a Él para servir sus propios intereses egoístas.
B. El Dios de descanso
Nuestro entendimiento del cuarto
mandamiento está ligado directamente al versículo 15. Este versículo atribuye al
éxodo la razón principal para el mandamiento. Refleja la nueva ética que Dios
reveló al sacar al pueblo de Egipto. A diferencia de los dioses de los egipcios.
Dios es el Dios de los humildes y los oprimidos.
En el versículo 15, la frase
"acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto" es parte de las instrucciones
en cuanto al cuidado y trato de los pobres, los extranjeros, las viudas, y
cualquiera que no podía cuidar de sí mismo. En cada caso, la frase le recordaba
al pueblo que la base de la Ley es la compasión y el amor de Dios. La comunidad
de los fieles debe exhibir la misma compasión.
La celebración del día de reposo
era para proteger a los débiles y vulnerables de la opresión de sus patrones o
amos. También debía ser un día de descanso físico, mental y espiritual.
Desafortunadamente, en un mundo
cuya religión es acumular riquezas, muchos de los cristianos tampoco son fieles
en guardar el día de reposo. A veces creemos que el mucho trabajo es mejor que
hacer nada. Pero ésta no es la intención de Dios para nuestra vida. La
consecuencia de tal filosofía es que hemos producido una generación de adictos
al trabajo. Para aprovechar al máximo nuestros dones y talentos, debemos
aprender la disciplina del reposo.
Pregunta: ¿Hay indicaciones en
su vida de que ha descuidado la disciplina del reposo? ¿Qué ocurre si ignora
estas señales de advertencia?
Aplicación
Muchas personas creen que los Diez
Mandamientos son una lista de órdenes con el fin de poner límites ala libertad
personal. Pero estos mandamientos no son para ponerle límites a ninguno; son
para sacar de la esclavitud del pecado al que cree en Dios. Dios ha llamado a la
comunidad de los fieles a salir de la esclavitud del pecado para conocerle más
íntimamente a Él. Al obedecer estos mandatos divinos, conoceremos la libertad
que viene por tener comunión con Dios.
Los Diez Mandamientos reflejan los
principios básicos de cómo hemos de relacionamos con Dios y con los demás. Los
cuatro mandamientos que hemos estudiado en esta lección son el fundamento de los
seis mandamientos que siguen y de los principios de conducta más detallallados
que encontramos en las Escrituras. Cada mandamiento de alguna manera u otra
refleja la persona de Dios. A medida que aprendamos cómo relacionamos más
acertadamente con nuestro Padre Celestial, Él nos guiará en las otras áreas de
la vida. Debemos reafirmar nuestro compromiso con Dios y proponernos a vivir
según las leyes que El ha establecido. Para mantener este compromiso en pie,
tenemos que guardamos contra las influencias que buscan apartamos de Él.
Examine su vida para ver si existe
algo que puede interrumpir su vida en la fe. Tales interrupciones no tienen que
ser pecados necesariamente. Hasta los "buenos" planes o costumbres pueden
afectar nuestra relación con Dios si se les da demasiada importancia. Permita
que Dios obre en su vida, acercándose más a Él. Permita que el Espíritu Santo de
Dios le recuerde la prioridad que El debe tomar en todo lo que hace.
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